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CRÍTICA

'Todos a una', una comedia ácida y sin moralismos

'Todos a una' le da la vuelta a la cruda historia de la estafa de los Juegos Paralímpicos de Sidney para darnos una comedia negra lúcida y emocionante.

Por Laura Ruiz García 1 de Febrero 2019 | 08:00

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Martín es el entrenador de un equipo francés de baloncesto con discapacidad mental del que solo quedan dos jugadores. Ante la proximidad de los Juegos Paralímpicos de Sidney, el entrenador decide hacer trampa y completar la plantilla con jugadores sin discapacidad para poder acudir a los juegos y no perder la subvención. Al principio, los nuevos jugadores se niegan a participar en el fraude, pero, finalmente, Martín consigue convencerles de lo importante que podría ser para que la organización siga en pie y también, obviamente, de los beneficios económicos que podrían recibir por ello.

El director Vianney Lebasque realiza una segunda película sobre deporte, esta vez, basándose en un caso real que ocurrió en España en el año 2000 y al que, por cierto, se hace alusión en la película nominada a los Goya, 'Campeones'. Una apuesta arriesgada teniendo en cuenta la naturaleza de la historia y la dificultad que entraña hacer humor con un tema tan grave sin llegar a caer en el mal gusto o la burla.

Todos a una

Lebasque y su coguionista, Frank Bellocq, han afrontado este reto escogiendo un tono paternofilial con toques de comedia negra que funciona muy bien desde el principio. Aunque es verdad que ciertamente trata de humanizar demasiado a los protagonistas de este fraude, sí que logra, a través de un humor inteligente, que el espectador sienta empatía y se encariñe fácilmente con su aventura. Secuencias como aquella en la que el entrenador le da "clases" para parecer discapacitados mentales demuestran la capacidad de los creadores de construir situaciones cómicas originales que enganchan y aderezan los posibles defectos del film.

Sin embargo, a pesar de su humor inteligente, no debemos ser ingenuos. 'Todos a una' es una película que, como el diseño de su propio cartel indica, su único objetivo es el de entretener. Posee un ritmo muy comercial, la típica trama de romance, una falsa pretensión de conciencia social, momentos lacrimógenos y subtramas muy previsibles. No obstante, a diferencia de 'Campeones' (a la que puede recordar por la temática), no trata el tema de la discapacidad con moralismos ni condescendencia, lo que le confiere una dignidad diferente.

Basado en hechos reales

Como hemos mencionado, 'Todos a una' está basada en una historia real que fue bastante polémica en su momento. En el año 2000, el entrenador de la Federación Española de Deportes para Discapacitados Intelectuales, Martín Vicente, y su equipo, fueron denunciados por fraude por el comité paralímpico tras ganar injustamente la medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de Sidney. De los doce jugadores, solo dos eran discapacitados y uno de ellos, Ribagorda, era un periodista infiltrado que facilitó el destape de la trama, un engaño que, según él, también afectó a otros apartados deportivos de las olimpiadas.

Hace solo unos años, en 2013, salió la resolución del juicio por el que se condenó a Martín Vicente a pagar una multa de 5.400 euros y a la devolución de las subvenciones que, en total, ascendieron a más de 140.000 euros. Sin embargo, lo más doloroso del asunto fue que, aunque los jugadores fueron absueltos de los cargos, todos se vieron obligados a devolver las medallas de oro, a excepción de los que sí que eran discapacitados, como Ramón Torres, el jugador que inspiró el personaje de Román en 'Campeones'.

Nota: 6

Lo mejor: La fotografía y los diálogos que conforman una estampa realista de una situación descabellada.

Lo peor: Su intención de justificar una historia de cuestionable moralidad.