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CRÍTICA

'Voces': Psicofonías sobre (otras) películas de terror

'Voces' es una historia de terror clásico centrada en una familia y en el poder sugestivo de las psicofonías.

Por Luisa Nicolás 24 de Julio 2020 | 10:56

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En una época donde el cine de terror se ha reinventado con títulos de autoría como 'Hereditary', 'La bruja', 'Midsommar' o movidas como 'Nosotros', Ángel Gómez Hernández nos propone en 'Voces' dar un paso atrás y recuperar las películas de miedo clásicas de casas encantadas con todos sus tópicos y homenajes. El resultado es una buena idea en la teoría, pero una muy mala ejecución en pantalla.

Sara y Daniel se dedican a comprar casas viejas y remodelarlas para luego venderlas. En la última a la que se mudan, su hijo Eric empieza a escuchar voces, unas psicofonías que le dicen que dibuje cosas extrañas. ¿Son reales o sólo están en su cabeza? ¿Está la casa embrujada o es la imaginación de un niño? Esta es la premisa de 'Voces', una cinta de terror que bebe de clásicos como 'Amitiville' y, especialmente, 'Polstergeist', de la que replica su estructura: una pérdida deja tan destrozada a una familia que acaba recurriendo a expertos en lo paranormal. La médium (Beatrice Straight, en la película Tobe Hooper) se convierte aquí en Germán y Ruth, Ramón Barea y Ana Fernández, dos investigadores de lo desconocido más cerca de Iker Jiménez y Carmen Porter que del matrimonio Warren.

'Voces'

Tras curtirse en el mundo del cortometraje de terror, entre ellos el multipremiado 'Behind', Gómez Hernández debuta en la gran pantalla con 'Voces' partiendo de una idea original suya. Se nota que el director es un ávido consumidor y amante del género, pero recurre tanto al homenaje y al guiño que pretende hacer pasar por influencia lo que denota falta de originalidad y una historia sólida que contar, con, por ejemplo, escenas sacadas directamente de clásicos como 'Noche de miedo'.

Lo que sí hay que reconocerle son sus esfuerzos en el apartado visual con encuadres simétricos, planos cenitales y escenas largas que se recrean en la tensión de cada secuencia. Especialmente interesante es la dirección de fotografía, obra de Pablo Rosso, que refleja el conflicto interior de los personajes a través de la luz, la estética y el color. Pero 'Voces' recurre en exceso a clichés sobreexplotados en el género, desde temáticos como la inocencia infantil o la culpa que atormenta más que los propios fantasmas; a pies que flotan, pijamas de rayas, el monstruo que vive debajo de la cama y los insectos. Dos de sus recursos mejor utilizados son las moscas para acentuar el nervio y retorcerte en la butaca, y el uso de la cortina en el cuarto de Eric como símbolo que separa dos dimensiones: la de los vivos y la de los muertos.

'Voces'

Sí, ya lo has visto antes

La banda sonora, como en cualquier película de terror convencional, recurre y abusa de cambios bruscos de sonido para tensar a la audiencia. Pero donde más carencias y problemas hay es en el guión de Santiago Díaz. Una narrativa demasiado enrevesada con escasa credibilidad, incluso para el género, y cuyos diálogos provocan risas involuntarias. Bebe tanto de tantas películas que ya has visto que se resiente lo que, suponemos, nos quería contar. Sin entrar en detalles para evitar spoilers de uno de los giros argumentales, es una pena que a diferencia de otras películas con niños, fantasmas y el pasado más negro de la historia de España como telón de fondo, véase 'El espinazo del Diablo', la historia de origen de 'Voces' sólo es una excusa, una especialmente rebuscada y retorcida. 'Voces' no aprovecha su contexto histórico para reflexionar sobre una época, unos hechos atroces y sus secuelas.

En el aspecto interpretativo, los que mejor salvan los muebles son Ramón Barea y Belén Fabra, para ambos su primer proyecto del género. Barea porque parece ser el único que entiende el tono con un punto de comedia que pide a gritos su personaje y la película; Fabra, además de una gran actriz, no tiene el mismo tiempo en pantalla y en general su personaje interviene poco con diálogos y mucho con la mirada. Rodolfo Sancho se entrega, eso es innegable, y Lucas de Blas maneja muy bien los tiempos y las expresiones para no caer en el histrionismo, algo cuanto menos complejo en una película de terror.

'Voces'

Es un proyecto demasiado ambicioso que en lugar de apostar por un guion sólido se apoya únicamente en recursos que el mejor cine de terror ya ha explotado hasta la saciedad. Pero recordemos que es una opera prima y parece que Gómez Hernández aún tiene mucho que ofrecer, de hecho ahora se encuentra trabajando mano a mano con Sam Raimi para adaptar la historia de 'Behind' al largometraje.

No es original, no es innovadora, pero al menos es honesta. 'Voces' busca el sobresalto, el susto fácil, el terror clásico y vacío que antes aterrorizaba a un público más inocente, pero que ahora, con todo lo que ha crecido el género y lo que pueden ofrecer los efectos especiales, las brujas, fantasmas, la Santa Inquisición y las casas encantadas; resulta una película pobre y anodina, pero no tan mala como para que no sea un gran plan para volver al cine, que más miedo da el coronavirus...

Nota: 5

Lo mejor: La dirección de fotografía

Lo peor: Los diálogos

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