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CRÍTICA

'Sintiéndolo mucho': Diario de a bordo

Crítica de 'Sintiéndolo mucho', documental de Fernando León de Aranoa. Presentado en el 70 Festival de San Sebastián. Filme que retrata la vida de Joaquín Sabina a través de sus giras y conciertos.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 17 de Noviembre 2022 | 11:30
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'Sintiéndolo mucho': Diario de a bordo

Además de ser un cineasta que sabe captar la denuncia social, en un tono más dramático como en 'Los lunes al sol' y en otro más satírico como en 'El buen patrón'; Fernando León de Aranoa se ha mostrado como un notable documentalista. Supo retratar con cierta distancia la irrupción de Podemos en la política nacional con 'Política, manual de instrucciones'. Ahora, el realizador madrileño estrena 'Sintiéndolo mucho', el film más personal sobre la vida y obra de Joaquín Sabina, que tuvo su première en la 70ª edición del Festival de San Sebastián.

Sintiéndolo mucho

'Sintiéndolo mucho' retrata la vida de Sabina a lo largo de 14 años, lo que implica que el documental sea un resumen que roza los tres lustros, permitiendo ver la evolución del cantautor y poeta, desde sus giras por América, en México o Argentina, a sus deseos de ser profeta en su pueblo, Úbeda, buscando vivir una especie de regreso a los orígenes, algo que la cinta muestra que no fue sencillo. León de Aranoa tuvo pleno acceso a la vida del cantante a través de sus giras y conciertos, mostrando lo que sucede tras las bambalinas. Lo fascinante, es que Sabina parece no buscar filtro alguno, dejando eso en al montaje de la cinta y la decisión artística de León de Aranoa.

Esto permite ver una película muy personal, que fascinará a los seguidores del cantautor, quien muestra cómo, con la edad, ha ido pareciéndose más a su padre, inspector de policía pero poeta en su casa y en privado, reivindicándolo y mostrando también ese deseo de reencontrarse con sus propias raíces. También deja una interesante reflexión sobre la atracción de las relaciones tóxicas, de cómo estas pasiones son ideales para la inspiración artística y cómo deben quedarse en ese ámbito. Tampoco faltan momentos que otros artistas no hubieran mostrado, como sus juergas con fuertes borracheras o conciertos privados. De la misma forma, se muestran los lazos personales de Sabina, destacando, precisamente, el de Pancho Verona, su colaborador más cercano y con quien acaba de protagonizar una polémica, pues Verona no acompañará a Sabina en su gira internacional que prepara el año que viene y cuya relación se plasma de otra manera en el film.

Sintiéndolo mucho

León de Aranoa retrata a Joaquín Sabina con un film íntimo con el que le rinde tributo

Precisamente, el film tiene el privilegio de narrar la evolución de Sabina en estos 14 años, de cómo se enfrenta a la senectud y cómo su espíritu busca dar batalla, aunque siendo consciente de la importancia de tener cierto punto de mesura. En ese sentido, León de Arona sabe plasmar el paso del tiempo, lo hace de forma sutil, recordando, una vez más, la libertad que le ha dado el propio artista a la hora de entrar en su vida. El resultado es una producción que permite conocer al cantautor desde otra perspectiva, aunque afianzando la opinión que se tenga de él, pues fascinará a sus seguidores más acérrimos y confirmará sus prejuicios a aquellos a los escépticos.

León de Arona tiene la virtud de mostrar como un meticuloso documentalista, sabe qué quiere narrar y cómo hacerlo. El cineasta madrileño aprovecha esa libertad creativa que Sabina le ha permitido tener, firmando un documental fascinante y tremendamente íntimo. Sabina sin filtros, tanto para lo bueno, como para lo malo. Sin duda, será uno de los títulos que más opciones tenga de llegar en la carrera de mejor largometraje documental en los Premios Goya 2023.

Nota: 7

Lo mejor: Poder ver la imagen de Sabina sin filtros y con plena libertad creativa.

Lo peor: Se agradece que no sea un documental típico de declaraciones y la intimidad que León de Aranoa plasma, pero falta una mayor ambición cinematográfica y, sobre todo, que profundice más en las reflexiones del cantautor, quien no sale nunca de su zona de confort.

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