Maldita suerte

Lord Doyle (Colin Farrell) es un jugador profesional marcado por la arrogancia, el encanto decadente y una cadena interminable de malas decisiones. Tras acumular deudas impagables y pérdidas escandalosas, se oculta en Macao, el paraíso oriental del juego, donde sobrevive como una sombra entre casinos lujosos y apuestas desesperadas. Su crédito está agotado, tanto en la mesa como en la vida. Solo, desgastado y emocionalmente fracturado, parece condenado a caer sin redención.

En medio de esa espiral descendente, Doyle conoce a Dao-Ming, una mujer enigmática cuya presencia lo sacude. Ella no solo representa un respiro emocional, sino una promesa de redención tan tentadora como ambigua. Con su aparición, la suerte de Doyle cambia de forma repentina y casi mística: una improbable racha de victorias lo convierte en celebridad local, restaurando su confianza y su poder en el mundo del juego. Sin embargo, su regreso al éxito no pasa desapercibido. Mafias, usureros y jugadores rivales lo acechan, y la presión crece con cada jugada.

A medida que se hunde más en este nuevo ciclo de fortuna, Doyle comienza a cuestionar lo que es real. El lujo, la pasión, la adrenalina: todo se difumina en una atmósfera opresiva donde la línea entre azar y castigo parece desaparecer. ¿Está realmente ganando o es una trampa disfrazada de redención? La buena fortuna no es gratuita, y cada apuesta puede ser la última.