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CRÍTICA

'Bill y Ted salvan el universo': Reencuentro de antiguos compadres

Crítica de 'Bill y Ted salvan el universo', dirigida por Dean Parisot y escrita por Chris Matheson y Ed Solomon. Protagonizada por Alex Winter y Keanu Reeves. Tercera entrega de la saga 'Bill y Ted'.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 8 de Mayo 2021 | 13:36
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Hay que tener una cosa con la saga 'Bill y Ted' y es que es imposible tomársela en serio. Es más, sus guionistas, Chris Matheson y Ed Solomon, buscan todo lo contario. 'Las alucinantes aventuras de Bill y Ted', estrenada en 1989, se convirtió en un clásico de culto de la época, que marcó a toda una generación de adolescentes y que fue pionera en lo referente a tener dos protagonistas atolondrados, que sirvieron de referentes para posteriores Buddy comedies como 'Dos tontos muy tontos' o la serie de animación 'Beavis y Butt-Head'. Su secuela, 'El alucinante viaje de Bill y Ted', estrenada en 1990, era más delirante aunque menos fresca.

Consideradas de culto por aquel público adolescente, que ahora o ronda los 50 años o ya los ha sobrepasado, un regreso se antojaba, francamente, difícil. No obstante, 30 años después del estreno de la segunda entrega, ha llegado una tercera, con parece cerrarse una extraña trilogía. 'Bill y Ted salvan el universo', lanzada en Estados Unidos en verano del año pasado y que ahora llega a Movistar+. Un proyecto que, muy curiosamente, llega a un nivel muy similar al de la primera cinta.

Bill y Ted salvan el universo

Esta vez, los locuelos adolescentes son cincuentones con un grave problema de inmadurez, el cual parece no tener arreglo. Partiendo de esa base, toca dejarse llevar por una trama igual de disparatada como inverosímil. Viajes en el tiempo, visitas al cielo y al infierno, clonación de personajes en diferentes eras, nada tiene una lógica coherente, algo que, precisamente, fue la virtud de las dos primeras cintas. Lo curioso es que no parece querer buscar conectar con el público actual, sino más bien con los nostálgicos, una desconexión que hará que los más profanos de esta franquicia se sientan desubicados.

Alex Winter y Keanu Reeves vuelve igual de gamberros e irreverentes

No obstante, ver a Alex Winter y a Keanu Reeves hacer el gamberro con 55 y 56 años, respectivamente, bien hace que valga la pena el visionado de esta tercera entrega; especialmente porque uno se ha convertido en un reconocido documentalista y activista por los derechos de privacidad en la red y el otro es todo un icono del cine de acción desde hace ya tres décadas -en los 90 con 'Speed', en los 2000 con la trilogía 'Matrix' y ahora con la saga 'John Wick'-. Con carreras alejadas de la comedia absurda, verlos regresar a sus orígenes produce una sensación similar al de acudir a un baile de antiguos alumnos.

Bill y Ted salvan el universo

Quizás ver a Mozart, Jimi Hendrix, Louis Armstrong o Ling Lun en el presente pueda llamar la atención, pero no sorprende tanto como cuando los dos protagonistas reunieron a Napoleón Bonaparte, Billy el Niño, Sócrates, Sigmund Feud, Genghis Khan, Juana de Arco, Abraham Lincoln y Ludwig van Beethoven en la primera cinta. No obstante, hay un factor añadido que hace que 'Bill y Ted 3' tenga cierto aire de cambio, la irrupción de las hijas, Thea y Billie, interpretadas por Samara Weaving y Brigette Lundy-Paine. Sin duda, vuelve a evidenciar cómo son ellas las que traen la renovación y que la comedia vive una época en la que la mirada femenina ha consolidado su fuerza y su peso.

'Bill y Ted salvan el universo' es una especie de grandes éxitos con el añadido de dos singles que le dan un toque actual. Una reunión de antiguos colegas que gustará a aquellos que disfrutaron de sus dos primeras entregas. Por otro lado, puede servir de referente para una continuación, ahora con las hijas. ¿Para cuándo la película de Thea y Billie?

Nota: 6

Lo mejor: La frescura que transmite Samara Weaving y Brigette Lundy-Paine.

Lo peor: En el fondo, no dejar de ser un revival que aprovecha los patrones de las dos anteriores entregas.