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CRÍTICA

'Cuerpo abierto': Una fábula gótica

Crítica de 'Cuerpo abierto', dirigida por Ángeles Huerta y escrita por Huerta y Daniel García. Protagonizada por Tamar Novas, Victória Guerra y María Vázquez. Proyectada en la 67 Seminci de Valladolid.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 9 de Diciembre 2022 | 09:59
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'Cuerpo abierto': Una fábula gótica

Tras un fascinante documental, 'Olvida Monelos', la asturiana Ángeles Huerta debuta con su primer largometraje de ficción, 'Cuerpo abierto'. Proyectada en la gala organizada por RTVE en la pasada 67ª edición de la Seminci de Valladolid y también dentro de la categoría Esbilla del 60 Festival de Gijón, donde obtuvo el premio al mejor largometraje asturiano. La cineasta da un giro radical con esta propuesta que adapta un relato de Xosé Luis Méndez Ferrín, con el que se traslada a la Galicia de 1909, en un pequeño pueblo en el que el mundo de los vivos y el de los muertos viven una especie de limbo.

Cuerpo abierto

El film comienza con claras referencias al terror gótico, una de las extensiones que tuvo el Romanticismo, con una diligencia que lleva a un joven profesor que lee 'Retrato de una dama', de Henry James, mientras es trasladado al pueblo, situado entre la frontera de España y Portugal, en Lobosandaus, el cual está envuelto en una especie de combinación de misticismo y oscurantismo. Ya desde ese momento, don Miguel, el ilustre profesor bien podría codearse con el Ichabod Crane de Washington Irving en 'La leyenda de Sleepy Hollow'.

Y puede codearse con Crane al representar la razón, la ciencia, la ilustración frente a las creencias sincretistas de los habitantes de la región, en la que a lo religioso y a lo profano lo dividen una muy difusa línea. Huerta, quien firma el guion junto con Daniel García, sabe adentrarse en lo más profundo del espíritu del romanticismo gótico para crear una parábola sobre el deseo y la represión, en la que su erudito maestro protagonista termina, poco a poco, dejándose arrastrar por una espiral de alucinaciones que lo convierten en un narrador sospechoso, pues esa atmósfera mística termina rompiendo la línea lógica, lo que produce que las ensoñaciones y las alucinaciones se mezclan con la trama principal.

Cuerpo abierto

Un film con espíritu de terror gótico, al más puro estilo de 'La leyenda de Sleepy Hollow' u 'Otra vuelta de tuerca'

Y es ahí donde Huerta lleva hasta el extremo a ese profesor, cuya arrogancia por el saber termina siendo su perdición. En ese aspecto, destaca la entrega de Tamar Novas. El intérprete gallego sabe transmitir esa sensación de descenso a los infiernos que vive su personaje, quien poco a poco termina arrastrado por el oscurantismo y las leyendas. Junto con él, destacan la portuguesa Victória Guerra y María Vázquez, ambas representando dos figuras distintas de la feminidad. La primera, atrapada en un matrimonio infeliz, mientras que la segunda siente que la posee el espíritu del amante muerto de la lusa, siendo este el principal hilo del film, con el que Huerta aprovecha para plasmar su juego de dualidades.

La cineasta demuestra tener mano para el género de terror, con un largometraje con una atmósfera mística que sabe combinar lo folclórico con lo sobrenatural y muestra cómo el sincretismo y la religión danzan en un baile de creencias que aumenta esa sensación de dualidades y ambigüedad. 'Cuerpo abierto' es una propuesta que sigue la línea de otros títulos que rescatan las antiguas tradiciones del pueblo para reinterpretarlas desde una perspectiva moderna, como sucedió con 'Akelarre' o 'Errementari'. El resultado es un hipnótico de debut de Huerta en la obra de ficción, que le impulsa dentro del cine de género.

Nota: 7

Lo mejor: Cómo, poco a poco, el protagonista va cambiando su carácter, terminando en una personalidad mucho más oscura.

Lo peor: Termina siendo un relato excesivamente confuso.