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CRÍTICA

'13 exorcismos': Poseída por el demonio

Crítica de '13 exorcismos', dirigida por Jacobo Martínez y escrita por Ramón Campos, Teresa Fernández-Valdés, Salvador S. Molina, Gema R. Neira, David Orea y Carlos Ruano. Con María Romanillos.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 4 de Noviembre 2022 | 09:27
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'13 exorcismos': Poseída por el demonio

En enero de 2020, 'Malasaña 32' se convirtió en una de las cintas terror españolas que logró no solo triunfar en taquilla, sino romper fronteras, al ser un éxito en mercados internacionales como México o Vietnam. El grupo de guionistas formado por Ramón Campos, Gema R. Neira, Salvador S. Molina, y David Orea, nombres icónicos de Bambú, se vuelven a unir, con el añadido de Teresa Fernández-Valdés y Carlos Ruanos, para intentar replicar el éxito con '13 exorcismos', un film inspirado en varios casos reales sobre supuestas posesionas demoníacas.

13 exorcismos

Ópera prima de Jacobo Martínez, '13 exorcismos' tiene un comienzo que sabe llamar la atención entre el público. Una adolescente, Laura Villegas, proveniente de una familia muy religiosa participa, el día de Halloween, en una sesión de espiritismo a través de una ouija en una casa abandonada donde habitaba un hombre que mató a sus hijas y a su esposa. Suceden cosas extrañas en la sesión y la joven, pocos días después, comienza a comportarse de forma extraña, hasta el punto de que sus padres piensan que está poseída por el demonio, lo que impulsa a pedir permiso a la Iglesia para que acuda uno de los 15 exorcistas autorizados por el Vaticano para ayudar a su hija.

Realmente, la ejecución de esa primera parte, aunque canónica, sabe causar efecto y mete de lleno al público en esa espiral demoníaca en la que se siente arrastrada la protagonista. Dado que está dentro de un marco costumbrista, en una familia de clase media, la manera de ejecutar la cinta evoca mucho a 'Verónica' de Paco Plaza. Y, en principio, parece que la cinta tomará ese camino, el de aprovechar el terror para explorar aspectos más profundos. En el caso del film de Plaza, retrató la historia de una niña desbordada ante una situación que le obligaba a crecer demasiado deprisa, como el tener que hacerse cargo de sus hermanos pequeños, debido a que su madre tenía que ocuparse del bar del barrio para poder sostener económicamente a la familia. La propuesta de Martínez parece que busca ser una crítica de hasta qué punto esas posesiones son reales y si, realmente, aquí el verdadero demonio es el fanatismo religioso de sus parientes.

13 exorcismos

Una propuesta de terror que daba para mucho más

Sin embargo, esa mirada queda enterrada en una historia que busca ser esa crítica pero también apuesta por ser un relato de terror arquetípico, fuertemente influenciado por 'El exorcista' de William Friedkin, a pesar de que se reniegue de lo contrario. El resultado es una cinta que se queda entre dos aguas, dejando una sensación de que podía haber sido más ambiciosa. Su parte final, además, echa por tierra, la duda razonable sobre si la posesión es real para entregarse al terror más exacerbado.

13 exorcismos

No obstante, a pesar de ello, '13 exorcismos' cuenta con un reparto completamente entregado. Primero, destaca María Romanillos como la adolescente poseída. La intérprete, que también ha sobresalido en 'No mires a los ojos' -estrenada el mismo día-, tiene un estilo interpretativo que, precisamente, recuerda al de Sandra Escacena en la mentada 'Verónica'. La joven está muy bien acompañada, por José Sacristán, cuya profunda voz enlaza muy bien con la del convencido exorcista; así como también Ruth Díaz y Urko Olazabal, como los padres de la chica poseída, quienes piensan que actúan por su bien; mención también para Silma López y Cristina Castaño, que encarnan dos polos opuestos de la visión de lo que le sucede a la joven.

'13 exorcismos' daba para convertirse en la clara sucesora de 'Verónica'. Sin embargo, al final, termina siendo presa del miedo por no ser lo suficientemente terrorífica, yéndose por lugares comunes -llenos de fuego de artificio- y provocando que el resultado final sea deslucido. Una producción que, como sucedió con 'Malasaña 32', tiene buenas intenciones pero a la que le falta rematar.

Nota: 5

Lo mejor: Su reparto se entrega completamente a la propuesta.

Lo peor: Su segunda parte echa por tierra el planteamiento inicial que tiene el film.