De 'La tumba de las luciérnagas' a 'Cafarnaúm': Las películas con las que conmemorar el Día Universal de los Niños

En 1986, Rob Reiner lleva al cine la novela de Stephen King en la que se adentraba en la preadolescencia de un grupo de niños de finales de los años 50. Magnífica radiografía de la juventud de ese momento, al ser mostrar a un grupo de chavales de 12 años sin perspectivas de futuro en la vida. El germen de una vida destinada al fracaso para la mayor parte de ellos, ofreciendo un halo de esperanza en el personaje interpretado por Wil Wheaton de niño y Richard Dreyfuss de mayor.

La obra maestra de Isao Takahata fue reconocida con el Premio por los Derechos de los Niños en el Festival Internacional de Cine de Chicago en 1994. Considerado uno de los largometrajes más aclamados de la historia del cine de animación, el cineasta supo mostrar el dolor y la impotencia de dos niños japoneses abandonados a su suerte durante la Segunda Guerra Mundial, una feroz crítica a la sociedad japonesa, que mira indiferente al grito de desesperación de los dos huérfanos protagonista. Un filme de imprescindible visionado.

'Estación central de Brasil' dio rostro a muchos niños brasileños que quedan abandonados a su suerte en una sociedad desigual y en el que la solidaridad con el prójimo es mínima. Dirigida por Walter Salles, el guion de João Emanuel Carneiro y Marcos Bernstein ofrece una luz de esperanza con una propuesta en la que el pequeño va acompañado por una antigua maestra, interpretada magníficamente por Fernanda Montenegro, con la que inicia un viaje profundo por Brasil para encontrar a su padre. Un trayecto en el que puede verse los peligros que existen para los niños en el país sudamericano, al poder ser víctimas de trata de personas o caer en redes de tráfico de órganos.

Antes de que Víctor Gaviria sorprendiese con su retrato de los niños de los suburbios de Bogotá en 'La vendedora de rosas', Fernando Espinoza y Alejandro Legaspi denunciaron la realidad de los niños de los barrios más pobre de Lima en 'Juliana', uno de los largometrajes más reconocidos del cine peruano. La historia de una niña de 13 añora que se gana la vida vendiendo flores robadas del cementerio. Decidida a unirse a su hermano, que canta en autobuses, Juliana se disfrazará de chicos, puesto que las niñas no son aceptadas.

Víctor Gaviria es reconocido mundialmente por reflejar la realidad de su país, Colombia, desde una mirada directa, rodando con actores no profesionales y que, realmente, han tenido o tienen vidas similares a las de sus personajes. En el caso de 'La vendedora de rosas', el cineasta tomó de inspiración la vida de Mónica Rodríguez, una adolescente de 16 años que fue asesinada de un balazo en un suburbio de Bogotá, mezclándolo con el cuento de 'La pequeña cerillera' de Hans Christian Andersen.

El resultado fue una obra desgarradora, de difícil visionado, que recuerda a esos niños olvidados del sistema, enterrados en medio de pobreza, hambre, bandas callejeras y narcotráfico. Un largometraje que estuvo en la Selección Oficial del Festival de Cannes de 1998 y que fue candidato al premio Ariel al mejor filme iberoamericano.

Este desgarrador relato del director Siddiq Barmak fue el primer largometraje dirigido completamente en Afganistán desde 1996, cuando el régimen Talibán prohibió la creación de películas. Inspirada en hechos reales, la cinta narra cómo una mujer, que trabajaba como médico en un hospital, pierde su empleo tras el ascenso de los Talibanes en el poder. Imponiéndose la ley de que las mujeres y las niñas no pueden salir solas de casa, solo con familiar varón, la hija de 12 años de la mujer decidirá disfrazarse de chico para poder ayudar a su progenitora. Convertida en Osama, la pequeña deberá busca la forma de evitar que le descubran.

Duro retrato de la situación de las mujeres y las niñas durante el régimen Talibán, rodada como si fuese un documental, transmitiendo la espeluznante realidad que padece la protagonista y denunciando la vulneración de derechos humanos. El filme obtuvo una Mención Especial de la Cámara de Oro en el Festvial de Cannes de 2003 y obtuvo la Espiga de Oro en la Seminci de Valladolid.

Aunque Hirokazu Kore-eda ha sabido narrar con suma delicadeza el costumbrismo japonés, también ha dirigido desgarradores dramas sociales. Uno de sus largometrajes más aplaudidos es 'Nadie sabe', inspirado en el caso de unos niños abandonados en Sugamo en 1987. La cinta muestra cómo Keiko, una joven madre soltera, abandona a sus cuatro hijos pequeños. La mujer, acostumbrada a dejar a los menores solos durante largos períodos de tiempo, un día no vuelve. Salvo Akira, el hijo mayor, ninguno de los tres restantes consta en el registro civil, con lo cual, no existen para la sociedad.

Un caso que viene a recordar que los derechos de los niños deben protegerse no solo en países en guerra o en el llamado Tercer Mundo. Una joya cinematográfica que logró el premio al mejor actor para su joven protagonista en el Festival de Cannes de 2004.

'Moolaadé' denuncia uno de los mayores atentados contra los derechos las niñas en varios países de África y Oriente Próximo: la mutilación genital femenina. Dirigida y escrita por el prestigioso cineasta senegalés Ousmane Sembène, uno de los referentes cinematográficos africanos, el filme cuenta con la actriz y activista Fatoumata Coulibaly como protagonista de este filme que sabe transmitir la realidad del mundo rural del continente.

Ambientada en Burkina Faso, la cinta está dirigida hacia el propio pueblo africano, lo que permite comprender desde primera persona la lucha constante contra esta arcaica y deleznable costumbre que atenta contra la integridad de las niñas. Un filme denuncia de necesario visionado, que obtuvo el premio a la mejor película en la sección Una Cierta Mirada del Festival de Cannes de 2004.

El cineasta kurdo iraní Bahman Ghobadi narra en 'Las tortugas también vuelan' la realidad de los niños kurdos en el Irak previo a la invasión de Estados Unidos en 2003. El filme tiene una trama en la que pueden verse las duras condiciones que viven los niños como refugiados kurdos en una zona cercana a la frontera con Turquía e Irán. En la cinta, los menores protagonistas, Satélite, Agrin, Hengov, Pashow, Riga, Shirkooh, sobreviven como pueden recogiendo minas antipersona para después venderlas en el mercado negro.

El filme tiene a varios actores no profesionales que vivieron experiencias similares, transmite una angustiosa sensación de realidad. Ganadora de la Concha de Oro del Festival de San Sebastián en 2004, este escalofriante relato es un grito de desesperación de los más miserables y perjudicados en las guerras, los niños. Un poderoso alegato antibelicista.

Los hermanos Dardenne están entre los cineastas más aplaudidos en materia de cine social. En 'Rosetta' plasmaron magistralmente la desesperación de una joven por tener un trabajo digno, mientras que en 'El niño' supieron mostrar a una generación que no sabe medir las consecuencias de sus actores. En 'El niño de la bicicleta', los realizadores belgas ponen el foco en el abandono de menores de edad y de cómo el sistema de protección es fácil de sortear.

Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes de 2011 y premio al mejor guion en los Premios de Cine Europeo del mismo año, 'El niño de la bicicleta' es uno de los mejores exponentes de cine social, referente a la protección de los menores de edad y la desgarradora sensación de abandono que transmiten.

'Camino a la escuela' es un documental idealista que recuerda la importancia de la escolarización de los niños. Un filme que obtuvo el premio César al mejor documental

Pocos títulos estadounidenses abordan la realidad sobre los derechos de los niños desde el punto de vista de denuncia social. Sean Baker, después de la estupenda 'Tangerine', narró las consecuencias de la crisis económica en aquella gente que está al borde de la exclusión social. Todo mostrado desde el punto de vista de la pequeña Moonee, una niña de seis años, cuya madre se gana la vida como cabaretera.

Nominada al Oscar al mejor actor de reparto y considerada una de las mejores películas del año 2017 por parte de la National Board of Review, la cinta de Baker denuncia la situación de estos niños que sobreviven con sus familias en suburbios que está alrededor de Disneyworld de Orlando. Una certera crítica al capitalismo, con el enfoque puesto en una niña, interpretada por Brooklynn Prince, que deja una de las escenas más recordadas de ese año, con un final que invita a la reflexión sobre el sistema actual en Estados Unidos.

Basada en la novela homónima de Deborah Ellis, 'El pan de la guerra' es una joya cinematográfica que denuncia la situación de las mujeres y las niñas en el Afganistán del régimen Talibán. Sin duda, es un largometraje con claras referencias a 'Osama', solo que esta vez ahonda en una historia desgarradora que tiene una pequeña luz de esperanza.

Producida por Cartoon Saloon y nominada al Oscar al mejor fime de animación, 'El pan de la guerra' ofrece un viaje animado en el que su protagonista, Parvana, simboliza a aquellas niñas silenciadas y oprimidas por un régimen patriarcal y violento. La directora, Nora Twomey, no tiene una mirada condescendiente de lo que sufre el propio pueblo afgano bajo el yugo talibán, narrando el filme con empatía y respeto por las víctimas, a las que les otorga una fuerza interior excepcional.

Nadine Labaki dirigió y escribió una de las películas más desgarradoras del 2018. 'Cafarnaúm' es un enmienda a la totalidad a un estado que ha abandonado a su suerte a millones de niños. Una feroz crítica a la sociedad y, especialmente, a las creencias familiares, al ser el pequeño Zain el que denuncie a sus padres por haberlo traído al mundo.

Un retrato de la realidad de niños, especialmente de los refugiados, en el Líbano. Una serie de horribles sucesos que convierten al filme, Premio del Jurado en Cannes y nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa, en un película incómoda de ver pero de necesario visionado por su certera toma de conciencia sobre la situación que denuncia. Una de las mejores películas estrenada en este 2019. Un filme incómodo que es una bofetada en la cara a Occidente.

La última gran obra maestra del animador francés Michel Ocelot es también un potente alegato feminista que incide en la importancia de los derechos de las niñas.