Para finalizar el año, Netflix decide volver a los cines con 'Los crímenes de la academia', un thriller de época con el que Scott Cooper, director de 'Corazón rebelde' y 'Black Mass: Estrictamente criminal', adapta la novela homónima de Louis Bayard, con la que el autor explora la juventud del afamado Edgar Allan Poe de convertirse en el recordado escritor, renovador de la novela gótica y considerado el inventor del relato detectivesco. Un crimen en el año 1830, donde Poe se había alistado como cadete en West Point.
Sin embargo, Poe no es el protagonista de este relato con tintes góticos; sino el detective Augustus Landor, quien debe investigar un macabro crimen ocurrido en el academia militar de West Point, donde apareció ahorcado un cadete, al que luego le arrancaron el corazón. Una premisa con la que Bayard creó una novela que supo mantener la tensión y el misterio hasta el final, imaginando cómo fue ese año de Allan Poe en West Point, puesto que el año siguiente fue licenciado tras ser acusado de grave abandono del servicio y desobediencia de las órdenes.
El punto de partida llama la atención, así como también ese detective huraño al que sabe dar vida Christian Bale, especializado en este tipo de papeles, quien forma un interesante tándem con el aspirante a escritor, quien, ilusionado a la par que fantasioso, decide participar en la investigación, adentrándose en un relato terrorífico con el que Bayard exploraba un submundo de sectas y creencias diabólicas que bien hubieran podido inspirar al reconocido maestro del terror.
Sí, la novela atrapaba, pero su traslación a la gran pantalla no logra causar el mismo efecto. Es más, Cooper, quien ya había dirigido a Bale en 'La ley del más fuerte' y 'Hostiles', derrumba todo ese halo de misterio poco después de comenzar su investigación y trayendo a escena a Poe de una manera mucho menos orgánica. También el vínculo que Bayard creaba entre el detective y el cadete escritor tenía ciertos tintes afectivos ambiguos que son suprimidos en esta versión, en la que Poe parece más bien un aprendiz de detective frente a un experto que peca de estar demasiado atormentado, hasta el punto que la cinta deja demasiadas pistas para el público sobre un sorpresiva revelación final.
Un relato gótico a la que falta más misterio
Cooper configura un relato que pedía sacar más 'muertos del armario', en el sentido de dejar más evidencia a la institución militar a los secretos que esconde. Finalmente, el misterio es resuelto con unas pocas declaraciones, que no llegan a las altas instituciones. Claro, con un desenlace así, lo esperado hubiera sido crear otro tipo de atmósfera, más en sintonía con las ambiciones más modestas a las que aspira, para evitar crear una expectación de resolución decepcionante, cosa que termina sucediendo.
A pesar del loable intento de Bale por darle mayor profundidad a su personaje, este termina siendo demasiado atormentado, hasta el punto de resultar predecible. Algo similar se le puede decir a Harry Melling, quien busca transmitir ese toque extravagante de Poe, en su incipiente vocación literaria, pero al que le faltan minutos de protagonismo y que peca de una ingenuidad impropia de un autor que, precisamente, presumía de sagacidad. Por otro lado, cabe señalar que la cinta cuenta con un reparto de lujo tremendamente desaprovechado, como los casos de Timothy Spall, Charlotte Gainsbourg, Toby Jones, Robert Duvall o Gillian Anderson, quienes hubiera demandado más minutos también en pantalla.
'Los crímenes de la academia' se merecía ser mejor adaptación. Sus intérpretes están sublimes, así como su diseño de producción logra crear esa sensación de estar ante un relato gótico, al más puro estilo de la época de Allan Poe. Sin embargo, todo se queda en la parte más estética y visible, puesto que su trama no consigue estar a la altura del libro de Bayard, pues Cooper, quien firma también el guion, convierte un hipnótico relato de suspense de época en un tedioso ejercicio en el que el misterio pierde encanto.
'Los crímenes de la academia' está disponible en cines desde este 23 de diciembre y en Netflix desde el 6 de enero.
Nota: 5
Lo mejor: Su vestuario, diseño de producción y su reparto interpretativo.
Lo peor: Ver cómo un relato de misterio que atrapaba en la novela se convierte en un relato taciturno.
