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CRÍTICA

'Secretos de un escándalo': Perversión al desnudo

Crítica de 'Secretos de un escándalo', dirigida por Todd Haynes y escrita por Samy Burch, basada en una historia de Burch y Alex Mechanik. Con Julianne Moore, Natalie Portman y Charles Melton.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 23 de Febrero 2024 | 16:18
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Imagen de 'Secretos de un escándalo'
Imagen de 'Secretos de un escándalo' (Diamond Films)

Todd Haynes sabe meterse de lleno en terrenos espinosos, lo hizo con títulos valientes como 'Velvet Goldmine' o 'Poison'. Además, el cineasta estadounidense ha demostrado tener una mirada estética única como demostró en 'Lejos del cielo' o 'Carol'. Encuentro entre ambas vertientes, el realizador estrena ahora 'Secretos de un escándalo', nominada a un Oscar al mejor guion original, candidata a cinco Premios Independent Spirit y que estuvo en la Selección Oficial del 76 Festival de Cannes.

Secretos de un escándalo

'Secretos de un escándalo' se inspira libremente en el caso Letourneau, en el que una profesora de 34 años tuvo relaciones sexuales con Vili Fualaau, de 12 años, en 1997. La maestra fue declarada culpable de violación en segundo grado del menor, pero ambos contrajeron matrimonio en 2005, un año después de que ella saliese de prisión y cuando Fualaau tenía 21 años. El matrimonio duró 14 años, hasta 2019, cuando la pareja se separó legalmente, muriendo ella al año siguiente, víctima de un cáncer colorrectal.

Dado lo complejo de la historia, Haynes opta no sólo por ficcionarla completamente, hasta el punto de crear un relato metalingüístico, en el que se crea una historia dentro de otra. El caso sirve de fuente para una trama en la que una actriz decide conocer a una mujer que, en 1992, fue descubierta manteniendo relaciones sexuales con un adolescente de 13 años en la tienda de mascotas donde los dos trabajaban. 23 años después, ambos están casados y tienen tres hijos.

Secretos de un escándalo

La manera en la que Haynes se acerca a esta historia es hipnótica. Tildada de 'camp' por ser un escenario típico sureño de los Estados Unidos, en el que abundan los colores chillones y estos toman mayor protagonista en fiestas y eventos como una graduación o una puesta de largo. Sin embargo, esa cobertura sirve para que Haynes, quien dirige un guion de Samy Burch que parte de una idea de Burch y Alex Mechanik, explorar el lado más perverso de la psique humano y los efectos a largo plazo de los traumas infantiles.

Una de las películas más incómodas e hipnóticas del año

Haynes retrata una historia que destruye cualquier concepto del cualquier elemento romántico de un supuesto amor imposible. La sensación de estar viendo cómo una agresora de estupro sigue aprovechándose de su víctima se percibe, a la par que aborda cómo la víctima vive en un extraño síndrome de Estocolmo en el que la manipulación psicológica o el concepto tóxico del amor entran como agentes. Todo ello se percibe de forma sutil, pero tremendamente incómoda.

Secretos de un escándalo

A la par, causa fascinación, la misma que transmite la actriz que irrumpe en la vida de ese matrimonio disfuncional, en el que un barrio burgués de Savannah, Georgia, puede convertirse en la carcasa de un pastel podrido. En ese sentido, son sus actores los que consiguen aumentar esa sensación de incomodidad de algo que desagrada pero que invita a verlo.

Ahí está Julianne Moore, quien ejerce un papel profundamente ambiguo, en el que se percibe a un lobo disfrazado de piel de cordero. A su lado, Natalie Portman, quien aprovecha esta historia para desatar el lado morboso de su personaje. Ambas funcionan en un pérfido juego de espejos, digno de 'Eva al desnudo'. En medio, Charles Melton, un auténtico descubrimiento en esta propuesta.

Haynes filma uno de los títulos más atrevidos e incómodos de esta temporada de premios, que se antoja tremendamente rácana en el sprint final, dado que su presencia en los Oscar debería ser mayor. Un acercamiento hacia las complejas capas del abuso que sólo un realizador sumamente inteligente podría abordar, como hizo un año atrás Todd Field con 'Tár'.

8
Lo mejor: La manera en la que Haynes explora los detalles escabrosos, es capaz de explorar el lado más turbio de la psique humana de forma elegante y a la vez de forma orgánica.
Lo peor: Es ambigua en los temas más espinosos, lo que puede dividir.