En '28 años después', Danny Boyle se ha montado su propia fiesta de formatos, lentes, cambios de eje, de proporciones, de estilos... ha hecho de todo, pero una cosa es volverse loco en plan creativo práctico y otra tener que gestionar la cantidad de efectos especiales que supone una película ambientada en el espacio exterior.
En una entrevista con The Hollywood Reporter, el cineasta ha relevado que rechazó una película de una de las mayores franquicias de ciencia ficción del cine: se negó a hacer 'Alien resurrección', que acabó en manos de Jean-Pierre Jeunet ('Amélie').
'Alien resurrección' es la cuarta entrega de la saga 'Alien' y se estrenó en noviembre de 1997 con guion de Joss Whedon y protagonizada por Sigourney Weaver y Winona Ryder.

Cuando los productores de 'Alien' empezaron a buscar director, Boyle había estrenado ya y con gran éxito 'Tumba abierta' y 'Trainspotting' y fue la primera opción del estudio, sin embargo, en un arranque de humildad y autoconciencia, decidió que era mejor rechazarla:
"Me reuní con Sigourney Weaver y Winona Ryder, que ya estaban contratadas. Así que, obviamente, la cosa iba bastante en serio. Eran maravillosas. Pero eran los inicios del híbrido con efectos especiales generados por ordenador. Era ese momento de transición y entonces yo no podía con los gráficos generados por ordenador.Me apasionaba el proyecto, porque me encantaba la idea de 'Alien', pero de repente, tuve un raro momento de claridad y pensé: «No eres la persona adecuada para esto». En su lugar, me fui a hacer 'Una historia diferente' también para la 20th Century. No hice 'Alien' y, en su lugar, les hice todo un fracaso. Pero ya es cosa del pasado".
Aunque no le fue mal en números, 'Alien Resurrection' es una de las entregas con menor recaudación de la saga y en términos de crítica tiene actualmente lo que sería un 5.5/10 en Rotten Tomatoes.

Mejor efectos prácticos
Claro que aquello era 1996 y las cosas han cambiado mucho, rara, muy rara es la película que hoy en día, al menos en producciones de gran presupuesto, no cuenta con una buena docena de efectos especiales. Boyle los integró ya en 2007 con 'Sunshine' y los explotó con 'Slumdog millionaire' y '127 horas', sin embargo, lo más espectacular de esta película incluye una prótesis.

Basada en una historia real, '127 horas' está protagonizada por James Franco como Aron Ralston, un montañero que se quedó atrapado bajo las rocas de los barrancos de Utah y tras 5 días sin que nadie le encontrase (tampoco nadie le buscaba), se vio obligado a amputarse el brazo con una navaja multiusos. Esa escena es tan fuerte que, en el cine, el público incluso se desmayaba:
"Hay una secuencia muy perturbadora en la que se corta el brazo, lo cual, técnicamente, está brillantemente hecho en términos de prótesis. Pero si miras la toma donde aparece, solo está actuado. Tuvimos bastantes casos de gente que se desmayó. Todo el mundo dice: «Sí, es porque se puede ver el nervio desgarrado». Y, de hecho, creo que es porque se pueden ver los ojos de Franco en ese momento".
De hecho, tanta gente se desmayó que fuera de las proyecciones esperaban profesionales médicos por si había que atender a alguien. '28 años después', la última película dirigida por Boyle por ahora, ya está disponible en cines.