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CRÍTICA

'Concrete Utopia': La sociedad de un edificio

Crítica de 'Concrete Utopia', dirigida por Um Tae-Hwa, escrita por Um y Lee Shin ji. Protagonizada por Lee Byung-hun, Park Seo-joon y Park Bo-young. Seleccionada por Corea del Sur para los 96 Premios Oscar.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 2 de Febrero 2024 | 18:37
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Imagen de 'Concrete Utopia'
Imagen de 'Concrete Utopia' (Vértice 360)

La industria audiovisual surcoreana está viviendo una época de importante visibilidad internacional. El rotundo éxito de 'Parásitos' en el cine (con Palma de Oro en Cannes y Oscar a la mejor película) y la brutal acogida internacional de 'El juego del calamar' sólo han hecho que su fama, reconocimiento y prestigio haya llegado al público masivo. De ahí, que lleguen propuestas tan atractivas como 'Concrete Utopia'. Cuarto largometraje de Um Tae-hwa (el primero que logra distribución en España), fue elegido para representar al país asiático en la categoría de mejor film internacional en la 96ª edición de los Premios Oscar.

Concrete Utopia

Inspirada en la segunda parte del cómic 'Pleasant Outcast' de Kim Sungnyung, 'Concrete Utopia' recoge los elementos más característicos del cine de catástrofes, acción y, sobre todo, ciencia ficción distópica. Un brutal terremoto deja Seúl en ruinas. Solamente queda en pie los apartamentos Imperial Palace. Sintiéndose afortunados, la comunidad de vecinos instaurará un régimen dictatorial en el edificio, convertido en un oasis en medio del caos. Evidentemente, una premisa así está pensada para mostrar el lado más cruel y despiadado de la Humanidad.

Evidentemente, se pueden hacer múltiples comparaciones y metáforas entre este relato distópico y lo que está viviendo actualmente la Humanidad. Lee Byung-hun, conocido justamente por 'El juego del calamar', encarna a Yeong-tak, del apartamento 902, quien toma el liderazgo de la comunidad de vecinos y no tiene remilgos en expulsar a todos aquellos supervivientes de la catástrofe que no sean residentes. En medio del horror, hambre, enfermedades y multitud de necesidades, el bloque de pisos se fortifica.

Concrete Utopia

Una potente propuesta comercial

Dado que la parábola es muy evidente, Um opta por crear un auténtico juego de varias pistas. Por un lado, busca ser una cinta de catástrofes, de supervivencia, una combinación entre el cine de Michael Bay y 'La niebla' de Stephen King. Esto se ve desde el inicio, cuando Um hace un auténtico alarde de nivel técnico y visual, que vuelve a demostrar que no hacen falta presupuestos gigantes para crear magníficas producciones con potentes efectos visuales. Por otro, es también una sátira ácida que bien podría tener a Bong Joon-ho detrás.

Concrete Utopia

A ello se suma que Um busca dotarle de profundidad a sus personajes, narrando sus historias, sus trasfondos y recurriendo a los socorridos flashbacks. Eso, por supuesto, provoca que el público pueda conectar con esta comunidad de vecinos, especialmente cuando la sociedad que se monta en este edificio comienza a mostrar sus taras, sus roturas, de cómo se comienzan a formar deslealtades, intrigas, traiciones. Um, quien fue asistente de dirección de Park Chan-wook, muestra un manejo exquisito de los distintos tipo de género, creando una potente propuesta que funciona como circo de múltiples pistas.

Y es ahí donde se ve la maestría, en saber llevar bien una propuesta que no duda en llevar a su propio terreno las múltiples referencias que tiene. 'Concrete Utopia' demuestra la capacidad del cine surcoreano de crear propuestas potentes con fuerte visión comercial que son capaces de ir más allá, al poder ser parábolas sobre el lado más cruento de la propia psique humana. Todo ello a un ritmo vertiginoso, en el que hace un control estupendo de los tiempos. Una brutal propuesta de ciencia ficción y distopía que ya aspira a codearse con aplaudidos títulos como 'Rompenieves (Snowpiercer)' o 'The Host'.

8
Lo mejor: Su tono distópico y cómo Um lo entronca con una propuesta brutalmente comercial.
Lo peor: Hay ciertas subtramas que se quedan en tierra de nadie.