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FANS IMAGINATIVOS

El creador de 'La Maldición de Hill House' niega algunas teorías fans y explica el final de la serie

Mike Flanagan ha querido explicar el final de la serie pese a que "le gusta que la gente sea capaz de darle su propia vuelta".

Por Pedro Estoico González Alberto 27 de Noviembre 2018 | 17:45

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'La maldición de Hill House' se ha convertido en el último gran fenómeno de Netflix, y como todo buen fenómeno, ha dado lugar a un sinfín de teorías y re-lecturas por parte de los fans. La serie, una de la "más notables propuestas" en el género de terror reciente, ha dejado con ganas de más a sus seguidores, que se han dedicado a buscar fantasmas escondidos en diversos planos o elaborar teorías sobre el significado de los hermanos Crain. Recientemente, Mike Flanagan, creador y director de la serie, ha querido despejar las dudas sobre el final, que, según ha dicho, "es lo que aparenta".

ATENCIÓN SPOILERS

Muchos seguidores de 'La maldición de Hill House' no se fían de esa especie de final feliz, por lo que no han parado de buscar detalles que indiquen algo más, algo diferente. Una de las teorías más extendidas es que la familia Crain no logró salir de la mansión al final del último episodio. La imagen que, según ellos, lo evidencia es la mirada de la matriarca Olivia (Carla Gugino) a su hijo Steven (Michiel Huisman) mientras se abraza con su marido e hija ya muertos Hugh (Timothy Hutton) y Nell (Victoria Pedretti).

 Olivia, Hugh y Nell

Otra de las pruebas que los fans apuntan para defender esta teoría es la escena de la celebración por los dos años de sobriedad de Luke (Oliver Jackson-Cohen). En dicha escena, Luke y sus hermanos aparecen alrededor de una tarta con un 2 enorme en cima. El detalle es que la tarta es predominantemente roja, como la habitación roja, la habitación de la mansión que proyecta los anhelos de aquellos que entran en ella.

 Hermanos Crain

TVLine ha podido hablar con Mike Flanagan al respecto, y pese a que este al principio se resistía a "decir más", ya que le gusta que "la gente sea capaz de darle su propia vuelta a las cosas", al final ha acabado desmintiendo las teorías fans: "No están en la habitación roja." El productor ha querido explicar que: "Hugh está muerto, Nell está muerta, Olivia sigue muerta", dice. "Siempre lo vi como tener un toque de paz, solo un vistazo al hecho de que la vida continúa, y hay cierta aceptación de los personajes supervivientes". Y añade que "La aceptación, la paz y un poco de perdón no disminuyen la pérdida que experimentan en ese episodio; solo muestra que la vida tiene una manera de continuar, y que estos personajes finalmente aceptan eso".

Final original

Pese a que esta teoría fan no se corresponde con el final de la serie, cerca estuvo de hacerlo. El final original que Mike Flanagan tenía pensado giraba en torno a la misma idea: Los Crain nunca llegaban a escapar de Hill House, siendo condenados de por vida a vivir allí bajo la maldición y viviendo sin saberlo en una permanente ilusión. Durante la escena en la que la familia se reúne para celebrar que Luke lleva dos años sobrio, iban a colocar la ventana rectangular que aparece en todas las escenas de la habitación roja, y que representa la ilusión que está viviendo el personaje: "Hablamos durante mucho tiempo de poner la ventana de la Habitación Roja al final. Y al final decidimos no hacerlo. Era demasiado cruel", reconoce Flanagan.

11 razones por las que 'La maldición de Hill House' es la mejor serie del año

El sexto capítulo

El sexto capítulo

La primera intención cuando uno se enfrenta a una pieza de orfebrería técnica de la magnitud del sexto capítulo de 'La maldición de Hill House' es aplaudir su acabado formal con entusiasmo desmedido. Porque lo que hace Mike Flanagan con esta hora de televisión es un prodigio visual y narrativo de primera magnitud, encadenando una serie de planos secuencia absolutamente brillantes que se suceden con una fluidez y naturalidad realmente asombrosa.

Sin embargo, lo mejor de todo es que se trata de un despliegue coherente con la historia, respetuoso con sus personajes, necesario para transitar con claridad por el terreno que pisa la serie a esas alturas. No hay nada gratuito en él, no es una demostración facilona de Flanagan ni el típico capricho de director, es, sencillamente, una pequeña gran obra maestra a todos los niveles. Uno de los capítulos que perdurarán a lo largo de la historia televisiva, sin lugar a dudas.

La maldición de Hill House en eCartelera

Sus personajes

Sus personajes

'La maldición de Hill House' podría haber sido 'solamente' una gran serie de terror, un logro lo suficientemente importante como para colarse en la lista de las mejores producciones televisivas del año. Sin embargo, lo que la eleva por encima del resto, sin importar géneros ni etiquetas, es la familia Crain, un conjunto de personajes presentados, desarrollados y concluidos de manera brillante, capaces de conquistar al espectador desde el primer encuentro.

Y es que, a la hora de hacer balance final, uno descubre que todos y cada uno de los miembros de la familia ha tenido su momento de lucimiento, su importancia clave dentro de la historia, su aportación innegable a la emoción compartida. En definitiva, no se trata de figuras que simplemente están ahí para ser aterrorizados, son algo mucho más importante. Personas por encima de personajes.

La maldición de Hill House en eCartelera

Terror

Terror

No son pocas las voces que han salido en los últimos días, especialmente desde que la serie se convirtió en un éxito, que han subrayado una y otra vez que no pasan ningún miedo con 'La maldición de Hill House''. De hecho, nos llaman exagerados a aquellos que nos hemos a-t-e-r-r-o-r-i-z-a-d-o con un buen puñado de escenas de la serie de Mike Flanagan.

En cualquier caso, estés en el bando que estés, es evidente que el terror es un elemento omnipresente a lo largo de esta historia, capaz de helar la sangre desde el silencio, sin recurrir casi nunca al (terrible) golpe de sonido y apoyándose siempre en lo que se intuye por encima de lo que realmente se ve. Aunque no sean pocas las veces que se vea. Es terror clásico y efectivo, penetrante y duradero, magistral en su puesta en escena y ejemplar en su consecución de cortar la respiración. ¿Series de miedo? Aquí está la mejor. Excepto para los valientes que la ven con todas las luces encendidas. Seguro.

La maldición de Hill House en eCartelera

Hill House

Hill House

En los últimos años, tanto en cine como en televisión, no nos hemos cansado de ver historias de terror que ocurrían en grandes mansiones repletas de habitaciones, estancias secretas y salas muy, muy oscuras. Sin embargo, pocas han sido las propuestas que han sabido sacar realmente provecho de estos lugares. Y, desde luego, ninguna lo ha hecho con la contundencia de 'La maldición de Hill House'. Porque, maldita sea, ese lugar da miedo. Mucho. Muchísimo.

Y lo más importante es que consigue trasladar esa sensación de inquietud constante tanto desde fuera como desde dentro. Un mérito del que tiene grandísima parte de culpa un Mike Flanagan que se lo pasa pipa moviendo la cámara entre sus paredes, descubriendo así todos los rincones de una casa decidida a quedarse a vivir en tus pesadillas. Sus puertas, sus espejos, sus salones, su cocina, sus jardines y sus habitaciones. Todo transmite. Todo vibra. Todo aterra.

La maldición de Hill House en eCartelera

Su desenlace

Su desenlace

Por si las moscas: Cero Spoilers.

Cuando uno llega al último capítulo de 'La maldición de Hill House' ya es plenamente consciente de que el viaje ha sido lo suficientemente intenso, vibrante y terrorífico como para sentirse satisfecho en un cien por cien. Sin embargo, es evidente que, como ocurre en la mayoría de ocasiones, el desenlace de una serie es capaz de tumbar toda una historia, mejorarla o, directamente, llevarla hacia otro lugar. Y en el caso que nos ocupa, Mike Flanagan y su equipo consiguen ir un paso más allá. La lágrima por encima del susto, la emoción por encima del grito, la coherencia por encima del giro inesperado. Resumiendo: 'La maldición de Hill House' tiene un cierre a la (excelente) altura. La guinda perfecta.

La maldición de Hill House en eCartelera

Mike Flanagan

Mike Flanagan

No es que los trabajos previos de Mike Flanagan fueran un desastre, de hecho cuenta con algunas películas que se mueven con facilidad entre lo correcto y lo notable ('Ouija: El origen del mal', 'Oculus: El espejo del mal' o la reciente 'El juego de Gerald'), pero está claro que pocos podían esperar una obra tan redonda como 'La maldición de Hill House' a estas alturas de su carrera. El cineasta estadounidense consigue así, no solamente su mejor trabajo hasta la fecha, con inmensa diferencia, sino un nuevo punto de referencia total para el género de terror dramático y viceversa.

Su manera de contar la historia es brillante desde todos los puntos de vista, aportando siempre el tono que requiere cada fase narrativa, manejando los tiempos con sabiduría maestra y, sobre todo, manteniendo siempre una calma alejada de efectismos y artificios. Su dirección está por encima del sobresaliente, situándose como uno de los grandes y principales motivos por los que 'La maldición de Hill House' es ya un clásico.

La maldición de Hill House en eCartelera

Su ritmo

Su ritmo

No hay prisas, pero tampoco momentos excesivos para la pausa. Los responsables de 'La maldición de Hill House', con Mike Flanagan a la cabeza, saben perfectamente lo que quieren contar, la forma en la que quieren hacerlo y los tiempos que necesitan para llevarlo a cabo. Un control total del ritmo de la trama que queda reflejado en un equilibrio narrativo puro, dosificando golpes de efecto y giros, manejando a la perfección el interior dramático de la historia y consiguiendo sacar el máximo de todos los elementos presentes en la misma. Cada cosa a su tiempo. Mucho mejor así.

La maldición de Hill House en eCartelera

Drama

Drama

No todo va a ser saltos, gritos y ojos tapados por instinto de supervivencia. 'La maldición de Hill House' conmueve y emociona hasta la lágrima por su historia, sí, pero también por la forma en la que se filtra por sus terroríficas ventanas un drama familiar tan clásico como conmovedor desde el principio hasta el final. Dos géneros que se entienden a la perfección, complementándose, escuchándose, estrechándose y, al mismo tiempo, dejándose el espacio justo para poder respirar con independencia y alcance total. Así que, si por alguna razón no te convence su faceta más relacionada con el miedo, tranquilidad, aquí tienes un inmenso drama televisivo.

La maldición de Hill House en eCartelera

El primer capítulo

El primer capítulo

'La maldición de Hill House' tiene uno de esos comienzos que ejemplifican a la perfección todo lo que un primer episodio debe tener para atrapar al espectador y generar la necesidad de continuar siguiendo la historia. Nada sobra y nada falta en sesenta minutos que, ya desde su trepidante arranque, te agarran y no te sueltan, cortándote la respiración, manteniendo la intriga con pulso de hierro, permitiendo los descansos justos y dejando que empieces a jugar en tu cabeza con las imágenes y las escenas que se van sucediendo. Son las primeras piezas de un puzle que llega para quedarse. Mención especial para la forma en la que presentan a cada uno de los personajes protagonistas. Brillante. Y para esa última escena. Terror en su estado más puro.

La maldición de Hill House en eCartelera

La habitación roja

La habitación roja

Omnipresente incluso cuando no está en pantalla, la habitación roja es un elemento clave para la historia de 'La maldición de Hill House' y, al mismo tiempo, uno de sus grandes hallazgos a nivel visual. Cada vez que la cámara se acerca a ella, cada escena en la que aparece su recuerdo en una conversación, cada instante en el que uno de los personajes la observa o roza su pomo, uno puede sentir la tensión atravesando su cuerpo. Un misterio que, cuando se desvela, engrandece todavía más su valor. Imposible olvidar esa puerta entreabierta...

La maldición de Hill House en eCartelera

El Susto

El Susto

Una palabra: Ocho. Ya sabéis de lo que estoy hablando.

Aquel de ustedes que esté libre de haber gritado, que tire la primera piedra.

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