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CRÍTICA

'Mientras seamos jóvenes': comedia a medias

Otra comedia más protagonizada por Ben Stiller, a caballo entre la risa y el drama pero sin demasiadas sorpresas.

Por Jorge Martín Cano 2 de Septiembre 2015 | 14:13

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Noah Baumbach nos presenta un conflicto generacional disfrazado de comedia en su nueva película 'Mientras seamos jóvenes'. El autor, que está acostumbrado a lidiar con estos temas en películas como 'Una historia de Brooklyn', nos trae este proyecto que a priori podría parecer una divertida historia para empatizar con el público más maduro y para reflexionar sobre la típica crisis de los cuarenta (y pico), pero también aprovecha para hacer una crítica al teatrillo que envuelve el intenso mundo de las creaciones audiovisuales.

'Mientras seamos jóvenes' 1

Para ello nos presenta una curiosa paradoja que poco a poco iremos descubriendo. Josh y Cornelia, interpretados por Ben Stiller y Naomi Watts, son creativos y están centrados en su trabajo. Josh está estancado en su enésimo documental que claramente necesita nuevas ideas y Cornelia está sumergida en el mundo de la producción que le quita bastante tiempo. Mientras tanto el ambiente que les rodea no es demasiado motivador, sus amigos están centrados en sus bebés y en lo que ello conlleva, pero Josh y Cornelia sienten que ese mundo no es para ellos.

La diversión llega cuando conocen a los jóvenes Jamie (Adam Driver) y Darby (Amanda Seyfield), que llegan a sus vidas como un soplo de aire fresco, tanto para ellos como para el ritmo de la película, aunque quizás con una interpretación un poco floja de Driver teniendo en cuenta la importancia que cobrará el personaje en la trama. Los cuarentones se ven reflejados en sus vidas como si fueran ellos mismos unos años atrás y los usan como vía de escape de la rutina de pañales y biberones que les rodea y les persigue para convertirlos en uno de ellos.

'Mientras seamos jóvenes'  2

A medias tintas

El director, como nos tiene acostumbrados, nos muestra la espontaneidad con diálogos cotidianos acompañados de buena banda sonora, pero con un guion que en momentos se nos atraganta pidiendo a gritos un poco más de vuelta. ¿Quizás algo más de humor?

La película, que muchos se empeñan en relacionar más con directores como Woody Allen, no acaba de conseguir mantener el interés. En algunos momentos funciona, en otros muchos aburre. Puede que en el principio pase todo demasiado precipitado y convierta todo lo demás en algo que lo acompaña pero que parece no avanzar. Como si estuviéramos estancados como Josh en el documental que no consigue acabar.

'Mientras seamos jóvenes' 3

Buen fondo, fallan las formas

Quizás parte de la culpa la tengan los pocos minutos de exteriores que vemos. Estamos en La Gran Manzana, pero lo sabemos porque nos lo cuentan, pues parece una ciudad de pega. Nunca viene de más algún plano de rigor que nos sitúe, quizás por costumbre, que nos quite la claustrofobia de estar (casi) siempre de salón en salón y tiro porque me toca, encerrados en el salón de la casa de Stiller, el de su suegro, el de la casa de ayahuasca (un peculiar ritual que quizás consiga arrancar alguna carcajada), el de la pareja hípster o en el salón de sus amigos.

En conclusión, 'Mientras seamos jóvenes' puede conseguir hacer gracia al público más maduro al que le gustará verse reflejado en situaciones y gags cotidianos, pero no nos sorprende con nada nuevo. Más de lo mismo. Una comedia que perfectamente puede pasar desapercibida en las parrillas domingueras de nuestras cadenas principales, que sin ánimo de desmerecer a su autor, cumple su función de entretener de una manera correcta pero sin demasiadas sorpresas con una sobresaliente Naomi Watts.