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LA POLÉMICA

Por qué es importante (y bueno) que Scarlett Johansson haya abandonado el papel de hombre transgénero en 'Rub & Tug'

Debido a la polémica levantada, Johansson ha decidido abandonar el proyecto de Rupert Sanders sobre Dante "Tex" Gill. Analizamos por qué hay que aplaudir su decisión.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 16 de Julio 2018 | 11:38
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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La conversación cinéfila de los últimos días se ha centrado en Scarlett Johansson y la nueva película de Rupert Sanders, 'Rub & Tug'. Un proyecto que, cuando empezó a hablarse de él en medios especializados, se vendía como "Scarlett Johansson se hará pasar por hombre". Porque al principio se creía que Dante "Tex" Gill era una mujer que se hacía pasar por hombre para poder sobrevivir en el mundo de la mafia de Pittsburgh. Pero no. Pronto, medios de Pittsburgh y miembros de la comunidad LGTB americana remarcaban la importante diferencia: Tex Gill no era una mujer "haciéndose pasar" por hombre, era un hombre transgénero.

La actriz, que ya se había llevado una buena dosis de polémica gracias a Sanders y a su anterior colaboración juntos, 'Ghost in the Shell' (en ese caso era el whitewashing, y que una actriz asiática no hubiera encarnado a un personaje creado como asiático. El karma les devolvió un batacazo de taquilla), volvía al ojo del huracán. El colectivo LGTB y afines empezaron con las críticas en redes sociales, pidiendo a Johansson que recapacitara y dejara que un actor trans pudiera acceder a ese papel. La primera reacción por parte de la actriz llegó de la mano de su representante, con un comunicado con bastante poco tacto en el que remitía a otros actores cisgénero que habían interpretado antes a personajes trans de forma exitosa como Jared Leto o Felicity Huffman. Y lo único que logró fue echar más leña al fuego.

Scarlett Johansson

Muchos actores trans siguieron con la campaña contra la película en redes, y hasta el primo de Tex Gill llegó a pronunciarse sobre lo que habría pensado el dueño de varios locales de masajes que servían de tapadera para la mafia: "Se habría partido de risa", afirma, pero remarca: "Creo que sería empate, pero creo que probablemente habría preferido que le interpretara un hombre porque se identificaba como hombre. Estoy seguro de que le habría gustado que le interpretara un hombre transgénero, pero en us época eso era demasiado poco habitual".

La bola se fue haciendo más y más grande y, finalmente, Johansson tomó la decisión: abandonó el proyecto a través de un comunicado en el que decía "haber sido insensible" y se alegraba de que todo esto haya ayudado a que se hable sobre la situación laboral de los actores y actrices trans. Pero en redes sociales, en vez de alegrarse por la decisión de Johansson, empezaron a echar pestes y hablar de "la dictadura de lo políticamente correcto" o diciendo cosas como "ahora los actores no van a poder interpretar a quien quieran, cuando es su trabajo", o comentarios tan peregrinos como "ahora vamos a tener que buscar a asesinos para que interpreten a asesinos".

Por supuesto que una actriz o un actor deberían poder hacer cualquier papel y cualquier tipo de personaje, ya que precisamente ese es su trabajo. Pero eso, para cierto tipo de intérpretes, es una utopía absoluta. Como es el caso de los actores y actrices trans. Ellos han dejado bien claro durante todo este debate que no tienen nada contra Scarlett Johansson, pero quieren incidir en el hecho de que ellos ni siquiera pueden optar a la mayor parte de los papeles a los que sí opta Scarlett Johansson por el simple hecho de ser personas trans.

Su queja principal es que a los castings a los que pueden optar son solo a los de personajes trans, y si esos también se los quitan actores cis, pues básicamente se quedan sin trabajo. En un Hollywood en el que todavía quedan muchas barreras que tirar, los encargados de casting no son capaces de ver más allá de una etiqueta y no conciben que una Jamie Clayton o una Indya Moore puedan encarnar a una mujer cis, así que solo les queda ser contratadas para proyectos como 'Sense8' o 'Pose', en los que encarnan a mujeres trans. Scarlett Johansson tendrá probablemente una pila de proyectos sobre su mesa y, aunque seguro que escogió 'Rub & Tug' por el reto interpretativo que le supondría (y que no dudo que lo haría fantásticamente), esa decisión hace que un actor trans se quede sin una de las pocas posibilidades que encontrará para protagonizar una película en Hollywood (lo mismo que le decían los actores asiáticos por 'Ghost in the Shell', ¿cuántas películas de Hollywood están protagonizadas por un actor o actriz asiático? Ellos también tenían todo el derecho a quejarse). A un actor trans no le van a llamar para ser un Vengador, al menos de momento. Y si ni siquiera le ofrecen papeles para los que está más que preparado nunca sabremos si tiene el mismo (o más) talento que Johansson para encarnar a Tex Gill (cuenta con una ventaja, y es que entiende una parte muy importante de la personalidad de Gill y puede aportar sus propias vivencias). Por eso es tan importante que Scarlett Johansson haya decidido abandonar esta película, porque ella sí lo ha entendido. Ojalá Paco León hubiera dado ese paso y rechazado uno de los (seguramente) muchos proyectos que le habrán llegado para que una actriz trans pudiera tener trabajo en 'La casa de las flores' de Netflix. Él usó también a otro actor cis como ejemplo, a John Hurt. Pero no podemos escudarnos en el pasado, en el que reivindicaciones como estas eran directamente impensables (como que un actor trans tuviera trabajo directamente), para apoyar algo que sigue siendo a todas luces una descompensación en la industria. Y ojo, que también entiendo que si Rupert Sanders ha llamado a Scarlett Johansson y no a otro es porque Scarlett Johansson vende entradas, que esto es un negocio, pero existe algo llamado responsabilidad social.

La imagen del colectivo trans

El desproporcionado reparto de trabajo no es el único problema de casos como el de Scarlett Johansson y 'Rub & Tug'. Jen Richards, actriz de 'Nashville', ya lo dejó claro hace unos meses: "Cada vez que un hombre cis es aplaudido por su valentía al interpretar a una mujer transgénero en pantalla, cada vez que recoge un premio por ello llevando esmoquin, estamos reforzando la creencia de que al final, una mujer trans sigue siendo en realidad un hombre". La comunidad transgénero sigue encontrando muchísimos problemas para ser considerados como lo que son, y la labor de las películas o series debería ser la de impulsar una aceptación y no la de llevar a mayor confusión. Porque por muy bien que lo haga Jared Leto en 'Dallas Buyers Club', el espectador medio sabe que es un hombre, y le costará olvidarse de eso y pensar en el personaje como solo una mujer. Algo que no ocurre por ejemplo con las protagonistas de 'Pose'. Hasta que no se haya llegado a un punto en el que el público tenga claro lo que es ser hombre o mujer trans, cualquier actor cis interpretando a un personaje trans lo único que hace es enturbiar el mensaje.

Protagonistas de 'Pose'

El gesto de alguien con tanto peso en la industria como Scarlett Johansson hay que aplaudirlo, porque a ella no le va a faltar el trabajo y permite así que un actor trans pueda conseguir un papel principal en un proyecto importante. Y es un gesto muy importante hacia una mayor representación de un colectivo bastante ninguneado todavía tanto en la gran como en la pequeña pantalla. Un mensaje para los miembros del colectivo LGTB que han criticado la marcha de Johansson: los actores y actrices homosexuales o bisexuales han tenido que esconder su sexualidad toda su vida para poder acceder a papeles que no fueran de homosexuales o bisexuales, y solo con el tiempo se ha logrado ver, por ejemplo, a un actor abiertamente gay como Neil Patrick Harris interpretar a un hombre heterosexual como Barney Stinson. Por desgracia, muchos actores y actrices trans no tienen la posibilidad de "esconderse" porque el género está puesto en su carnet de identidad, y para que lo cambien tienen que pasar pruebas y a veces hasta someterse a la cirugía de reasignación. Ni tendrían que querer "esconderse", pero, de nuevo, creemos estar en un mundo más avanzado de lo que realmente está.

Así que tengamos un poco más de empatía por los que no tienen tantas posibilidades y luchemos por ese momento en el que cualquier actor o actriz pueda hacer el papel que quiera. Pero paso a paso. La actriz Trace Lysette lo explica muy bien: "No estaría tan enfadada si pudiera entrar en las mismas habitaciones que Jennifer Lawrence o Scarlett para papeles cis, pero todos sabemos que no es el caso". Hasta que eso no ocurra, hay que aplaudir a los que dan pie a una mayor diversidad y representación en la pantalla, como Scarlett Johansson abandonando 'Rub & Tug' o Ryan Murphy creando una serie como 'Pose' y confiando en un equipo lleno de personas trans que puedan aportar su visión a su historia (también es importante dar voz para que historias tan complejas como las que despierta la identidad de alguien lleguen bien representadas). Aquí no estamos hablando de la capacidad de nadie de interpretar, estamos hablando de trabajar o no. Y hasta que eso no cambie, hay que defender a las minorías que no pueden acceder a la mitad de la mitad de los trabajos a los que sí pueden optar Johansson o Paco León.