Cómo 'Inhumanos' pasó de película a serie y a fracaso

Los Inhumanos aparecieron por primera vez en 1965, en las páginas de 'Fantastic Four #65', fruto de una de las últimas colaboraciones entre los legendarios Stan Lee y Jack Kirby. En un ambiente de aventuras y ciencia ficción muy de la época, se nos presentaron no un grupo de héroes, si no una raza entera que convivía en secreto con la raza humana. Viviendo en la mítica Attilan, ciudad perdida entre las montañas tibetanas, cual Shangri-la o Ku-Lun, los miembros de esta raza está capitaneados por una familia real compuesta de hermanas, primos y esposos que funcionan con la lógica de un grupo de superhéroes. Black Bolt, Medusa, Crystal, Gorgon, Karnak, Triton y el perro Lockjaw son las caras más conocidas de esta raza. Sin duda las hermanas Crystal y Medusa han sido las que más han interactuado con el resto de cómics Marvel, ambas han formado parte de los 4 Fantásticos en diferentes momentos, y Crystal también en los Vengadores. La historia de origen de los personajes es complicada y fascinante, al estilo de la época. Los Kree, una de las razas alienígenas más importantes del universo marvelita, crearon a esta subespecie humana a base de juguetear con su ADN, pero cuando descubrieron que exponiendo a sus creaciones a una 'niebla terrígena' estos ganaban poderes y malformaciones, abandonaron a su experimento para siempre. Los Inhumanos y los seres creados para ser mano de obra, los "Alpha Primitives", se organizaron y vivieron apartados del hombre, al que ya comenzaban a ver como una amenaza. Esta historia de genes, aliens, sociedades secretas ha permanecido en un honroso segundo plano durante todas estas décadas, hasta que un anuncio de Kevin Feige en 2014 lo cambió todo.

En 2014 Marvel desveló sus planes para la fase 3 de sus películas, la más larga y prolífica hasta ahora, que va a durar hasta finales del 2019 con 'Vengadores 4' como punto y aparte. Junto con las esperadas secuelas de sus personajes centrales se anunciaron gratas sorpresas como 'Black Panther' y 'Captain Marvel'. Pero hubo un anuncio que comenzó a levantar algunas cejas en la sala. 'Inhumanos', de la que se dijo iba a centrarse en la familia real, no parecía un proyecto muy factible, pero teniendo en cuenta que el estudio había de convertir a los 'Guardianes de la Galaxia' de desconocidos en super-estrellas y de su éxito con 'Ant-Man' todo podía pasar, estábamos abiertos a las posibilidades.

Pero varios movimientos en los cómics empezaron a desvelar una estrategia nunca asumida por Marvel que provocó el rechazo de su núcleo duro de fans. Coincidiendo con el anuncio de la fase 3, se cambió el proceso de creación de los Inhumanos para hacerlo global, estos dejaron de vivir en la sombra de la luna, y se integraron como nunca con el resto de superhéroes. Y lo más importante, los mutantes, franquicia angular de los cómics Marvel, pero inexistente en su universo cinematográfico por batallas de derechos, comenzaron a ser ignorados, maltratados y casi arrinconados. Las series protagonizadas por inhumanos, o con un miembro de la especie en algún equipo, se multiplicaron por diez, mientras que las de mutantes se cortaron a un tercio.

Parecía evidente que Marvel quería compensar su falta de acceso a los mutantes y a su poder generador de historias y personajes con unos retocados Inhumanos. Fue una estrategia arriesgada y apresurada que fue muy mal recibida por los fans. Tanto que en el último año han tenido que recular ostentosamente. De hecho, la familia real se ha visto exiliada en el espacio, lugar donde se han creado sus mejores aventuras, como la mítica 'War of Kings', y aunque sigue habiendo muchos más miembros de esta raza a la vista de todo el mundo que nunca, su influencia ha remitido, y la de los mutantes se ha recuperado ligeramente.

La expansión de los Inhumanos en los comics, con liberación de la niebla terrígena por todo el mundo tuvo su reflejo en la serie de Marvel más veterana e imbricada con las películas. Durante la segunda temporada de 'Agentes de SHIELD' se introdujeron elementos de los inhumanos, hasta el punto de convertir a una de sus protagonistas en una de ellas. Como dato indicativo de la estrategia Marvel, el personaje de Daisy 'Quake' Johnson' vio como se cambiaba su origen mutante para convertirla en parte de la raza de a que sí tenían derechos. Es en 'Agentes de SHIELD' donde se ha visto más clara la utilización de los inhumanos como sustituto de los mutantes, aunque en su última temporada parecen haber abandonado prácticamente del todo el tema. En su momento, estas tramas parecían preparar el terreno para la proyectada película, como se había hecho con 'Thor', las películas de Capitán América, o incluso 'Doctor Strange (Doctor Extraño)'. Pero algo inesperado e impropio de Marvel iba a pasar.

A lo largo de 2016 la fase 3 de Marvel fue aumentando, añadiendo a última hora 'Ant-Man y la Avispa' y 'Spider-Man: Homecoming'. Según sus responsables, esa acumulación de proyectos fue la que provocó el movimiento nunca antes visto de retirar una película de sus planes de producción. A nadie se le escapa que había poco entusiasmo en el ambiente, pero tampoco se esperaba un abandono tan evidente. La trayectoria de los estudios Marvel es tan brillante que ha conseguido hacer pasar por éxitos hasta sus pelis más problemáticas, como 'Thor: El mundo oscuro', y su control del relato siempre ha dado la impresión de un plan estratégico bien diseñado y sin fisuras, (que las ha habido), para envidia de Warner Brothers.

Por eso, quizás, siguieron empeñados en transformar ese abandono en un acontecimiento, y anunciaron que el proyecto pasaba a ser parte de su universo televisivo, pero contando con un inusitado estreno en cines Imax de los dos primeros capítulos. En un año, la familia real de Attilan pasaba a ser una serie de ocho episodios para ABC, con las consecuentes rebajas de presupuesto que eso supone, y con poco tiempo por delante hasta el estreno.

Hay tres momentos claves entre el sorprendente cambio de rumbo de Marvel y el estreno de la serie, el estreno de Iron Fist, la Comic-con de San Diego y esta entrevista con el director Roel Reiné. Scott Buck abandonó 'Iron Fist' antes de que se estrenara para hacerse cargo de la serie. Es decir la gente descubrió su "estilo" de trabajo cuando el showrunner ya estaba en pleno proceso creativo. El aluvión de críticas negativas que se llevó Iron Fist, convirtiéndose en la serie peor valorada de la alianza Marvel-Netflix estuvieron enfocadas en su protagonista, Finn Jones y en Scott. Además, en el currículum del productor también estaba el dudoso honor de haber participado en la temporada final de 'Dexter', una temporada polémica, si por polémica entendemos odiada por los fans. Normal que con el estreno de Iron Fist muchas cabezas se giraran hacia la producción de 'Inhumanos' con recelo. Las cosas no mejoraron con la distribución del póster y primeras imágenes del reparto, ahí empezó a preocupar el pelo de Medusa, que no es un asunto nada trivial para los personajes. Pero fue en la Comic-Con de San Diego donde se consumó el desastre. La presentación del trailer y de algunas escenas a la prensa especializada provocaron una sensación de vergüenza ajena tan grande que la compañía tuvo que salir al paso diciendo que era material no acabado y que faltaban pulir los efectos especiales. La peluca de Medusa se confirmaba como un problemón. El único diseño de personaje que consiguió emocionar ligeramente a los fans fue el del perro gigante Lockjaw.

Para rematar la reputación de la serie, la rueda de prensa de la serie en la convención se cerró en falso impidiendo preguntas incómodas a un equipo artístico visiblemente nervioso. Por último, esta entrevista al director Roel Reiné, lejos de aliviar la tensión la aumentó. Con sus comentarios acerca del presupuesto limitado y el poco tiempo disponible nos prepararon para lo peor, una vez más. Y ya iban muchas. Así hasta el estreno.

Una versión recortada de los dos primeros capítulos se estrenó en Cines Imax de Estados Unidos, recaudando menos que capítulos ya emitidos de Juego de Tronos, por compararla con algún fenómeno similar. Además de la floja taquilla, las opiniones de los espectadores empezaron a llegar, un 29 en Metacritic, con un total de 0 críticas positivas, y un aún peor porcentaje, 4%, en Rotten Tomatoes la convierten en el producto peor valorado de la exitosa trayectoria de Marvel. Y la verdad es que una vez vista, no es para menos. No hay absolutamente nada en la serie que recuerde o haga honor a ninguno de los elementos que hacen especiales a estos personajes, no hay fantasía ni asombro. Los personajes han sido alterados y desdibujados hasta la parodia. A pesar de los esfuerzos de Iwan Rheon, que se pasa los dos primeros capítulos dando discursos no hay villano a la vista. El personaje de Black Bolt, en manos de Anson Mount presenta una dificultad enorme en su traslación a la pantalla. La limitación auto-impuesta del rey de los Inhumanos, que puede destrozar montañas con su voz, requiere de una maestría narrativa e interpretativa para hacerlo interesante. No es el caso. Gorgon y Karnak han sido reducidos al trazo más grueso e infantil, rozando la parodia. Y lo de Medusa, Serinda Swan, es impresionante, ese pelo que tantos problemas ha dado a la producción desaparece a la media hora de metraje por obra y arte de una maquinilla de afeitar que podríamos encontrar en la barbería de la esquina. Crystal, Isabel Cornish, uno de los personajes más poderosos e infravalorados del universo Marvel llega a unas cotas aún más bajas de infravaloración, convirtiéndose en la primera en una hipotética competición de ridiculez entre los personajes. Suerte que sale Lockjaw, son los mejores cinco minutos del metraje. Los dos primeros capítulos no han hecho más que confirmar los peores augurios, y algo muy tremendo debería pasar en los seis que faltan para que la impresión general cambie. Ya es oficialmente el tropiezo más sonado de Marvel.