å

CRÍTICA 'ALICE, CARIÑO'

'Alice, cariño' denuncia en detalle la masculinidad más tóxica en un intento fallido de thriller

Crítica del debut en la dirección de Mary Nighy, hija del reputado actor Bill Nighy, con el primer gran papel protagonista adulto de Anna Kendrick.

  • Cuenta la historia de una chica joven maltratada psicológicamente por su novio.
  • La película está dirigida, escrita y protagonizada por 3 mujeres de mucho talento: Mary Nighy, Alanna Francis y Anna Kendrick.
  • Estreno en cines de España el viernes 19 de mayo.
Rafa Jiménez
Por Rafa Jiménez Más 19 de Mayo 2023 | 09:58
Redactor de cine y series, especializado en los estrenos actuales y Marvel. Muchas críticas y entrevistas

Comparte:

¡Comenta!
'Alice, cariño' denuncia en detalle la masculinidad más tóxica en un intento fallido de thriller

En esta sesión de terapia, la paciente es Anna Kendrick. Su personaje da título a la película 'Alice, cariño', una mujer maltratada psicológicamente por su novio. Se acabaron las risas de sagas musicales: este es el primer papel protagonista adulto para la actriz de 'Dando la nota'. Su "terapeuta" es la debutante Mary Nighy. La hija del nominado al Oscar Bill Nighy intenta desintoxicarla de su dependencia emocional a través de una semana de retiro con sus dos mejores amigas, y ahí comienza una consulta a trompicones, pero muy necesaria.

De lejos

Todos hemos vivido este plan con amigos. La guionista Alanna Francis lo sabe y por eso funciona ese escenario de retiro con amigas de la infancia: todo es tan cercano y realista, que se crea enseguida el ambiente para profundizar. Así compensa su escaso presupuesto con poco casting y escenario. Lejos de ser una limitación, el envoltorio de película pequeña la hace más inmersiva. De esta manera, más bien parece como si estuviéramos viendo las grabaciones de un verano o estuviéramos con ellas allí. Paradójicamente, este tono documental es el que más va a delatar que 'Alice, cariño' funciona más de manera expositiva que narrativa.

Como película en su conjunto, se queda a medio gas. La guionista y la directora dibujan con mucha brocha gorda el trayecto de su protagonista y su conflicto, como pasando por encima. De hecho, el personaje de Kendrick avanza muy bruscamente hasta una resolución forzada casi de serie B. En general, todo intento de conflicto con los otros personajes acaba en situaciones manidas sin impacto. Toda la inteligencia de sus diálogos no sirve para disfrutar el intento de thriller al que acaba virando hasta dejar un sabor de boca muy irregular.

Anna Kendrick en 'Alice, cariño'

De cerca

Los ingredientes por separado sí que funcionan. Mirando tan solo escenas aisladas, la película puede presumir de diálogos e imágenes muy profundas. 'Alice, cariño' tiene todos los simbolismos y reflexiones que se pueden sacar de una relación tóxica machista. Su acierto está en colocarnos en la perspectiva de Alice como narradora no fiable: la subjetividad de su relato a través de flashbacks tramposos funciona increíblemente como efecto. Pero ahí se queda, sin aportar una evolución narrativa. En su lugar, la pesada hora y media de metraje se resume en una sucesión sin mucho sentido de situaciones íntimas preciosas.

Al tratarse de una sesión de terapia hecha película, lo central son las conversaciones y estar atento a lo que se dice y lo que no. Ahí la guionista y la directora desatan el poder de la imaginación dejando lo más importante fuera de campo: todo lo duro ocurre en tu mente. Su mejor aliada es la trabajadísima contención de Anna Kendrick en su mejor papel hasta la fecha tan solo por detrás de la brillante 'Un pequeño favor'. Cuando menos habla es cuando más se luce a través de escenas desgarradoras. Entre ellas, están una de las mejores representaciones en el cine de una ataque de ansiedad o el excesivamente reiterativo recurso visual del pelo. Esa sutileza de su actuación es la que a veces le falta a la dirección.

Anna Kendrick en 'Alice, cariño'

'Alice, cariño' tiene una durísima verdad, pero no logra un buen relato para contarla. Se nota en cada pequeño detalle, mirada y palabra que la guionista es una mujer y habla como solo puede hacerlo quien ha vivido de cerca esta masculinidad frágil y tóxica. Pero por muy real que sea, al final esta realidad acaba resultando maniquea y aburrida por el envoltorio con el que se traslada a la gran pantalla. No se trata de que necesite entretenimiento, sino un esquema de planteamiento-nudo-desenlace efectivo y no meramente expositivo. Por eso funciona más como sesión de terapia sobre el abuso que como una película catártica contra él.

6
Lo mejor: La pura verdad que hay en el personaje de Anna Kendrick cuando empieza a abrirse.
Lo peor: El estereotípico tramo final tan de telefilme.
Películas