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CRÍTICA

'El pasajero': Un pie entre coche y andén

Un hombre ordinario en circunstancias extraordinarias. Liam Neeson vuelve a repetir esta máxima del cine de acción con Jaume Collet-Serra.

Por Pablo Alberto Cueto Liñán 26 de Enero 2018 | 12:18

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Liam Neeson hace tiempo que se cansó de ser paciente. Él es un buen hombre, pero como le toquen un poco la moral, la cosa se va a poner tensa. Puede ser la premisa del 80% de sus películas desde los 10 años que cumple la estupenda 'Venganza' (la primera, la buena) y Neeson sigue entregándose al 100% a estos papeles. Así lo demuestra en 'El pasajero', su tercera colaboración con el español Jaume Collet-Serra, en su enésima violenta peripecia conspiranoica.

El pasajero

Michael MacCauley (Neeson) es un hombre de negocios con la misma rutina diaria: Levantarse a las seis de la mañana, que su mujer le lleve al cercanías, jornada laboral y, sacándole partido al abono transportes, vuelta a casa de nuevo en el tren. Su rutina se verá alterada en el momento en el que una desconocida le propone un extraño reto. Desde ese momento, descubrirá que todo es más grande de lo que se pensaba y se verá obligado a usar su ingenio para completar la misión encomendada. Un planteamiento que no nos suena a nuevo, pero el gran arranque nos engancha. Jaume Collet-Serra se ha convertido en un estupendo fabricante de películas palomiteras; no hay duda de su capacidad de tomar un material mil veces visto y atrapar al espectador con sus juegos de manos. Y esta vez juega a algo similar que en 'Sin escalas', pero sustituyendo el avión por los vagones de un tren, aunque con un nivel similar de estruendosidad.

La película goza de un reparto espléndido. Acompañando a Liam Neeson tenemos a Vera Farmiga y Patrick Wilson (el matrimonio Warren en 'Expediente Warren') además de Sam Neill (Parque Jurásico), Jonathan Banks (Mike en Breaking Bad) y a una Clara Lago que disfruta de un pequeño papel en su primera incursión en el cine estadounidense después de su paso por 'The Librarians'. Todos cumplen honradamente con su cometido, a pesar de un guión farragoso, que desperdicia por completo su talento en unos personajes de saldo, que les lleva por todos los lugares comunes del género, diálogos irrisorios que creíamos reservados para la serie B incluidos. Y es que 'El pasajero', en alma, es serie B: desde los omnipresentes malos de cómic a los improbables giros de guión, pero la película lo sabe y juega con ello. Aunque en ocasiones parezca que se toma demasiado en serio así misma con un tono narrativo bastante grave.

El pasajero

Que alguien lo pare

Se trata de una cinta en la que en su primera hora prima el suspense, y la mano de Collet-Serra para mantener la intriga en este thriller sobre ruedas funciona, cuando el guion todavía no ha mostrado sus cartas. La verdadera acción llega en el segundo tramo, donde Liam Neeson puede mostrar su bien merecida estrella como héroe de acción, entregándose al máximo a ella. El realizador catalán cumple con unas solventes y vistosas, aunque exageradas, escenas de acción, que hacen que sea más fácil esperar a ver quién es el ganador final de la pelea que intentar averiguarlo durante la misma. La película avanza con rapidez sin pesar, hasta que nos adentramos en el tercer acto. Un clímax donde el exceso se apodera de la pantalla (Aunque el realizador nunca se ha caracterizado por su sutileza). La hora que lo precede parece una película de Haneke comparada con los fuegos artificiales del tramo final, que se alarga más de lo necesario. Tanto es así, que la propia película se da cuenta, e introduce agradecidos y acertados momentos de humor. Si nosotros salimos cansados de la película, no me quiero ni imaginar cómo salió el bueno de Neeson.

El director catalán ya tiene experiencia en conseguir triunfos comerciales. Ya rompió la taquilla estadounidense con 'Sin escalas' y tuvo éxitos similares con 'Sin identidad' e 'Infierno azul'. 'El pasajero' se trata de una película en la línea de lo que viene firmando a lo largo de esta última década: cine de acción palomitero sin más pretensiones que entretener. Desgraciadamente, es el menos redondo de estos films, adoleciendo de un guión paupérrimo y un exceso total en el clímax. Con todo, es un enormemente entretenida y nos afianza una lección que ya teníamos bien clara. No le toques las narices a Liam Neeson.

Nota: 5

Lo mejor: El inicio y cómo el realizador disemina el suspense en la primera hora.

Lo peor: El absoluto exceso en las escenas de acción, el guión y en particular, su desmoronamiento en el final.