Si hay un subgénero de la animación japonesa que funciona muy bien es el Slice of Life. Precisamente, esas propuestas naturalistas, con cierto toque de costumbrismo y melodrama (principalmente adolescente) han provocado la producción de varias joyas recientes, como '¡Hasta siempre, Don Glees!', 'Josée, el tigre y los peces' o 'Buscando a la mágica Doremi'. Ahora bien, lo que también gusta son esas producciones que combinan ese toque costumbrista con elementos sobrenaturales, de eso directores como Mamoru Hosoda o Makoto Shinkai son expertos.
Ahora llega Yasuhiro Yoshiura con 'Canta con una chispa de armonía'. Una producción que le agrega un toque musical, un elemento que cada vez está más presente en la animación japonesa. De hecho, la cinta fue estrenada en 2021 en Japón, el mismo año que 'Belle', con la que guarda varias similitudes. No obstante, si el film de Hosoda exploraba uno de sus temas habituales, la interacción con el mundo virtual, Yoshiura opta por adentrarse en las consecuencias de la irrupción de la inteligencia artificial en la sociedad.
De ahí, que 'Canta con una chispa de armonía' esté ambientada en un futuro cercano, en el que la inteligencia artificial encaja completamente en la sociedad, llegando al punto de que hay androides haciendo funciones como el cultivo de arroz. La trama comenzará con la llegada de una misteriosa alumna nueva al instituto, llamada Shion Ashimori, cuyo máximo deseo es hacer feliz a la protagonista, la retraída Satomi Amano. Lo que ni Satomi ni su grupo de amigos esperaba es que Shion fuese un androide de inteligencia artificial en fase de prueba y cuya misión es que Satomi esté contenta.
Una deliciosa sorpresa con una animación exquisita
El mezclar Slice of Life y ciencia ficción no es nuevo, la propia 'Belle' mencionada antes, asi como títulos como 'Hello World' o 'Your Name'. También es verdad que el subgénero casa muy bien con la fantasía, véase el caso de 'Her Blue Sky' o 'La casa encantada en El Cabo'. Pero 'Canta con una chispa de armonía' sorprende, puesto que, inicialmente, sigue lo esperado en este tipo de producciones, con una protagonista tímida, que esconde un trauma profundo y en el que se recuerda la importancia de contar con una red de amigos para poder salir de esa espiral. En ese aspecto, la cinta bien que recuerda a 'A Silent Voice' o 'Quiero comerme tu páncreas'.
Ahora bien, lo que sorprende gratamente es cómo el guion de Yoshiura e Ichiro Okouchi opta por combinar esos aspectos con un relato que sigue la estructura del cine fantástico hollywoodiense de los años 80 o 90. El androide Shion cuenta con un carisma digno del de E.T. o el de 'El gigante de hierro'. Por otro lado, hace énfasis en cómo el avance de la tecnología puede provocar que se llegue a esa difusa línea de qué es humano y qué es una IA. Recuerda a lo que hicieron Sarah Smith y Jean-Philippe Vine con 'Ron da error', pero con un mensaje mejor estructurado, que también advierte de los peligros de la dependencia extrema de la tecnología y la importancia de la amistad, del hablar cara a cara, como manera ideal de comunicarse.
Sumado a una animación exquisita, propia de las últimas producciones de Shochiku, 'Canta con una chispa de armonía' supone un toque de aire fresco dentro de los Slice of Life, que demuestra que aún hay ideas originales que saben funcionar utilizando elementos ya vistos, pero ejecutados de manera diferente. Una de esas joyas que recuerda de nuevo el poder hipnotizante del estilo de la animación japonesa, que encuentra en la gran pantalla el hogar ideal para deleitarse con cada detalle.
