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CRÍTICA

'Green Book': Un emocionante relato para el disfrute del gran público

El director Peter Farelly lleva a la gran pantalla el relato del reconocido pianista Don Shirley en una emocionante y altamente destacable película.

Por Alberto Cano Rodríguez 1 de Febrero 2019 | 10:01

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Sorprende que, tras dirigir comedias como 'Dos tontos muy tontos', 'Vaya par de idiotas' o 'Algo pasa con Mary', Peter Farrelly se atreva a adentrarse en los terrenos de un relato de corte más dramático con 'Green Book', historia donde, con la participación de los aclamados intérpretes Viggo Mortensen y Mahershala Ali, el cineasta nos traslada a la vida del reconocido pianista Don Shirley bajo un enfoque y un tratamiento de lo más eficaz, emocionante y disfrutable, que termina por traducirse en una cinta altamente destacable que hará las delicias del gran público.

Aunque centrada en Don Shirley, 'Green Book' apuesta por contar el relato desde el punto de vista de Tony Lip, chófer italoamericano que es contratado por Shirley para acompañarle y protegerle durante una gira que el pianista ofreció en los años 60 por el sur de Estados Unidos. Esto conlleva que la película muestre su principal foco de atención en la relación de amistad surgida entre Shirley y Lip en este viaje real que ambos vivieron, siendo un relato que da juego a tratar gran cantidad de cuestiones raciales, sociales y de aceptación que terminan por convertirse en el auténtico y necesario motor que conduce el filme.

'Green Book'

Además, todos estos temas se presentan en 'Green Book' bajo un enfoque muy cercano y de gran calado por el público, apostando por una efectiva mezcla entre el drama y la comedia que, además de derivar en secuencias de lo más hilarantes, divertidas y emocionantes, da lugar a variadas y destacables situaciones que terminan por componer un guion muy bien hilado en el que Farelly, junto a Brian Hayes Currie y Nick Vallelonga, saben ponerse en el punto de vista del espectador y sabe conectar de lleno con él. A nivel general, este tipo de elementos hace que estemos ante una película que puede recordar a propuestas como la de 'Intocable', lo que vuelve a ser sinónimo de estar ante un producto cinematográfico con el que el gran público conectará de lleno.

Sí que es cierto que puede parecer una fórmula muy trillada, pero 'Green Book' también consigue sobresalir en otros aspectos, como en el terreno interpretativo. Tanto Viggo Mortensen como Mahershala Ali están sublimes en sus respectivos roles como Tony Lip y Don Shirley, sabiendo comprender la naturaleza de sus personajes y consiguiendo transmitirla con gran efectividad y cercanía hacia el público. Además, ambos interpretes presentan una gran química en pantalla, congeniando de forma mutua a lo largo de todo el filme consiguiendo generar una gran simpatía entre ambos que acaba por convertirse en uno de los principales alicientes que ofrece 'Green Book'.

'Green Book'

Por otro lado, pese a sus elevados 130 minutos de duración, 'Green Book' logra mantenerse firme en su ritmo de narración, constituyendo una cinta bastante amena de ver que en ningún momento termina por hacerse pesada o larga. Este hecho se produce gracias a una estructura bastante variada, siendo una road movie donde hay lugar para gran cantidad de situaciones, localizaciones, temáticas y personajes que terminan por aportar bastante dinamismo, interés y emoción a un relato ya de por sí cautivador.

Demasiado centrada en el gran público

Aun logrando ser un film muy notable, el hecho de estar ante una película realizada de cara a conquistar al gran público trae bastantes inconvenientes. Principalmente, el querer ofrecer una historia con temas sociales que se adapte al gusto y forma de pensar del mayor número posible de espectadores conlleva a que no se indague todo lo que se debería en su temática o se ofrezca un punto de vista no del todo acertado. Esto se puede observar de primera mano ante aspectos como que, pese a estar ante una película centrada en Don Shirley, toda ella se nos cuente desde la perspectiva de Tony Vallelonga, conllevando a un punto de vista demasiado blando, superficial y sentimentalista sobre una cuestión racial que requería mucha más conciencia y seriedad.

Respecto a este mismo aspecto, también llama la atención el tratamiento tan insustancial, trivial y despreocupado que se hace sobre la cuestión de la orientación sexual de Don Shirley. En una de sus escenas, 'Green Book' deja entrever como Shirley era homosexual y muestra ligeramente la actitud tan reacia que la sociedad de los años 60 mostraba hacia estas personas, sin embargo, dicha mención acaba por resultar intrascendente en el desarrollo del film, no volviéndose a mencionar el tema nunca más a lo largo de todo el metraje y dando a entender como en Hollywood parecen seguir reacios a representar de forma abierta a diversos colectivos y minorías. Y sí, puede que no sea una película centrada específicamente en la orientación sexual del personaje, pero, en una historia enfocada en los problemas que Shirley tuvo que enfrentarse en esa sociedad tan cerrada de mente de los años 60, este tema merecía mucha más importancia y mejor tratamiento. Si se despreciaba a una persona por ser de raza negra, mucha más presión conllevaba el hecho de ser negro y además homosexual, y 'Green Book' parece dar por hecho que esto no era lo suficientemente importante para contar la historia de Shirley.

'Green Book'

Tampoco habría que desmerecer todo el filme por estos aspectos, pues, pese a ser una película especialmente enfocada a ese público que aún pronuncia frases como "no soy racista, pero...", 'Green Book' resulta en su conjunto un relato muy simpático, disfrutable y cautivador que logra emocionar gracias a una efectiva fórmula que, mediante una perfecta basculación entre el drama y el comedia, pone sobre la mesa varios temas sociales de gran interés que nunca viene mal recordar en estos tiempos actuales.

Nota: 7

Lo mejor: Un relato cargado de emoción y humor en el que se da hueco a temas de gran calado social.

Lo peor: El centrarse únicamente en ser una película para el gran público y descuidar cuestiones con la intención de no mojarse demasiado.

Curiosidades de Viggo Mortensen

El otro Aragorn

El otro Aragorn

Hoy en día, es imposible pensar en un Aragorn que no sea el que lleve el rostro de nuestro querido Viggo Mortensen. Sin embargo, él no fue el primer elegido para el papel. El por aquel entonces muy joven Stuart Townsend había fichado por la película, y comenzó a rodarla. Sin embargo, Peter Jackson lo fulminó de inmediato por supuestas diferencias creativas, y eligió al sucesor que todos conocemos.

Sangre variada

Sangre variada

Todos sabemos que Viggo Mortensen vivió un tiempo en Argentina cuando era pequeño, y es que su familia estaba también compuesta por trotamundos como él. Su padre es danés, y su madre americana, aunque tiene sangre inglesa y escocesa. En cuanto a su abuelo, provenía de Canadá, mientras que su abuela nació en Nueva York.

Accidentado rodaje

Accidentado rodaje

Viggo Mortensen se tomaba muy en serio su rol en 'El señor de los anillos' y, claro, las lesiones no paraban de llegar. Cuando peor lo pasó fue en el rodaje de la segunda película de la trilogía, ya que se llegó a partir un diente durante una escena de lucha, y se rompió dos dedos del pie al patear el casco de un orco. Aun así, su dedicación por el personaje no dejó que sus lesiones lo frenaran.

Viggo "El poeta"

Viggo "El poeta"

Viggo Mortensen no solo es un actor capaz de sumergirse en cualquier rol, sino que también escribe poesía en su tiempo libre, e incluso llegó a publicar un libro antes de que fuera mundialmente conocido. Durante todos estos años, ha conseguido publicar muchos más con su poesía, e incluso ha fundado su propia editorial: Perceval Press.

Otros trabajos

Otros trabajos

Como casi todos los actores, Viggo Mortensen se vio obligado a coger otros trabajos antes de mudarse a Estados Unidos y perseguir el sueño de la interpretación. Además de haber sido traductor para la selección sueca de Hockey, Mortensen trabajó como conductor de camiones y como vendedor de flores en distintas ciudades danesas.

Experto jinete

Experto jinete

Viggo Mortensen es un enamorado de los caballos, y eso se dejaba ver fácilmente en 'El señor de los anillos'. El actor pidió más tiempo en pantalla montado en su caballo y, durante los rodajes, pasaba todo el tiempo que podía con él, para afianzar su relación. Al igual que ha hecho en otros proyectos, cuando terminó de filmar la trilogía compró el caballo que había estado montando.

Mucho arte

Mucho arte

Por si no hubiéramos dejado ya claro que Viggo Mortensen es un artista polifacético, solo nos hace falta decir que, además de hacer todo lo mencionado, también pinta cuadros. Y es que el intérprete ha expuesto su obra por galerías de todo el mundo, y hemos podido ver su arte en el estudio de su personaje en 'Un crimen perfecto'.

Perfecta preparación

Perfecta preparación

Seguro que todos recordaréis su peculiar papel en 'Promesas del Este', y es que no es lo típico a lo que nos tiene acostumbrados Mortensen. El actor pasó varios días en Rusia preparando su nuevo rol, mientras leía libros sobre bandas, prisiones y mejoraba su acento siberiano, a la par que aprendía frases en ruso y ucraniano. Incluso llegó a ir a un pub del país ataviado con la ropa del rodaje y sin haberse lavado los tatuajes, sembrando el pánico en el local, al creer la gente que pertenecía a la mafia rusa.

Actor combativo

Actor combativo

Mortensen es de sangre caliente, y lo ha demostrado mil y una veces en sus interpretaciones. Sus compañeros de rodaje de 'El señor de los anillos' lo saben bien, pues a este actor le encanta hacer sus propias escenas peligrosas, e insistía en usar una espada de acero real y no cualquier imitación. Al final, cualquiera que se atreviera a luchar con él acababa el día con moretones.

Idiomas a raudales

Idiomas a raudales

Como trotamundos que es, Viggo Mortensen ha tenido la oportunidad de aprender varios idiomas durante su paso por todos los países que ha vivido. Naturalmente, ha aprovechado dicha oportunidad. Y es que el intérprete habla de forma fluida inglés, español, danés y francés, y se defiende hablando en catalán, sueco y noruego.