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CRÍTICA

'El fotógrafo de Mauthausen': heroicidad perdida y retrato del pánico

Mario Casas vuelve a la gran pantalla con 'El fotógrafo de Mauthausen' y lo hace más maduro que nunca.

Por Paloma Lubillo Fisac 26 de Octubre 2018 | 12:35

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Existen treinta y tres maneras distintas de morir en Mauthausen, pero la peor, sin duda, es hacerlo en la llamada escalera de la muerte. Pasar hambre al lado del agotamiento es una minucia y los presos venidos arriba por la potestad de las armas, también. Pero para Francesc Boix (Mario Casas), el protagonista de 'El fotógrafo de Mauthausen', todo está pensado para impresionarte: desde el águila heráldica de la entrada, hasta las vallas electrificadas que delimitan el perímetro.

Directa y con la misma intención de una bala que se dispara a bocajarro, pero sin surtir efecto. Una terrorífica historia de cautiverio masivo que reflexiona sobre la perversión del arte, la manipulación de la realidad a ojos del autor o la apatridia decretada por Franco y Serrano Suñer ("Si no están en España, no son españoles").

 Fotograma 'El fotógrafo de Mauthausen'

La directora, Mar Targarona, nos transporta al campo de los españoles. En Mauthausen-Gusen ya estaban señalados: eran los rojos, los apátridas, los derrotados. Targarona nos presenta la historia real de Francesc Boix, un fotógrafo catalán que fue capturado tras exiliarse a Francia y tropezar con el avance alemán. Con ayuda de un grupo de comunistas nacionales, maquina un plan para sacar unos negativos del campo y así demostrar al mundo las atrocidades cometidas por el régimen. Las fotografías que Boix y sus compañeros consiguieron salvar fueron decisivas para la condena de altos cargos nazis en los juicios de Nuremberg, a los que el catalán asistió como testigo.

Es inevitable seguir con atención lo que sucede en el filme. El argumento lo merece y el héroe también. La historia es desoladora y casi desconocida. Pocos saben del español que denunció los crímenes del holocausto, pero no es suficiente. No consigue emocionar de la forma que lo hace 'La lista de Schindler' o 'La vida es bella', a pesar de que el carisma de Francesc es similar al de Guido (Roberto Benigni). De hecho, no lo hace de ninguna manera. La crueldad de las imágenes obliga a despegar la mirada del espectador en varias ocasiones en un intento de revolver almas, pero que solo aspira al desorden estomacal.

El guion vagabundea a lo largo de la cinta, sin rumbo ni destinatario preciso. Se diluye entre la sangre, la violencia y el valor del grupo de españoles. Ellos, en cambio, tenían un objetivo claro y no pararon hasta conseguirlo. Salieron del infierno de Mauthausen y denunciaron el sadismo del régimen hitleriano. Pero la narración pierde el pulso en el retrato de imágenes reales y, aunque apuesta por la contención y rehúye del melodrama, no es suficiente.

 Fotograma 'El fotógrafo de Mauthausen

Desperdicio de heroicidad a la sombra de Mario Casas

Sin embargo, Casas ya no es el ídolo adolescente que empapelaba carpetas de instituto. Ahora se juega todas sus fichas al rojo y sale ganando. El actor retrata al personaje más difícil de toda su trayectoria y, por primera vez, su nombre podría ser candidato a Goya. Su rostro consumido refleja inanición, pero también valentía, astucia y un voraz instinto de supervivencia. Su mirada refleja la asfixia y desesperanza de este infierno. Pero aun siendo su interpretación más sincera, no logra equipararse a otros narradores de clásicos del género. Sería una injusticia no mencionar al siempre acertado Alain Hernández o la escalofriante y brevísima aparición de Macarena Gómez, que en cada sílaba vuelca un gesto más asfixiante y desesperanzador que el anterior.

Targarona lo tenía todo de su parte: una buena historia, un superhéroe de carne y hueso y un elenco entregado a la causa. Pero no termina de integrarse en el relato ni ahondar en unos personajes, que escuetos de fondo, recorren una atmósfera insípida.

Nota: 5

Lo mejor: Que se haga un homenaje al gran héroe español.

Lo peor: La directora se empeña en construir imágenes reales y olvida por completo el ritmo del filme.

Curiosidades de Mario Casas

Infancia y familia

Infancia y familia

Casas es hijo de Ramón y Hedi, un empleado de la construcción y una ama de casa que se mudaron cuando él era pequeño desde A Coruña a Barcelona, donde fijaron su residencia. El actor habla tanto gallego como catalán y es el mayor de cinco hermanos: Sheila, de 30 años; Christian, de 27; Óscar, de 19; y Daniel, de 4.

Sus dos hermanos medianos, Óscar y Christian, también quieren dedicarse a la interpretación mientras que ella es abogada. Mario coincidirá con el primero de ellos en 'Instinto'.

Inicios como actor

Inicios como actor

Cuando era pequeño, quería ser bombero o policía pero, frustados estos sueños, decidió ser actor. Su andadura comenzó cuando tenía solo siete años, haciendo sus pinitos como modelo; sin embargo, no fue hasta los 19 años cuando participó en su primera serie de televisión: era 2005, con una pequeña aparición en 'Motivos personales'.

Su salto a la fama llegaría en 2006 por partida doble: en el cine, con su debut en 'El camino de los ingleses', ópera prima de Antonio Banderas; y en televisión, despegando con la serie adolescente 'SMS, sin miedo a soñar', que le catapultó al estrellato.

Su primer papel protagonista fue en la película 'Fuga de cerebros', donde interpreta un papel muy distinto al que nos tiene acostumbrados: un empollón que sigue hasta Harvard a una chica de la que está enamorado.

Gustos del actor

Gustos del actor

Aunque se dedique a ello, no le gusta ver programas de televisión, aunque es un gran amante del cine de Alfredo Landa; además, su película favorita es 'El niño que gritó puta', de Juan José Campanella.

En el apartado gastronómico, adora la tortilla de patatas con cebolla y chorizo y le encanta salir de cañas con sus amigos por La Latina.

Le gusta el flamenco y su canción favorita es 'Como el agua', de Camarón. También le gustan mucho los tatuajes.

Es muy deportista y muy puntual. No le gustan nada las verduras y, ah, se me olvidaba, duerme desnudo. Completamente.

Mala memoria

Mala memoria

Su punto débil es la memoria y que tiene muchas dificultades para memorizar los guiones. Él mismo ha reconocido que le cuesta mucho prepararse las películas por este motivo.

Los premios de Mario

Los premios de Mario

Pese a que nunca ha sido nominado a un Goya, tiene cuatro Fotogramas de Plata, dos premios Feroz y una Biznaga de Plata, premio que más ilusión le ha hecho, por 'La mula'.

Además, en 2011, recibió el premio ACE de Nueva York al Mejor Nuevo Actor por 'Tres metros sobre el cielo'.

En el rodaje de 'La mula'

En el rodaje de 'La mula'

A pesar de los casi cuatro años que pasaron desde su rodaje hasta su estreno en el Festival de Cine de Málaga, 'La mula' pudo ver la luz y es uno de los trabajos de los que más orgulloso está.

Le costó mucho interiorizar el acento andaluz así que un fan jienense le ayudó, leyéndole el texto para que luego el actor pudiera imitar su voz y su tono.

En el amor

En el amor

La primera actriz con la que mantuvo una relación fue Amaia Salamanca, con la que coincidió en 'SMS'. Más tarde, durante el rodaje de 'Tres metros sobre el cielo', conoció a María Valverde y estuvieron juntos durante cuatro años.

La siguiente actriz con la que ha reconocido una relación es con Berta Vázquez, su co-protagonista en 'Palmeras en la nieve', pero este amor también llegó a su fin.

Ahora, ha confirmado que está junto a Blanca Suárez, con la que ha trabajado en varias ocasiones a lo largo de los años.

Ritual antes de rodar

Ritual antes de rodar

El actor ha reconocido que tiene una especie de ritual antes de comenzar cada rodaje: se preparar una playlist con las canciones adecuadas para el papel que va a interpretar y la escucha durante toda la realización de la cinta.

Mario internacional

Mario internacional

En 2013, rodó entre Malasia y Estados Unidos la película 'Edén', en la que interpretó al portero de un equipo de fútbol; sin embargo, esta cinta no llegó a proyectarse en nuestros cines.

Dos años después, estuvo en 'Los 33', otro proyecto internacional en el que volvió a trabajar con Antonio Banderas. En él, dio vida a uno de los 33 chilenos que quedaron atrapados durante el derrumbe de la mina de San José en 2010.

Cambio de peso

Cambio de peso

Para su última película, 'El fotógrafo de Mauthausen', Casas ha perdido más de 12 kilos para meterse en la piel de este héroe de guerra español que, junto con otros hombres, salvó negativos de los campos de concentración nazis que sirvieron para ganar los juicios de Nuremberg.

El actor viene, para más inri, de rodar 'Bajo la piel del lobo' en la que incrementó 10 kilos su peso habitual.