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CRÍTICA

'Toc Toc': El relato profundo detrás del envoltorio cómico

Vicente Villanueva trae a la pantalla 'Toc Toc', la adaptación de la aclamada obra teatral. Aunque enmarcado en la comedia, la historia de sus personajes cuenta la vida del 3% de la población mundial.

Por Cristina Pozo García 6 de Octubre 2017 | 10:00

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El cine español, ya por tradición más que por otra cosa, sabe que en la comedia va a tener siempre un hueco asegurado. Es un género que, cuando funciona, funciona muy bien y las recaudaciones de 'Ocho apellidos vascos' y su secuela catalana, 'Pagafantas', 'Fuga de cerebros' y las interminables películas de 'Torrente' son solo algunos ejemplos. Y cuando no termina de funcionar en las sesiones habituales, eventos como la Fiesta del Cine consiguen ayudarlas a levantar cabeza año tras año. 'Toc Toc' podría ser una de esas pocas que se sostenga por su propio peso.

La nueva cinta de Vicente Villanueva ('Nacida para ganar', 'Lo contrario al amor') se trata de una adaptación de la obra teatral homónima, escrita por el francés Laurent Baffie, que ha quedado gratamente sorprendido por el éxito cosechado fuera de las fronteras de su país. De hecho, desde 2009 puede disfrutarse tanto en Madrid como en Barcelona. 'Toc Toc' nos presenta a 6 personajes con Trastorno Obsesivo Compulsivo (T.O.C.), aunque con diferentes versiones. Al parecer, todos ellos han concertado cita con el doctor F. Palomero Quiroga, un prestigioso psicólogo que últimamente anda muy cotizado en el extranjero. Lo que desconocen es que todos han sido citados a la misma hora, para su desesperación y para la de Tiffany (Inma Cuevas), su asistente, que está harta de que el sistema informático le juegue malas pasadas.

Rossy de Palma, Nuria Herrera, Alexandra Jiménez, Paco León y Óscar Martínez en 'Toc Toc'

Conforme los pacientes van llegando, el espectador es testigo de las distintas ramificaciones en las que puede darse este trastorno. Federico (Oscar Martínez) es un hombre cuyo sueño de ser abogado quedó frustado a causa de la coprolalia, es decir, la tendencia patológica a decir obcenidades de forma involuntaria. Blanca (Alexandra Jiménez), la segunda en llegar a la consulta, es incapaz de estar en una habitación sin comprobar que está libre de ácaros o de cualquier virus contagioso (nosofobia). Emilio (Paco León), taxista de profesión, no puede emitir una sola frase sin que los números sean los protagonistas (aritmomanía). Ana María (Rossy de Palma) es una mujer de las de antes, devota, de esas que si no se santigua antes de salir de casa o no revisa que lleva las llaves en el bolso 20 veces no es persona... solo que en este caso es literal. Lili (Nuria Herrero), por su parte, es monitora en un gimnasio y tiene un serio problema cada vez que abre la boca: o repite las frases que dice dos veces (ecolalia) o la última sílaba de la palabra que otra persona ha pronunciado (palilalia). El último en llegar es Otto (Adrián Lastra), obsesionado con la simetría (de ahí su nombre) y con que sus pies no toquen ninguna línea del suelo. La viva imagen de Jack Nicholson en 'Mejor... imposible'. En cuanto Tiffany les informa de que el vuelo del señor Palomero ha sido retrasado y que no llegará a tiempo, sabemos que la fiesta acaba de comenzar.

Del guion y del montaje (la magia de Alejandro Lázaro ya la hemos visto en 'Los crímenes de Oxford' y 'Balada triste de trompeta') poco hay que decir. Aunque brillantes, especialmente por los planos en los que Ana María parece la versión femenina de James McAvoy en 'Múltiple' y la coreografía que ejecutan todos los personajes en un solo espacio, ambos pecan en un único punto: la excesiva reminiscencia hacia la obra teatral. Como en cualquier adaptación, es normal que la materia prima siga ahí. Por eso es de agradecer que la versión cinematográfica aporte matices distintos a los de la original, especialmente cuando gracias a ella podemos ver más allá de lo que ocurre en el salón de la consulta, como son las incorporaciones de los personajes, Tiffany ejerciendo de la secretaria "modelo" o al personaje de Jiménez haciendo incontables visitas al cuarto de baño. Ese es el toque fresco que Villanueva ha querido traer a las butacas de cine. Sin embargo, hay determinados momentos en los que parece que no hemos abandonado el teatro del todo.

Rossy de Palma, Adrián Lastra, Nuria Herrera, Alexandra Jiménez, Paco León y Óscar Martínez en 'Toc Toc'

La caracterización de los personajes es, sin duda, envidiable. Quizá Lili, el personaje de Herrero, está en desventaja con respecto al resto, aunque todos tienen su hueco en esta particular historia coral. Martínez, junto a de Palma, dan el golpe para que la película no sea calificado como "algo para jóvenes", sino que le da el toque de universalidad, para todas las edades. Eso sí: Ana María es mucho más estridente que Federico, que actúa muy bien como experto y veterano en la materia de los TOC. Por su parte, León (Emilio) es capaz de interpretar lo que sea, aunque muchos verán en su humor un ligero eco del Luisma de 'Aída'. Jiménez y Lastra están magníficos, sobre todo este último, que encamina magistralmente el tercer acto. Por último, Cuevas se comporta muy bien como secundaria, pero es la personalidad de Tiffany la que a veces amenaza con comerse la trama de los 6 protagonistas. Esencial en la obra de teatro, se convierte en indispensable para que el espectador sepa que hay algo más allá que esa sala de espera.

La impronta que dejan los personajes

No es la primera vez que una película intenta, a través del humor, visibilizar los problemas o preocupaciones de parte de la sociedad, no solo de la española. Precisamente Paco León es un experto en la materia. Sus tres largometrajes como director ('Carmina o revienta', 'Carmina y amén' y 'Kiki, el amor se hace') radican en ese concepto de poner un foco en lo que no es lo habitual y darlo a conocer al público, cansado de la típica comedia a la española que busca la risa fácil.

Por eso es tan importante que haya no más películas como 'Toc Toc', que también, sino más narrativas que ahonden en otro tipo de problemas, aunque solo afecten al 3% de la población mundial. Todos tenemos predisposición para sufrir un TOC y esta cinta no pretende hacer una sátira vulgar sobre los escollos e inconvenientes a los que se enfrentan los pacientes día tras día, sino que da una lectura amable, con la que cualquiera puede sentirse identificado. Durante los 90 minutos que estamos pegados a la silla no nos dan ganas de salir corriendo y vociferar que es otra película "made in Spain". No. Aunque chocante, nos apetece quedarnos hasta el final.

Nota: 7

Lo mejor: Que utilice como recurso el humor que estos trastornos se visibilicen y normalicen.

Lo peor: Que muchos la verán como una comedia más de entre todo el espectro español.

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