Algunas de las imágenes más difundidas durante la primera década de los 2000 están protagonizadas por Lindsay Lohan. Instantáneas como la del coche junto a Paris Hilton y Britney Spears o aquella otra en la que vemos a la actriz algo "perjudicada" y aparentemente dormida después de una noche de fiesta se han convertido en meme y han pasado a la historia de la cultura popular. Pero detrás de todo esto se oculta una oscura verdad: el peligroso acoso de los paparazzi.
Y lo de "se oculta" es un decir, porque todo el mundo sabe hasta qué punto la persecución de los fotógrafos puede afectar a las vidas de los famosos. La muerte de Lady Di en 1997 sirvió para concienciar sobre el problema, pero aquí estamos, casi tres décadas más tarde, y la obsesión por captar a toda cosa a las celebrities en sus momentos íntimos sigue existiendo, ahora respaldada por las redes sociales.
Lindsay Lohan se convirtió en estrella a muy temprana edad protagonizando la película Disney 'Tú a Londres y yo a California', tras lo cual vivió una época de esplendor en la primera mitad de los 2000 con films como 'Ponte en mi lugar', 'Chicas malas' o 'Herbie: A tope'. Su estatus como icono teen dio paso a una etapa de rebelión caracterizada por excesos, escándalos y polémicas, incluido algún que otro arresto (su foto policial también es, a día de hoy, una imagen pop icónica).
Durante esos años, una legión de paparazzi acompañaban a Lohan a todas partes, documentando así su ascenso y posterior caída. Lo que vino después fue lo más cercano al exilio de Hollywood. Una década definida por un descenso de popularidad que la llevaría a protagonizar los peores proyectos de su carrera y a tocar fondo personalmente. Pero afortunadamente, Lohan supo reponerse y en los últimos años ha experimentado un resurgimiento épico, primero como nueva reina de las comedias románticas navideñas y ahora de vuelta en Disney con la secuela 'Ponte en mi lugar de nuevo'.
Lohan está indiscutiblemente en su mejor momento desde los 2000. Por eso, con la lucidez y la paz que la acompañan estos días ha querido reflexionar, durante la promoción de la secuela que también vuelve a coprotagonizar Jamie Lee Curtis, sobre el papel que tuvieron los paparazzi en su caída y cómo hoy en día sigue sufriendo estrés postraumático por lo vivido en los 2000.

"No quiero que mi familia experimente lo que es ser perseguida por los paparazzi como me ocurrió a mí", se sincera la actriz con el medio británico The Times. "Hubo momentos terroríficos en mi vida. Tengo síndrome de estrés postraumático de lo extremo que fue todo aquello. Viví las situaciones más invasivas. Pasé mucho miedo. Y rezo por que no me vuelvan a pasar cosas así. No es seguro. Y no es justo".
Aún así, Lohan cree que la obsesión de los paparazzi con los famosos se ha difuminado en las últimas décadas y ya no se cruzan tantos límites como antes. "Siento que ahora ya no es tan grave como lo era antes "Era mucho peor cuando yo era más joven", dice la actriz, que considera que las redes sociales son una herramienta útil para que las celebs tomen el timón de su narrativa: "Ahora, gracias a las redes, la gente puede contar su propia historia como quiere. Han ayudado a recuperar el control de tu vida".
"Nosotras no teníamos eso", continúa. "No creo que nadie elija esa vida, pero lo que he aprendido con el tiempo es cómo separar mi vida privada de la pública, y ha sido muy difícil para mí, porque nadie te enseña cómo hacerlo".

Los fans ahora también son paparazzi
Aunque da las gracias a las redes sociales como herramienta de resistencia y defensa contra los tabloides, Lohan también considera que, en muchos casos, los teléfonos móviles han creado una especie de extensión de los paparazzi. Aunque las motivaciones para seguir a los famosos sean distintas.
"Muchas veces alguien que está conmigo se da cuenta de que nos están grabando", dice la actriz. "Yo he vivido tanto tiempo con eso, que no me importa, pero ahora siempre hay alguien apuntándome con un teléfono". La necesidad de documentar todo en redes y demostrar con pruebas el encuentro con un famoso ha llevado a que las estrellas estén casi tan pendientes, o más, de los móviles que de los paparazzi. Y eso es algo que preocupa a Lohan: "Da miedo. Es algo muy incómodo. Prefiero que alguien me pregunte si puede hacer una foto, si no, te vuelves muy cautelosa con cada movimiento que das".
'Ponte en mi lugar de nuevo' llega a los cines el 8 de agosto.