
Involuntaria comedia bélica
Sin spoilers
El "gimmick" de la película (su grabación en un único aparente plano secuencia) funciona solo en las escenas de acción. Durante el resto del metraje, en especial durante el principio y la escena con la francesa y el bebé, la decisión responde únicamente a un compromiso de márketing y al profundo ego masculino de Mendes. Es solo en esas escenas de acción en las que la película consigue destacar mínimamente; estas serán rápidamente acalladas porque aquí lo importante es la ambición de retratar el aspecto humano de la guerra, algo hilarante ya que los humanos son sustituidos por autómatas que van de punto A a punto B y pasan las de Caín por el camino.
Este intento de volver la guerra una cuestión de empatía tiene su culmen con los sollozos de Richard Madden. Ninguna lágrima enmienda que previamente cada soldado alemán sea retratado peor que el anterior. Elige personaje: rata que deja trampas tras su paso, traidor desconsiderado o directamente un borracho. Jocosamente, la película ha sido comparada con el formato del videojuego por su guion y puesta en escena. Faltaría por apuntar cuál es, pues se queda lejos tanto de la emoción de 'Valiant Hearts' como del carisma del capitán Price de 'Call of Duty: Modern Warfare'. Por si fuera poco, cualquier relación entre los personajes creados por el jugador en 'XCOM: Enemy Unknown' resulta muchísimo más humana que la muerte del personaje de Dean-Charles Chapman. Así, el resultado final se asemeja más a una partida al multijugador de 'Battlefield 1', solo que mucho menos divertida.
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