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'La vida de Pi': Dioses y tigres

La vistosa fábula espiritual en 3D de Ang Lee, basada en el best-seller de Yann Martel, obtuvo cuatro Oscars el pasado domingo.

Por Jorge R. Tadeo 28 de Febrero 2013 | 08:00

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El polifacético cineasta taiwanés Ang Lee, recogió el pasado domingo su segundo Oscar al mejor director por su trabajo en 'La vida de Pi', ambicioso proyecto tridimensional que adapta el best-seller de Yann Martel y que sirve para demostrar, por enésima vez, que Lee puede hacerse cargo con notable solvencia de cualquier tipo de género e historia (atentos a su próximo proyecto: nada menos que un nuevo acercamiento a la figura de Cleopatra con Angelina Jolie en el papel protagonista).

El film cuenta la historia de fe y supervivencia de un joven hindú (Suraj Sharma), hijo de un guarda de un zoo que viaja de la India a Canadá en una embarcación llena de animales, cuando tiene que enfrentarse a un naufragio en medio del océano Pacífico, con la ayuda de un bote salvavidas y acompañado por otro peculiar superviviente: un tigre de bengala apodado Richard Parker, con quien desarrollará una simbólica relación.

'La vida de Pi': Dioses y tigres

La película, que comienza presentando la infancia del personaje con un estilo visual no muy lejano al de los films de Jean Pierre Jeunet para dar paso a una historia con ecos del 'Náufrago' de Robert Zemeckis barnizado con un toque de filosofía 'new age', se beneficia de un trabajo técnico impresionante. La fotografía del chileno Claudio Miranda y los efectos especiales en un cuidadísimo y (por una vez) nítido 3D, convierten 'La vida de Pi' en una experiencia sensorial realmente impactante.

Potencia visual

El guion de David Magee, a partir la novela de Martel, logra enganchar al espectador a pesar de que los mimbres de su historia son frágiles (solo un personaje en medio de un océano digitalizado que interactua con un amenazante tigre, que es por cierto, todo un prodigio técnico). La película funciona, engancha con su arriesgada premisa que la hacía parecer difícilmente adaptable al cine, pero Lee consigue un ritmo aceptable y sobre todo una potencia visual, que hace que el espectador no pueda apartar los ojos de una pantalla que nos regala preciosos estallidos de color acompañados de una evocadora música compuesta por Michael Danna (Oscar a la mejor banda sonora de este año).

'La vida de Pi': Dioses y tigres

Sin embargo, el film aprovecha su tramo final, para desvelar de manera un tanto apresurada y farragosa sus interrogantes, que además sirven para sermonear al inocente espectador, que hasta entonces cree haber asistido a un cuento de supervivencia sin mayores pretensiones. La sombra del espiritualismo que planeaba con cierta distancia sobre algunos pasajes del film, se cierne sobre su desenlace de manera tan obvia y poco sutil, que casi molesta la manera en la que nos 'vende' su dosis edulcorada de filosofía 'new age' y su ingenua defensa de la fe.

A pesar de todo, si uno perdona este sermoneo final, 'La vida de Pi' se disfruta durante dos horas gracias a una historia con gancho, bastante insólita dentro del cine comercial contemporáneo y que posee una calidad técnica digna de admirar. Un nuevo título más que estimable en la carrera del versátil y notable Ang Lee.

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