Olivia Wilde no pudo ser la mujer de DiCaprio en 'El lobo de Wall Street' por ser "demasiado vieja"

Si algo caracteriza a la profesión de actor es que se puede caer en el olvido si no se ofrece un esfuerzo considerable. Al igual que puede que ni siquiera se llegue a primera plana si no se estorba durante un tiempo para conseguir un papel que en ese momento puede parecer relevante. Algo así ocurrió con Olivia Wilde, que a pesar de no formar parte originalmente del reparto de 'La vecina de al lado' cuando arrancó el rodaje, tras pasar un mes en la producción se hizo con la oportunidad de dar vida al personaje secundario de Kellie.

Como ocurre con todos los actores, por mucho que el perfil encaje con un ansiado papel, otro compañero se puede imponer a ti en la competitiva carrera. Aunque Olivia Wilde no se puede quejar últimamente de carencia de roles en producciones interesantes, no siempre se hace con la suya. Hace pocos años, fue una de las candidatas a encarnar a la nueva chica Bond de 'Skyfall', saga que se le resiste desde que su nombre sonara también para 'Casino Royale', pero no pudo ser en sendas ocasiones.

Su estilizada figura es uno de los requisitos que parece que hay que cumplir para triunfar en la industria del cine, y, desgraciadamente, más si se trata de una mujer. Pero hubo un momento en el que podía hacer lo que le daba la gana. Hace tiempo Wilde se impuso en un torneo de engullir tortitas en Australia, además de enfrentarse a Chris Farley en 'Saturday Night Live' en una competición de comer brownies cuando ella tenía tan solo diez años. Por si estabas buscando una nueva dieta para el verano.

Cada tatuaje es un mundo, al menos en los casos de aquella gente que se los hace estando en un estado consciente. Por eso resulta interesante el significado que se trata de plasmar con la tinta. En el caso del tatuaje que Wilde exhibe en la muñeca, la frase "All love, A", la actriz ha reconocido que la A hace referencia a su fallecido tío Alexander Cockburn, periodista político. Las dos palabras que preceden a la inicial son las dos últimas que transmitió por escrito a la joven Wilde, instándola a amar a todo lo que le rodea.

Su incorporación a 'Vinyl' ha debido ser cosa del destino, ya que guarda relación con uno de los responsables creativos de la serie de HBO. Los padres de Wilde tienen entre su lista de amigos a uno de los productores de la ficción centrada en el mundo de la música, y este artista no es otro que Mick Jagger, el líder de los Rolling Stones, que siguen dando conciertos allá donde ven la oportunidad.

Como si de una película de Julia Roberts se tratara, Wilde decidió a los 18 años fugarse con su novio del instituto, Teo Ruspoli, y casarse con él a esa temprana edad. Su "lujoso" matrimonio fue perpetrado en un autobús en la capital de Estados Unidos, Washington D.C., por lo que no fue como en un cuento de hadas precisamente. ¿El resultado? Están separados y a la espera del divorcio.

Aunque su matrimonio con el cineasta Tao Ruspoli no haya prevalecido, durante un tiempo supuso que fuera la nuera del ocasional actor y noble Dado Ruspoli, o lo que es lo mismo, el 9º príncipe de Cerveteri, 9º marqués de Riano y 14º conde de Vignanello, por lo que su boda en el autobús pudo haber sido mucho más espectacular de lo que seguramente fue.

Aparte de su pasada relación con una influyente familia política, Wilde puede presumir de algo mucho más interesante: tener sangre azul en sus venas. Ya que es la 20ª bisnieta del rey inglés Eduardo VII, que comandó el imperio británico durante una breve década a comienzos del siglo XX, antes de ser sucedido por Jorge V, cuyo drama con la expresión verbal quedó retratado en la oscarizada 'El discurso del rey'.

Si se hiciera una encuesta entre los padres de Estados Unidos acerca de la carrera que desearían que estudiaran sus hijos e hijas, seguramente la actuación no estaría entre las más populares. Esto queda demostrado con la medida que tomaron los padres de Wilde cuando les comunicó su pasión. Ya que gracias a sus vínculos consiguieron enchufarla en una empresa de casting de Los Ángeles, pensando que al ver la crudeza de la industria a la niña se le pasarían las ganas de ser actriz. Pero no salió muy bien el experimento, aunque a ella tampoco le ha ido nada mal en el negocio.

Cuando una actriz está en un momento de gloria en Hollywood, tener un hijo supone tomar un merecido descanso, aunque si se alarga demasiado se puede perder la atención de los estudios. Por eso ya no sorprende ver a actrices como Emily Blunt o Penélope Cruz recuperando la figura ágilmente tras dar a luz, y Wilde también ha vuelto a la primera plana a la carrera tras tener a su hijo Otis. Tan solo dos meses después del parto, la actriz se incorporó al rodaje de 'Vinyl', por lo que tuvo la motivación de unirse a un ambicioso proyecto para alcanzar la meta.