Adam

Samia (Nisrin Erradi) es una mujer embarazada en situación de pobreza que busca un trabajo mientras duerme en la calle. Abla (Lubna Azabal), propietaria de una pastelería que lleva en su propia casa, la ve desde su ventana al otro lado del camino y después de una lucha de conciencia, la mujer inquieta sale y le dice a Samia que puede quedarse algunas noches. Aunque la situación es tensa, la encantadora hija pequeña de Abla, Warda (Douae Belkhaouda) alivia la tensión en casa, pero la expresión seria de su madre rara vez se relaja por más de unos segundos.

Abla es la más apagada de las dos y ambas mujeres se han encerrado en sus luchas internas. Samia rechaza cualquier vínculo emocional con su hijo por nacer, concebido fuera del matrimonio, y está decidida a dejarlo en adopción y regresar a su pueblo tan pronto como dé a luz. Su terquedad en este punto coincide con la de Abla, cuya incapacidad para procesar la muerte de su esposo se extiende incluso a prohibir a cualquiera que toque música de su ex cantante favorita, Warda Al-Jazairia. Juntas acabaran encontrando una armonía que aunque ellas no lo sepan cambiará sus vidas.

La película marroquí está dirigida por Maryam Touzani y protagonizada por Lubna Azabal, Nisrin Erradi, Douae Belkhaouda, Aziz Hattab y Hasnaa Tamtaoui.