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RADIOGRAFÍA SOCIAL

'Rumbos': imperfectos desconocidos

Crítica de 'Rumbos', el primer largo de Manuela Burló Moreno, que regresa a la gran pantalla con esta radiografía social tras 'Cómo sobrevivir a una despedida'.

Por Amanda Gil Conesa 10 de Junio 2016 | 18:20

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Peatón, peatón, peatón, peatón... ¿No te suena impersonal? Repítelo en voz alta tres o cuatro veces, ¿lo notas ya? Según el primer significado que nos muestra la Real Academia Española se dice de la persona que va a pie por una vía pública. Y para Manuela Burló Moreno, que tras poco más de un año regresa con 'Rumbos' a la pantalla de nuestros cines recuperando el apellido de su padre, es quizás, una de las palabras más impersonales para referirse a alguien. No solo está escrito en el guion, aunque no tenga tanto que ver con esta percepción, toda la película transcurre dentro de diversos vehículos.

Manuela Burló Moreno y Karra Elejalde preparando una secuencia

¿Qué pasaría si una noche cualquiera, en una ciudad cualquiera la causalidad y casualidad jugasen un papel fundamental y uniesen ambulancia, autobús, taxi, y dos coches? No lo sabemos, pero la visión voyeurista de la directora nos da una pista de las relaciones que se pueden establecer en apenas hora y media entre imperfectos desconocidos movidos por el amor y desamor. Y digo imperfectos, por aquel dicho de no todo lo que reluce es oro, y en este caso, no todo lo que dicen los personajes es lo que realmente quisieran.

Todos callamos a pesar de no parar de hablar, y esto es precisamente parte de lo que 'Rumbos' nos enseña, pues a pesar de tener uno de los guiones con más diálogo (y deliciosos monólogos perfectamente interpretados), es mucho lo que la soledad de los protagonistas de las historias entrecruzadas esconden a primera instancia. El miedo a no saber declararse, a que no te quieran o decir adiós nos hace vulnerables, incluso manipuladores, intentando que sea el otro quien dé el primer paso, tal y como Iván, interpretado por Miki Esparbé, abre este puzzle nocturno.

Un ciclo nocturno que tiene como conductora, pese a ser la única que no va sobre ruedas, a Julia Otero. Bueno, a su voz, y es que el programa inventado por Burló, que incluso antes de proponérselo a la periodista ya se llamaba 'Cuéntaselo a Julia', juega un papel fundamental en la vida de nuestros protagonistas. Con un tono meloso nos traslada de situación a situación. Pocas cosas hay peor que sentirse solo estando acompañado, y muchos de los oyentes (algunos de los personajes de 'Rumbos') de este consultorio sufren por ello.

Manuela Burló, que ya no Manuela Moreno, firma y dirige su obra más personal, con un pulso firme. De forma inteligente nos planta en una gran ciudad sin hacer una fotografía de ella, de hecho, podríamos adivinar que es Barcelona por el color de los taxis, y es que lo importante en la película son las relaciones sociales, y ese sentimiento de abandono entre la multitud. Si bien hay planos generales (quizá demasiados), en ningún momento vemos la Sagrada Familia o cualquier edificio representativo. Barcelona no es importante en 'Rumbos', las personas sí.

Un reparto irreconocible

El electo de actores, la mayoría en puro estado de gracia, es uno de los más potentes y raramente juntado hasta la fecha. Seguro que ninguno se puede imaginar a Karra Elejalde interpretando al taxista más tierno mientras una cómica, pero también dramática Pilar López de Ayala llora y habla sin parar en la parte trasera del vehículo. Pues bien, ocurre. Y ocurre para bien. Quizá sean estos dos personajes los más enigmáticos de la cinta, ya no solo por no estar acostumbrados a ver a estos actores en semejante tesitura y salir más que airosos (más comedias para López de Ayala, por favor), el guion de sus escenas probablemente sea de lo mejor de la cinta y del año. ¿Hay diferencia entre te quiero y te amo?, ¿se pueden prometer los besos de por vida? Quién sabe.

Carmen Machi y Fernando Albizu forman otra de las parejas más adorables vistas en la gran pantalla. Una mujer paralizada por su pasado, que no cree merecer los besos infinitos de los que hablaba Pedro, el personaje de Karra, y un transportista con miedo a que no quieran los suyos. Un chute de vitalidad y energía, que siempre viene bien, y más con estos dos monstruos de la interpretación.

Emilio Palacios y Christopher Torres en 'Rumbos'

Tampoco podemos perdernos a Miki Esparbé, Ernesto Alterio, Rafael Ordorika o las breves apariciones de Nora Navas, Fanny de Castro (sin palabras), y Pepa Aniorte. Aunque a los que debemos controlar de cerca es a los benjamines Emilio Palacios y Christopher Torres, que en descapotable circulan a toda velocidad por los rumbos de la vida.

En definitiva, la segunda película de Manuela Burló Moreno, es una radiografía de lo que podría pasarle a cualquiera, que, pese a tocar temas profundos no ahonda en el drama de ellos. En parte es bueno, sin embargo, que el espectador pueda no entrar del todo en los personajes y lo que nos cuentan. Es cierto también que no es la primera vez que vemos este formato de vidas cruzadas, y que no nos sorprenda, pero 'Rumbos', es solo el primer largo personal de la directora, y su sello, si habéis seguido su trayectoria, está impregnado en cada plano y coma del guión. Manuela también dice que para ser felices hay que tomar decisiones, y yo os digo que podemos empezar por ir al cine.

Nota: 8

Lo mejor: Los monólogos escritos en el guion y que se trata de la primera película personal de Manuela Burló Moreno y podremos ver su evolución en las siguientes, porque ha venido para quedarse.

Lo peor: Que el público no termine de empatizar y algunas transiciones en los saltos entre las historias.