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ENTREVISTA ECARTELERA

Anna Castillo: "Muchas veces he tenido que dar más de mí para que se me hiciera caso"

Entrevistamos a la actriz Anna Castillo con motivo de la 5º edición del ciclo 'Mujeres que no lloran' organizado por la Asociación de Mujeres Cineastas y Medios Audiovisuales que se celebra esta semana.

Por Laura Sánchez de la Hoz 22 de Mayo 2018 | 17:00

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Si hay algo en lo que el mundo audiovisual aún tiene que ponerse las pilas, eso es sin duda la representación femenina tanto dentro como fuera de la pantalla. Durante esta semana se está celebrando la 5ª edición del ciclo "Mujeres que no lloran" organizada por la Asociación de Mujeres Cineastas y Medios Audiovisuales (CIMA), en el que se debate sobre los personajes y la representación de las mujeres en el cine y la televisión. Las actrices invitadas este año son Anna Castillo, Nathalie Poza, Irene Escolar y Carmen Machi, que presentarán algunas de sus últimas películas como protagonistas y conductoras de la trama.

'La Llamada'

Desde eCartelera hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Anna Castillo, ganadora de un premio Goya por su papel en 'El olivo' bajo la dirección de Icíar Bollaín. La actriz forma parte del coloquio que se realiza a partir de 'La llamada', película dirigida por Javier Calvo y Javier Ambrossi, en la que interpreta a Susana Romero, una joven que descubre más de sí misma castigada en un campamento religioso de lo que cabría esperar. "El personaje de Susana es una chica como la que puedes encontrar en cualquier instituto", dice Castillo al preguntarle sobre la importancia del cine y la televisión no solo como reflejos de la realidad sino también como creadoras de la misma.

Es importante representar a mujeres valientes y decididas, pero también a mujeres que están perdidas o tienen miedo, lo importante es que sean personajes reales que lleven la voz de su propia historia. CIMA se preocupa porque esas relaciones entre el mundo audiovisual y la sociedad se hagan visibles para poder avanzar en una mejor representación de las mujeres, tanto como personajes como personas reales con aspiraciones a realizar grandes proyectos y a ocupar cargos de liderazgo en la industria. "Hace poco me preguntaron si yo había sentido algún tipo de discriminación currando desde que soy pequeña y seguramente sí, pero creo que no lo clasifiqué como tal porque lo di como algo normal y eso me da mucho miedo", revela la actriz en referencia a lo instaurada que está la desigualdad en el mundo del audiovisual. Os dejamos con la entrevista.

'Mujeres que no lloran': alarmantes cifras del cine español

En esta 5ª edición del ciclo organizado por CIMA en colaboración con la Academia de Cine con la participación de AISGE y el Instituto de la Mujer y para la igualdad de oportunidades se han comentado los datos de los estudios que abarcan películas y series españolas realizadas en 2014, 2015 y 2016 (aunque los datos de 2017 aún siguen siendo objeto de estudio). Dichos estudios demuestran que en 2016 los papeles femeninos en las películas españolas ocupaban tan solo un 39% , incluyendo tanto principales y secundarios como extras y un 46% en las ficciones televisivas. Encontramos que en el cine hay tan solo un personaje femenino por cada tres masculinos y que conforme más avanzada es la edad de la actriz menos espacio tiene en la pantalla.

Las actrices jóvenes (menores de 35) protagonizan un 42% frente al 58% de los hombres en el mismo rango de edad, esa diferencia se hace aún más notable en los rangos de edad de 35-40 y 45-64 en los que la presencia de la mujer disminuye a un 28% y 25% respectivamente. Mientras tanto en las series las actrices que interpretan papeles protagonistas con un rango de edad menor de 35 años son el 55%, aunque este dato podría sonar esperanzador lo cierto es que se trata de un claro indicador de la presión estética que sufren las actrices ya que son las mujeres de este rango las que interpretan a madres de hasta 40 años en la ficción.

Una realidad que se ve reflejada en la gran caída de actrices de más de 35 años que protagonizan las series llegando apenas a un 29% (35-44 años) frente al 71% de hombres de la misma edad que encarnan papeles principales. De esta forma un actor de 35 hasta 64 años podría interpretar a un padre junto a una compañera de reparto que, con menos de 35, encarnaría el papel de su pareja.

Y detrás de las cámaras los datos no mejoran, en el año 2016 las profesionales femeninas solo superan en número a sus compañeros en los cargos relacionados con la estética como el diseño de vestuario (83%) o maquillaje y peluquería (75%) y se acercan a los hombres en número en los que se relacionan con el arte, como son diseño de producción (44%) y dirección artística (44%). Unos datos alarmantes teniendo en cuenta la falta de trabajadoras en el resto de sectores. En los denominados cargos de liderazgo las mujeres poseen un representación ínfima: producción (26%), dirección (16%) y guión (17%).

Las mujeres quedan apartadas de los procesos donde se deciden los aspectos más importantes de las películas como el contenido o los valores que estas van a transmitir, con un 26% de mujeres frente al 74% de hombres. Los productos culturales que llegan al público tienen muy baja representación, las películas no son más que un reflejo del entorno social en el que nos movemos y del machismo institucionalizado.

Pero esto no termina aquí sino que las ayudas que estas reciben son una barrera añadida, según estos informes las mujeres directoras que han realizado películas a lo largo del periodo de 2011 a 2015 han recibido presupuestos menores cuya media alcanza los 995.994,70€, un coste muy por debajo de los largometrajes de sus compañeros. Además las cadenas de televisión cuyo papel inversor es muy importante para la industria cinematográfica parecen tener también problemas con apoyar sus proyectos. En el año 2016 RTVE solo ha coproducido un 24% de películas de mujeres, mientras que Atresmedia Cine alcanza apenas el 7% y Telecinco cinema nos deja con un poco esperanzador 0%.

El sector audiovisual tiene aún un largo trabajo que hacer en la representación de sus trabajadoras: estas sufren la presencia del techo de cristal para alcanzar los altos cargos dado que hay una feminización de los cargos arraigados a la percepción tradicional de la mujer, sus películas disponen de menos financiación, el respaldo de las televisiones es mínimo y hay una enorme falta de modelos de referencia debido a que las galas de premios en España tienden a invisibilizar el papel de la mujer tras las cámaras.

16 directoras fundamentales para la historia del cine

Alice Guy

Alice Guy

Alice Guy no solo fue una pionera por ser la primera mujer en dirigir una película en la historia del cine, sino que fue la primera persona en la historia en realizar un filme con narrativa, logrando sentar las bases de lo que posteriormente se llamaría "ficción". Hija de editores, su infancia estuvo entre Francia, Chile y Suiza. Su contacto con el cine empieza de forma accidental, ya que era secretaria en la Compañía General de Fotografía, empresa que compró en 1895 Léon Gaumont, fundador de la icónica Compañía Gaumont.

Siendo aún secretaria fue cuando cogió la cámara Demeny-Gaumont de la compañía y combinó imágenes en movimiento con escenas propias del teatro, creando 'El hada de las coles', la primera película narrativa de la historia, en 1896. De esta forma, Guy entra en contacto con el arte de la cinematografía, volviéndose pionera en los efectos especiales, creando tramas basadas en ciencia ficción y creando las figuras de productor y productor ejecutivo. Contemporánea de los Hermanos Lumière y Charles Pathé, ella fue la que innovó en el cine, al alejarse de las imágenes que retrataban una escena concreta para empezar a narrar cine con tramas de ficción.

Fue también la primera persona que pudo mantenerse económicamente gracias al cine. Filmó más de 1000 producciones en toda su vida y tuvo varias compañías en Francia y los Estados Unidos. Además fue reconocida en su época como una importante directora, actriz y productora, influyendo en otros cineastas de los principios del cine como Méliès. Reconocida en 1953 con la Legión de Honor del gobierno francés, en 1957 la Cinématèque Française le rindió tributo por su contribución a la historia del cine.

Sin embargo, aunque Guy gozó de fama y prestigio en vida, su figura fue enterrada en la historia, atribuyendo a Méliès el haber sido pionero en la narrativa en el cine, cuando éste tuvo clara influencia de Guy. Su obra, durante mucho tiempo, fue atribuida a su marido o autores desconocidos. Tanto en su estancia en Estados Unidos como en su Francia natal, llegó a ser reconocida como productora y realizadora independiente. Pionera y feminista, en 1913 redactó 'Woman's Place in Photoplay Production', en la que denunció la exclusión de las mujeres en la realización de películas.

Lois Weber

Lois Weber

Fue la primera mujer en la historia que dirigió un largometraje, 'El mercader de Venecia', en 1914. Antes de convertirse en directora de cine, Weber fue pianista en su Pittsburg natal, probó suerte como cantante en Nueva York y en 1905 se convirtió en actriz al formar parte de la Gaumont Film Company. Inicialmente contratada para cantar melodías, trabajó con Herbert Blaché, marido de la famosa cineasta Alice Guy, como actriz. Años después, junto con su marido Phillips Smalley, empieza su carrera como directora.

Tras rodar 'El mercader de Venecia', dirige 'Hypocrites', que Weber dirigió, escribió, produjo e interpretó. Cinta que ahonda en las vidas de un antiguo místico cristano y un ministro moderno, el filme ya muestra la vocación de la cineasta en narrar temas de carácter social, así como también poner en cuestión las lecciones de moralidad. Cineasta muy atrevida, durante esta etapa del cine mudo llegó a narrar temas como el aborto y el control de la natalidad ('Where Are My Children?'), la adicción al alcohol y las drogas ('Hop, the Devil's Brew') o la pena de muerte ('The People vs. John Doe'). Teniendo en cuenta que los realizó entre 1915 y 1917, se puede considerar a Weber toda una pionera en atreverse a tratar temas tan polémicos.

En 1916 se convirtió en la directora mejor pagada de Universal Studios y un año después decidió montar su propia productora, Lois Weber Productions, además de lograr un puesto asegurado en la Motion Picture Directors Association. Entre sus pupilos estuvo John Ford, que trabajo como ayudante de dirección para la cineasta, y entre sus grandes éxitos estuvo 'The Blot', codirigida con su marido, y que fue distribuida por la Paramount. Debido que cada una de sus películas tocaba temas muy polémicos, al ser anteriores al Código Hays, todas se convirtieron en éxitos de taquilla. En los años 20 empezó a llegar su declive, en parte motivado por su tortuoso divorcio con Smalley.

Sus últimos filmes fueron 'Sensation Seekers' y 'El ángel de Broadway' mientras que en 1934 estrenó su última cinta, 'White Heat', cuya mala acogida la obligó a retirarse prematuramente de la dirección, convirtiéndose en guionista supervisora. Cinco años después, la directora murió sola y completamente arruinada. Su legado fue enorme, logró convertirse en mentora de varias actrices famosas de la época como Mary MacLaren, Mildred Harris o Claire Windsor, además de impulsar a la guionista Frances Marion. En 1960, 21 años después de su muerte, se reconoció su gran e importante contribución histórica al cine, otorgándole una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood a título póstumo, un recuerdo para una auténtica pionera. Para el historiador de cine, Anthony Slide, Weber fue "junto con D.W. Griffith, la primera autora genuina del cine estadounidense, una cineasta involucrada en todos los aspectos de producción y que supo utilizar sus películas para expresar ideas y filosofías".

Maya Deren

Maya Deren

Nacida en Kiev, Deren es una de las figuras calve del cine experimental de los años 40 y considerada fundadora del cine underground en los Estados Unidos. Cineasta, fue también bailarina, coreógrafa, poeta y escritora. Desde muy joven, se inspiró en el psicoanálisis y el surrealismo. En 1943 realizó uno de sus trabajos más laureados, el cortometraje 'Un falso despertar', premiado en el Festival de Cannes y considerado uno de los filmes experimentales más relevantes e influyentes del siglo pasado. El corto tenía un enfoque marcadamente feminista, explorando las imágenes que tiene una mujer en su pensamiento, hasta tal punto de mostrar cómo en sus más profundas ensoñaciones están los temores a ciertos momentos de su vida cotidiana.

Tras 'Un falso despertar', vinieron cortos como 'The Private Life of a Cat', 'Witch's Cradle' o 'At Land', que la convirtieron en una de las figuras esenciales del llamado "avant-garde cinema" (cine de vanguardia) de los años 40 y 50, influyendo notablemente en el cine de posteriores cineastas como Luis Buñuel, Jean Cocteau y David Lynch.

En 1958 se estrenó su último trabajo, el cortometraje 'The Very Eye of Night', con el que colaboró con el Metropolitan Opera Ballet School y en el que un grupo de bailarines danza emulando a antiguos dioses griegos sobre un fondo estrellado, creando una atrayente sensación de ingravedad. La cineasta dirigía, escribía, editaba y actuaba en sus propias películas, como también las distribuía por el continente americano gracias a clases universitarias y ponencias en Estados Unidos, Canadá y también Cuba.

En los años 40 y 50, Deren fue una de las figuras críticas con Hollywood y su forma de monopolizar el movimiento artístico. La cineasta llegó a declarar: "Hago mis películas con lo que Hollywood gasta en pintalabios [...] Hollywood fue un gran obstáculo para que el cine se definiera y evolucionase como una forma de arte creativo y fino". En 1956 fundó la Creative Film Foundation, que hasta 1961, reconoció la labor de realizadores independientes.

Lotte Reiniger

Lotte Reiniger

La animación también tuvo sus pioneras y el mayor exponente es la cineasta alemana Lotte Reiniger. Especializada en la animación de siluetas y sombras chinescas, fue cuando veía las películas de Georges Méliès y, posteriormente, al actor y director Paul Wegener, durante su adolescencia cuando empezó a soñar en convertirse en directora y animadora. Cuando en 1915 asistió a una conferencia que daba Wegener, la joven Reiniger decidió entrar en el grupo de teatro Max Reinhardt, al que pertenecía el actor.

Para llamar su atención, confeccionó una serie de siluetas del resto de actores de la compañía interpretando sus papeles. Logró llamar su atención y Reiniger empezó realizando las siluetas de los rótulos intercalados de los filmes de Wegener como 'La boda del gigante Ruebezahl', 'La bella princesa de China' o 'El flautista de Hamelín', realizados entre 1916 y 1918. Su pasión y esfuerzo hicieron que Wegener la recomendase para ingresar en el Instituto de Investigaciones Culturales, situado en Berlín y que estaba dedicado a la animación experimental. En 1919 realizó su primer corto con animación con siluetas, 'El ornamento del corazón enamorado'. En el Instituto berlinés conoció a su marido, el director Carl Koch, que la apoyó durante toda su carrera, colaborando en todas sus películas.

Tras realizar seis cortometrajes y producir anuncios de publicidad y efectos especiales de filmes en imagen real, como 'Die Nibelungen' de Fritz Lang, la realizadora se convirtió en la figura central de un movimiento de animadores alemanes. En 1923 se le ofrece la posibilidad de dirigir un largometraje cuando el banquero Louis Hagen, que admiraba su animación, le propuso financiar un proyecto para una película de larga duración. Rueda así 'Las aventuras del príncipe Achmed', terminada en 1926 y que, actualmente, es el largometraje de animación más antiguo que se conserva, aunque no fue el primero en realizarse (dicho título pertenece al filme argentino 'El apóstol', realizado en 1917 pero que se encuentra perdido).

El filme fue todo un éxito, con una trama que combinaba varios relatos fantásticos de 'Las mil y una noches'. Reiniger, como bien apuntan los historiadores, se adelantó una década a Walt Disney con su 'Blancanieves y los siete enanitos' y a Ub Iwerks, animador estadounidense y creador de Mickey Mouse al utilizar ya en 'Las aventuras del príncipe Achmed' una cámara multiplano para crear ciertos efectos. El triunfo de la película permitió a Reiniger producir un mediometraje titulado 'El doctor Doolittle y sus animales' en 1928, basado en uno de los primeros libros del escritor británico Hugh Lofting. Codirigió un filme en imagen real, 'La búsqueda de la felicidad', junto con Rochus Gliese, que tuvo a Jean Renoir y Berthold Bartosch como actores y tenía una escena con animación por siluetas de 20 minutos, desafortunadamente, la llegada del cine sonoro provocó una modificación radical del filme, con unos resultados finales desastrosos. Estuvo a punto de dirigir un tercer largometraje, esta vez solo de animación, inspirándose en la ópera 'Los niños y los sortilegios', de Ravel, pero no logró hacerse con los derechos de la obra.

Con el ascenso del partido nazi al poder en Alemania, Reiniger y su marido deciden emigrar. Al no lograr un visado permanente, vagan de un país a otros, en los que aprovecharon para seguir produciendo cortometrajes animados como 'Carmen' o 'Papageno', inspirados en las óperas 'Carmen' de Bizet y 'La flauta mágica' de Mozart. Tras pasar la Segunda Guerra Mundial en Alemania al no lograr una visa permanente, Reiniger y Koch dejan de producir cine al no querer afiliarse al partido nazi. En 1949, tras acaba la guerra, emigran a Londres, donde lograron realizar varios proyectos. Aunque Koch murió en 1962, Reiniger continuó trabajando, realizando más de 20 películas de animación con siluetas, muchas de ellas para la BBC e inspiradas en cuentos de hadas clásicos. En 1972, Reiniger recibió el Deutscher Filmpreis y en 1979 la Orden del Mérito de la República Federal Alemana, el máximo reconocimiento del país en democracia. Su cine, revolucionario y vanguardista, inspiró a animadores como al propio Disney, a Irène Starewicz, a la directora artística Mary Blair (uno de los emblemas de la factoría Disney durante la posguerra), así como también a cineastas como Georges Schwizgebel, Lev Atamanov, Michel Ocelot o Jean-François Laguionie.

Lotte Reiniger en eCartelera

Tazuko Sakane

Tazuko Sakane

Fue la primera mujer que dirigió cine en Japón. Su vida antes de entrar en contacto con el cine no fue muy amable, precisamente. Tras casarse a los 20 años en un matrimonio concertado, vivió un auténtico infierno marital durante cuatro años, hasta que su padre se vio obligado a pagar el divorcio para poder liberar a su hija de semejante horror. Su padre, un hombre de negocios que se había vuelto rico, logró que Sakane empezase a trabajar como asistente de dirección en el Nikkatsu Studio, situado en Kioto.

En el Nikkatsu conoció al afamado realizador Kenji Mizoguchi que, impresionado por la sensatez de Sakane, la contrata como guionista. Gracias al apoyo de Mizoguchi, Sakane se convirtió en la primera y única mujer que dirigió cine en Japón antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Durante el conflicto bélico, rodó 10 filmes documentales en Manchuria, de los que solo queda uno. Tras acabar la guerra, Sakane negó haber dirigido películas (al no tener título universitario, no podía dirigir cine). Se vio obligada a no volver a dirigir, limitándose a labores de guion y asistencia de dirección.

Junto con Kinuyo Tanaka, fueron las pioneras en la dirección de cine en Japón por parte de mujeres. Lo interesante es que las dos tuvieron el apoyo de Kenji Mizoguchi, un director cuyos largometrajes tenían protagonistas femeninas de fuerte carácter. Las dos lograron dirigir cine pese a haber una estructura jerárquica que era sinónimo de gran barrera para toda aquella mujer que ingresase en la industria cinematográfica. A día de hoy, hay varias mujeres que se dedican a dirigir cine en Japón, pero no logran la misma divulgación internacional que sus colegas masculinos, a excepción de Naomi Kawase, una de las directoras más prestigiosas del cine asiático.

Leni Riefenstahl

Leni Riefenstahl

Entre las figuras más polémicas está la de la alemana Leni Riefenstahl. Primero fue bailarina clásica, luego actriz y, finalmente, directora con 'La luz azul', estrenada en 1932, presentada en el Festival de Venecia y que logró una recepción excepcional, logrando obtener una fama inusual para la época. Sin embargo, fueron sus convicciones políticas las que le llevaron, por un lado, al triunfo, pero por otro, le perjudicaron y persiguieron de por vida.

El mismo año que presentaba 'La luz azul', Adolf Hitler le ofreció apoyo para poder filmar películas de propaganda. Aunque la propia Riefenstahl asegurase después que decidió hacerlo más que por afinidad ideológica, por cierto temor a negarse, los hechos son que se convirtió en una de los mejores directores del cine propagandístico. Enemistada con Joseph Goebbels, ministro de propaganda, Riefenstahl rodó lo que, posteriormente, se conocería como La trilogía de Núremberg: 'La victoria de la fe', 'El triunfo de la voluntad' y 'Día de la libertad: Nuestras fuerzas armadas'.

Fue 'El triunfo de la voluntad' su trabajo más alabado de esa trilogía. Es más, está considerada una obra maestra del cine en general, pese a su horrible y despreciable mensaje, los historiadores lo consideran "el documental político artístico mejor consumado en la historia del cine". Se trata de uno de los títulos más incómodos para los amantes del cine, al ser toda una muestra de vanguardia visual, Rifenstahl utilizó técnicas innovadoras, revolucionarias para la época, como cámaras en movimiento, uso de teleobjetivos para crear una perspectiva distorsionada, fotografía aérea y una renovadora utilización de la música y la fotografía.

Sin embargo, el plato fuerte fue 'Olimpiada', documental rodado en dos partes con el que filmó los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936. También de cierto corte propagandístico, fue también revolucionario en su forma de rodarse, debido al enfoque en los detalles del movimiento de los atletas, tomas en cámara lenta y formas de rodaje que, a día de hoy, siguen utilizándose. Tal fue su fama, que se convirtió en portada de la revista estadounidense Time en 1936. Pese a su intento de triunfar en Hollywood, no tuvo suerte debido a la persecución de los judíos por parte de Alemania (aún no había llegado la guerra y, con ella, el Holocausto), su carrera se interrumpió cuando empezó la Segunda Guerra Mundial.

Aunque Riefenstahl dijese siempre que simpatizó con Hitler y el nazismo solo en sus inicios y que, después, se fue distanciando, poco le sirvió de cara a la opinión pública, que la llegó a llamar "la puta de Hitler". Al acabar la guerra, el gobierno francés la dejó en la absoluta miseria y fue llevada a juicio por sus simpatías con el nazismo, aprovechando esto se le confiscaron todos sus bienes y propiedades. En 1948 fue eximida de cualquier tipo de culpa y, simplemente, fue declarada como "simpatizante" del nazismo. Sin embargo fue encerrada en un psiquiátrico, donde se aplicaron varios medios para "desnazificarla". Nunca más dirigió cine, siendo 'Tierra baja', rodada durante la guerra en España, su último trabajo cinematográfico hasta 2003, cuando estrenó el documental 'Impresiones bajo el agua'.

Hasta ese momento, se dedicó a la fotografía, logrando también una carrera llena de prestigio y reconocimiento. Su arduo trabajo fotográfico sobre los nuba, un pueblo africano, sus producciones sobre la vida submarina y su vocación ecologista (fue miembro de Greenpeace) hicieron que su pasión por la imagen fuese en otra dirección. Aunque finalmente condenase la actuación del nazismo durante la guerra, sobre todo el genocidio contra la población judía, Riefenstahl sigue siendo, a día de hoy, una figura muy polémica de alabar pero en la que, curiosamente, se puede ver a una mujer que logró hacer lo que quiso cuando, prácticamente, ninguna podía, además de mostrar que los rostros de lo femenino son de tantas vertientes, como pensamientos humanos existen.

Leni Riefenstahl en eCartelera

Dorothy Arzner

Dorothy Arzner

La llegada del Código Hays provocó que la mayor parte de la creatividad femenina quedase enterrada o cercenada por puritanos y conservadores censores, la única mujer directora que logró hacer cine durante esa época en Hollywood fue Dorothy Arzner. Empezó como secretaria del departamento de guiones de William C. DeMille, hermano de Cecil B. DeMille. Su talento hizo que empezase a escalar, pasando de secretaria a hacerse cargo del script, para luego ser recortadora de negativos y, después, montadora. Tras montar con éxito el wéstern 'The Covered Wagon', de James Cruze, la Paramount le ofrece dirigir su primera película, 'Fashions for Women', que fue todo un éxito de crítica y público.

Tras ello, rueda con éxito 'Manhattan Cocktail' y 'La loca orgía', que revalidaron su habilidad como directora, al triunfar en la taquilla y entre la prensa. En la década de los 30, dirige un cine más sutil, por el Código Hays, entre las que destacan 'Tuya para siempre' o 'Hacia las alturas', protagonizada por Katharine Hepburn. Otros filmes de éxito son 'La reina del Boulevard' y 'La mujer sin alma'. Su obra más aclamada por el movimiento feminista fue 'Baila, muchacha, baila', estrenada en 1940 y protagonizada por Maureen O'Hara, en la que hace una fuerte denuncia del lado más espeluznante del mundo del music-hall.

Arzner no quiso considerarse feminista, pero sí es cierto que se convirtió en ejemplo de muchas mujeres que querían trabajar en la industria cinematográfica y que, pese al código puritano y la autocensura, ofrecía esperanza para un cine en clave femenina interesante dentro del Hollywood clásico, un lugar que estuvo dominado por hombres. No solo fue un referente para las directoras, también Arzner fue, posteriormente, icono LGBT, al vivir con su pareja, Marion Morgan, bailarina y coreógrafa, hasta su muerte en 1979, se negaron ambas a vivir una doble vida. Aunque se retiró de Hollywood, nunca del cine, ya que se convirtió en profesora de cine en la Universidad de California. Su contribución al séptimo arte tuvo su reconocimiento con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.

Julia Solntseva

Julia Solntseva

Julia Solntseva es uno de los ejemplos de mujeres directoras de la antigua Unión Soviética. Empezó como actriz, de hecho, fue conocida por protagonizar la cinta muda de ciencia ficción 'Aelita' en 1924. Entre 1939 y 1979, dirigió 14 largometrajes, algunos de ellos junto con su marido, Alexander Dovjenko, como 'Michurin', por la que sería reconocida con el Premio Stalin. Entre sus otros trabajos aclamados están 'Yegor Bulichov y los otros' o 'Poema del mar'.

Su filme más importante fue 'La epopeya de los años de fuego', dirigida en 1961 y con la que logró el premio a la mejor dirección en el Festival de Cannes, convirtiéndose en la primera mujer en lograr este reconocimiento, como también la primera mujer en obtener este tipo de reconocimiento individual en un festival de cine europeo. Cuando cumplió 80 años, fue elegida Artista del Pueblo de la URSS, una de las máximas distinciones del antiguo régimen comunista.

Otro gran ejemplo procedente de la antigua Unión Soviética es Larisa Shepitko, que con solo 22 años deslumbró con su trabajo de graduación, 'Calor', basado en la novela de Chingiz Aitmatov, 'El ojo del camello'. Premio a la mejor ópera prima en el Festival de Karlovy Vary. Shepitko continuó con éxito su carrera como directora con películas como 'Alas', en la que retrata el auge y caída de una famosa piloto de la Segunda Guerra Mundial que se siente incapaz de volver al anonimato tras ser una heroína bélica, o 'Tú y yo', su única cinta a color y en la que narra la crisis de conciencia de un cirujano.

En 1977 logró el Oso de Oro en la Berlinale con 'La ascención', drama bélico ambientado en la Segunda Guerra Mundial, un año después fue miembro del jurado del certamen. Tristemente, su carrera se truncó en 1979, cuando murió en un accidente automovilístico.

Agnès Varda

Agnès Varda

Considerada la figura clave para el desarrollo de lo que posteriormente se conoció como la Nouvelle vague, ya en los años 50, mucho antes que Truffaut, Resnais o Godard, Varda utilizaba un tipo de filmación diferente, con actores no profesionales y localizaciones poco convencionales. Desde muy joven luchó por su propia identidad, a los 18 años cambió legalmente su nombre de Arlette a Agnès.

Cuando estudiaba Historia del Arte y Fotografía en la École des Beaux-Arts en París, en 1951, visitó a un amigo que padecía una enfermedad terminal, ese encuentro empezó a motivarla para cambiar la fotografía por el cine, en un momento muy bueno en su faceta profesional, al ser fotógrafa oficial del Teatro Nacional Popular y empezar a tener una buena reputación como fotoperiodista en toda Europa.

Sin embargo, la curiosidad de Varda hizo que en 1954 debutase como realizadora con 'La pointe courte', un filme compuesto por dos episodios, en uno se mostraba la vida cotidiana de La Pointe Courte, un pueblo pesquero francés, mientras que en el segundo narraba una relación sentimental entre un joven del pueblo y una mujer parisina. Influenciada por el cine de Rossellini, 'La pointe courte' es considerada la piedra angular de la "Nouvelle vague", como se ha comentado ya.

Con películas como 'Cleo de 5 a 7', 'Las criaturas' y 'La felicidad', todas ellas muy aplaudidas, su cine evolucionó con el surgimiento del Mayo del 68 hacia un movimiento más reivindicativo y activista. En esa etapa revolucionaria, Varda dirigió 'Lions Love' y documentales como 'Black Panthers', que narra el arresto de Huey Newton, uno de los fundadores de los Panteras Negras; 'Réponse de femmes: Notre corps, notre sexe', un cortometraje de ocho minutos en el que la directora responde a qué era ser mujer en 1975, enfrentándose a la sociedad patriarcal de la época; o 'Daguerrotipos', un homenaje a lo cotidiano de la calle Daguerre, situada en el distrito 14º de París.

Considerada también la madre del cine social que entremezcla actores profesionales y cine realista, el más claro ejemplo es 'Sin techo ni ley' (con la que ganó el León de Oro en el Festival de Venecia), que después desarrollaron realizadores como los Hermanos Dardenne o Ken Loach; Varda pertenece a la gran generación de intelectuales como Chris Marker, Marguerite Duras o Henri Colpi, además de estar posicionada en ideas de izquierda. Contemporánea de realizadores como Visconti o Antonioni, Varda es historia viva del cine, una pena que su último trabajo, 'Caras y lugares', nominado al Oscar al mejor documental, no haya sido galardonado con una estatuilla por parte de la Academia de Hollywood. No obstante entre otras distinciones que tiene está la Gran Cruz de la Orden Nacional del Mérito, fue condecorada como Gran Oficial de la Legión de Honor de Francia (uno de los máximos reconocimientos de la V República), un premio César, un Leopardo de Oro en el Festival de Locarno, un Premio Donostia del Festival de San Sebastián y un Oscar honorífico.

Una directora pionera e impulsora de la realización cinematográfica para las mujeres. En declaraciones a El Mundo dijo: "Sugerí a las mujeres que estudiasen cine. Les dije: Salid de las cocinas, de vuestras casas, haceos con las herramientas para filmar películas". Sin duda, Varda es una de los cineastas más aclamadas de la historia del cine francés, como también del europeo en general y, afortunadamente, disfruta de un puesto de prestigio y reconocimiento en la industria, como uno de los pilares de la renovación del cine francés.

Agnès Varda en eCartelera

Ana Mariscal

Ana Mariscal

Aunque en España las primeras en dirigir cine fueron Helena Cortesina y Elena Jordi, fue Ana Mariscal la primera realizadora relevante. Actriz y productora también, su forma de entrar en el cine fue muy curiosa. Mientras era estudiante de Ciencias Exactas, acompañó a su hermano, el actor Luis Arroyo, al rodaje del filme 'El último húsar', dirigido por Luis Marquina. Es precisamente Marquina el que se fija en ella y la convence para aparecer en la película.

En 1941 fue la protagonista de la polémica cinta propagandística 'Raza', de José Luis Sáenz de Heredia y basada en la obra escrita del dictador Francisco Franco, en la que se narraba "un ideario para ser buen español". Tras ello se convirtió en una de las grandes estrellas del cine español, llena de éxitos como 'Vidas cruzadas', 'La princesa de los Ursinos' o 'La reina de Chantecler'. Además de iniciarse en el teatro, llegó a trabajar en el Teatro Nacional y hacer una gira en Argentina, a mediados de la década de los 50 es cuando empieza a interesarse en la dirección de películas.

Funda su propia productora, Bosco Films y al poco tiempo empieza a producir, dirigir y escribir los guiones de sus propios proyectos con filmes como 'Segundo López, aventurero urbano', 'Misa en Compostela' o 'Con la vida hicieron fuego'. Sus primeros largometrajes están claramente influenciados por el neorrealismo italiano, mostrando las miserias de la España de finales de los años 50. Su película más celebrada fue 'El camino', estrenada en 1963 y basada en la novela homónima de Miguel Delibes, en la que muestra a la España rural de la época y con la que logra el reconocimiento final.

Se vio obligada después a realizar cine de corte más comercial, como 'Vestido de novia' o 'Los duendes de Andalucía', Mariscal no dejó tampoco de trabajar como actriz en películas de otros directores como 'Un día perdido' de José María Forqué; 'Morena Clara', de Luis Lucía; 'Bacará', de Kurt Land o 'La violetera', de Luis César Amadori. Retirada voluntariamente del cine y el teatro, en sus últimos años se centró en la literatura.

Lina Wertmüller

Lina Wertmüller

El cine italiano también ha dado grandes nombres femeninos en la realización. Si Agnès Varda es la gran leyenda viva del cine francés, Lina Wertmüller lo es del italiano. Al igual que Luchino Visconti, Wertmüller era descendiente de una familia aristocrática, en este caso de origen suizo. Wermüller empezó su carrera como actriz, pero en 1962, cuando fue asistente de dirección de Federico Fellini en '', fue cuando decidió convertirse en directora.

Un año después estrenó su primer largometraje, 'I basilischi', protagonizado por Antonio Petruzzi y Stefano Satta Flores. Le siguieron la comedia 'Hablemos de hombres', cinta dividida por episodios y en la que Nino Manfredi interpreta cuatro versiones diferentes del hombre; y dos musicales protagonizados por Rita Pavone y Giancarlo Giannini, 'La pícara Rita' y 'Non stuzzicate la zanzara'. Fue Giannini el que se convirtió en uno de sus actores habituales, además de ser su musa. Desde 1972 empezó una especie de tetralogía temática protagonizada por Giannini: 'Mimi, metalúrgico herido en su honor', 'Amor y anarquía', 'Insólita aventura de verano' y 'Pasqualino: Siete bellezas', todas ellas reconocidas en festivales como los de Cannes y en los premios David di Donatello.

Fue, precisamente, 'Pasqualino: Siete bellezas' la que impulsó su reconocimiento fuera de Europa, al lograr ser nominada al Globo de Oro al mejor filme extranjero, como también al Sindicato de Directores de Hollywood a la mejor dirección y optar a cuatro premios Oscar, los de mejor guion original, mejor película de habla no inglesa, mejor actor para Giancarlo Giannini y mejor dirección para Lina Wertmüller.

Con esa nominación, Lina Wertmüller en 1975 se convirtió en la primera mujer en optar a la estatuilla en la categoría de mejor dirección. Tres años después dirigió 'La viuda indomable', thriller protagonizado por Sophia Loren y Marcello Mastroianni.

Pionera en los Oscar, Wertmüller es una leyenda viva del cine. Sus películas muestran compromiso con su ideología política, ya que sus protagonistas fueron comunistas y anarquistas. Feminista activa, el papel de la mujer en sus largometrajes siempre ha sido reivindicativo. Eso sí, la cineasta ha logrado reconocimiento internacional gracias a que su cine no ha sido panfletario, priorizando como tema principal lo cotidiano en la gente del sur de Italia.

Lina Wertmüller en eCartelera

Liliana Cavani

Liliana Cavani

Una de las directoras más polémicas del cine de los 70, enmarcada dentro de la nueva ola de cineastas italianos en la que también estuvieron Pier Paolo Pasolini, Bernardo Bertolucci y Marco Bellocchio. Ya desde su ópera prima, Cavani demostró su afinidad por los temas controvertidos con su particular visión del santo Francisco de Asís. Con una estética que recordaba al cine de Roberto Rossellini y una atmósfera semejante a la de su contemporáneo Pasolini, el filme acaba deviniendo en un tipo de manifiesto del catolicismo disidente.

Lou Castel dio vida a un Francisco de Asís deprimido, sagaz pero loco. Ganadora de la Espiga de Oro en la Seminci de Valladolid en 1967, un hecho interesante, teniendo en cuenta que España vivía bajo una dictadura, el filme fue considerado "herético y blasfemo" en Italia y fue el inicio de una carrera que estaría marcada por la polémica. Tras 'Francisco de Asís', vinieron otras dos películas controvertidas, 'Galileo' y 'Los caníbales', la primera, en la que muestra cómo Galileo Galilei cayó en manos de la Inquisición debido a sus avances científicos, fue prohibida en Italia durante mucho tiempo debido a su "carácter anticlerical"; la segunda tomaba de referencia la antigua tragedia griega de 'Antígona' y tuvo una banda sonora compuesta por Ennio Morricone.

Pero el verdadero escándalo llegó en 1974, cuando dirigió 'El portero de noche', primera parte de su trilogía temática sobre Alemania. Protagonizada por Charlotte Rampling y Dirk Bogarde, actualmente aún sigue causando controversia en ciertos ámbitos. El filme, ambientado en Viena en 1957, narra el reencuentro de una antigua víctima de un campo de concentración, que fue violada y torturada por un guardia de campo de las SS. 15 años después, se reencuentran por casualidad en el hotel donde ella, junto con su marido, se hospeda y en el que él trabaja como portero nocturno. Ese reencuentro provocará que se reavive el patrón de abuso, encontrando en él un placer que ella creía perdido.

Película vilipendiada por la crítica estadounidense, Roger Ebert llegó a calificarla de "despreciable" y diarios como The New Yorker o The New York Times la tacharon de "basura", el filme se ha convertido en un clásico erótico de culto. En Europa sí tuvo el apoyo casi unánime de la crítica, sobre todo por su intento innovador de hacer un retrato de las inquietantes ambigüedades sexuales y psicológicas que se generaron por la guerra.

Aunque 'El portero de noche' sea su trabajo más recordado, otros filmes muy aplaudidos (y polémicos) suyos son 'Más allá del bien y del mal', un retrato personal sobre la figura del filósofo Friedrich Nietzsche; 'La piel', basada en la novela homónima de Curzio Malaparte, protagonizada por Marcello Mastroianni, Claudia Cardinale y Burt Lancaster y que compitió por la Palma de Oro en el Festival de Cannes; 'Detrás de la puerta', drama ambientado en el norte de Marruecos y protagonizado por Marcello Mastroianni, Eleonora Giorgi y Tom Berenger; 'Berlín interior', film con el que culminaba su trilogía alemana y que narra el amor prohibido entre la esposa de un oficial nazi y la hija del embajador japonés; y 'El juego de Ripley', su particular visión del personaje creado por Patricia Highsmith y que dio vida John Malkovich.

Tras el escándalo provocado por 'El portero de noche' y, en menor medida, por 'Más allá del bien y del mal', Cavani empezó a desarrollar una interesante carrera como directora de ópera, en 1979 dirigió 'Wozzeck', de Alban Berg, en Florencia. En los años 80 dirigió 'Ifigenia en Táuride' de Gluck y 'Medea' de Pacini en la Ópera de París. En los 90 se hizo cargo de 'La Traviata' de Verdi en la prestigiosa La Scala de Milán, como también de 'Manon Lescaut' de Puccini o 'La cena de los bufones' en Zúrich, convirtiéndose en una de las directoras de ópera más prestigiosas tanto de Italia como del mundo.

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Josefina Molina

Josefina Molina

Josefina Molina es uno de los grandes ejemplos en España del cine dirigido por mujeres. Cineasta, guionista, realizadora de televisión, novelista y directora de escena, en 2006 fue cofundadora de CIMA, la asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales, de la que actualmente es presidenta honoraria. Tras estudiar Ciencias Políticas, en 1962 fundó el Teatro de Ensayo Medea en Córdoba. Su pasión por el cine vino de niña, cuando vio 'El río' de Jean Renoir.

En 1969 se convirtió en la primera mujer en obtener el título de realizadora en la Escuela Oficial de Cine. Ha combinado a lo largo de su carrera producciones en cine, televisión y teatro. Entre sus primeros trabajos estuvieron varias adaptaciones dramáticas para 'Estudio 1' de TVE. Entre sus series más destacadas están 'El camino' (1978), basada en la novela homónima de Miguel Delibes y en 1984 dirigió 'Teresa de Jesús', miniserie que narraba la vida y obra de Santa Teresa de Jesús y que protagonizó Concha Velasco.

En cine debutó en 1973 con 'Vera, un cuento cruel', drama ambientado en el siglo XIX y que protagonizaron Fernando Fernán Gómez, Julieta Serrano y Lucía Bosé. Otros filmes destacados suyos con 'Función de noche', documental en el que Lola Herrera y Daniel Dicenta hablan de su matrimonio fallido; o 'Esquilache', drama histórico basado en la obra 'Un soñador para el pueblo' de Buero Vallejo y que protagonizaron Fernando Fernán Gómez, Ángela Molina y José Luis López Vázquez. Entre sus últimos trabajos están 'Lo más natural', con Charo López y Miguel Bosé, y 'La Lola se va a los puertos', con Rocío Jurado, Francisco Rabal y José Sancho.

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Barbra Streisand

Barbra Streisand

La carrera como directora de Barbra Streisand no ha sido tan extensa como su carrera como actriz y cantante. Ganadora de dos Oscar, diez Grammy, cinco Globos de Oro, un Emmy y un Tony, en 1983 debutó en la dirección con el musical 'Yentl', que también coescribía, producía y protagonizaba. Película de fuerte carácter feminista, una joven se disfraza de hombre para poder estudiar el talmud, fue el primer largometraje dirigido, escrito, producido y protagonizado por una mujer y que se distribuyese de forma masiva y comercial en Hollywood. 'Yentl' le dio a Streisand el Globo de Oro a la mejor dirección, convirtiéndose en la primera (y única) mujer en lograr esta distinción.

En la faceta de Streisand como directora se pudo ver el rechazo de la Academia de Hollywood a reconocer la labor de las mujeres como realizadoras. Alabada y premiada, 'Yentl' logró tener cinco nominaciones a los Oscar (mejor actriz de reparto, dos candidaturas a mejor canción original, mejor banda sonora adaptada y mejor diseño de producción), pero ninguna en categorías "importantes".

La polémica no vino con 'Yentl' sino con su siguiente filme como directora, 'El príncipe de las mareas', película aclamada por la crítica y que fue también muy aplaudida por el público. El filme logró tener siete nominaciones al Oscar, entre ellas mejor película, mejor actor, mejor actriz de reparto y mejor guion adaptado. Sin embargo, los académicos se olvidaron de nominar a Streisand tanto a mejor dirección como a mejor actriz, provocando controversia ante su ausencia, sobre todo, en la candidatura a la mejor dirección. La prensa del momento se mostró dividida, unos achacaron su no nominación debido a su carácter, por muchos es conocido su temperamento duro e inflexible, pero la mayor parte de los comentarios dijeron que el castigo vino por ser mujer ya que, de haber sido un hombre, ese temperamento duro "no hubiese importado".

Su última vez como directora fue con 'El amor tiene dos caras', comedia romántica que fue nominada a dos Oscar y logró un Globo de Oro para Lauren Bacall, que vio cómo Juliette Binoche "le quitaba" ese Oscar que la Academia nunca le quiso entregar. Aunque en 2017 haya codirigido un documental, muchos cinéfilos piden el regreso de Streisand como directora.

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Jane Campion

Jane Campion

Una de las grandes directoras que hizo historia y demostró la evolución de la mujer en la realización de películas. Neozelandesa, su cortometraje 'Peel', dirigido en 1982, logró la Palma de Oro al mejor cortometraje en el Festival de Cannes de 1986, ese mismo año se estrenaba como directora de un largometraje, 'Two Friends', un proyecto destinado a la televisión. Oficialmente, su ópera prima fue 'Sweetie', que formó parte de la Selección Oficial del Festival de Cannes en 1989.

Su siguiente película, 'Un ángel en mi mesa', estrenada en 1990 y basada en la autobiografía homónima de Janet Frame, logró el León de Plata para Kerry Fox, la protagonista, como el FIPRESCI en el Festival de Toronto. Sin embargo, el plato fuerte vendría tres años después con 'El piano', que logró la Palma de Oro en el Festival de Cannes, además de la Palma de Plata para Holly Hunter. Con este galardón, Campion se convirtió en la primera (y a día de hoy la única) directora en alzarse con el máximo reconocimiento del festival francés. El filme fue aclamado en todo el mundo y se convirtió en uno de los protagonistas de los 66º Premios Oscar, logrando ocho nominaciones, incluidas las de mejor película y mejor dirección, convirtiendo a Campion en la segunda mujer que optó por la estatuilla en esta última categoría.

Finalmente, Campion no logró ser la primera mujer en alzarse con el Oscar a la mejor dirección, pero sí obtuvo el de mejor guion original, además de otros dos para las actrices Holly Hunter y Anna Paquin. Tras 'El piano', la cineasta no ha vuelto a tener otro éxito redondo hasta 'Bright Star', que también compitió por la Palma de Oro en Cannes. Además, Campion ha triunfado en televisión con la miniserie 'Top of the Lake', Campion se convirtió en la décima mujer en ser presidenta del jurado del Festival de Cannes en 2014, año que la turca 'Sueño de invierno (Winter Sleep)' fue la máxima premiada.

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Kathryn Bigelow

Kathryn Bigelow

El encuadre histórico de Kathryn Bigelow es completamente diferente al de sus predecesoras. Licenciada en Bellas Artes por el Instituto de Arte de San Francisco, su carrera empezó como pintora, llegando a exponer sus obras en el Whitney Museum de Nueva York. Fue mientras trabajó con el colectivo Art & Language cuando dirigió un cortometraje 'The Set-Up', que obtuvo el aplauso del realizador Milo? Forman. Ya en el corto se puede empezar a vislumbrar lo que sería el sello de autor de la cineasta, al ser una deconstrucción de 20 minutos sobre la violencia en el cine.

Su primera película fue toda una declaración de intenciones, 'The Loveless', protagonizada por Willem Dafoe, en la que la violencia vuelve a ser un tema central, narrando una historia de conflictos entre pandilleros y motoristas en los Estados Unidos de los años 50. Repudiada por la crítica de entonces, se convirtió en un filme de culto. Bigelow siguió construyendo un estilo atípico para una directora de cine. A diferencia de Nora Ephron o Penny Marshall, el de Bigelow es un cine eminentemente masculino, en el que la acción, el thriller, el bélico y el terror han sido los géneros protagonistas junto a estrellas masculinas en la mayor parte de los casos.

Entre sus películas más aplaudidas están 'Los viajeros de la noche', 'Acero azul' o 'Días extraños', aunque se hizo famosa por 'Le llaman Bodhi', cinta de acción protagonizada por Keanu Reeves y Patrick Swayze. En 2009 hizo historia en el cine comercial estadounidense al convertirse en la primera (y hasta ahora única) mujer ganadora del Oscar a la mejor dirección por 'En tierra hostil', filme que también se hizo con otras cinco estatuillas más, entre ellas la de mejor película. Sus dos siguientes películas han estado muy aplaudidas por la crítica, 'La noche más oscura' y 'Detroit', aunque parecen no haber convencido lo suficiente a los miembros de la Academia, al haberla dejado fuera de la carrera a los Oscar en las dos ocasiones, muy sonada fue su ausencia en las nominaciones a la mejor dirección por 'La noche más oscura'.

Bigelow es el ejemplo más actual, en Occidente, de directora de cine que ha hecho historia. No solo por haber ganado el Oscar, sino por su enfoque cinematográfico, muy alejado de lo que la sociedad, incluido el movimiento feminista, suele esperar del cine dirigido por mujeres.

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