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CRÍTICA

'Los demonios de barro': Las cartas perdidas del abuelo

Crítica de 'Los demonios de barro', dirigida por Nuno Beato y escrita por Possidónio Cachapa y Cristina Pinheiro. Selección Oficial del Festival de Annecy, nominada al Goya al mejor film de animación.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 18 de Marzo 2023 | 09:15
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'Los demonios de barro': Las cartas perdidas del abuelo

Se ha hecho de rogar el estreno comercial de 'Los demonios de barro'. Previsto inicialmente para mediados de noviembre del año pasado; su lanzamiento se trasladó a febrero de este año, justo en las vísperas de los 37 Premios Goya, en los que optaba al galardón a la mejor película de animación. Finalmente, esa fecha volvió a caerse y ahora, casi de tapadillo, llega, por fin, a salas comerciales españolas. Una producción que, además, se ha convertido en la primera de animación stop-motion en ser producida principalmente por Portugal.

Los demonios de barro

'Los demonios de barro' narra el regreso a los orígenes de Rosa, una reconocida diseñadora y ejecutiva que decide dejar su lujosa vida en Lisboa para volver a sus raíces tras conocer que su abuelo ha muerto. La noticia supone un jarrón de agua fría para la protagonista, dado que el abuelo intentó ponerse en contacto varias veces con ella a través de cartas que le eran devueltas (dado que la dirección estaba mal). Ese sentimiento de culpa le hace parar, provocando que busque refugio en la antigua casa del pueblo.

Es fascinante cómo Nuno Beato, uno de los pocos que busca crear industria en el país luso, configura una película que termina resultando tremendamente rica en estilo. Comienza con un tipo de animación tradicional, aparentemente de bajo coste, de trazos rectangulares que evocan a antiguos anuncios publicitarios de finales de los 90. Justo en el inicio de su viaje, Beato pasa al stop-motion, en una transición fascinante, que atrapa con el detalle que pone en cada secuencia.

Los demonios de barro

Su paso al stop-motion eleva al largometraje, cuya trama narra una historia de reencuentros familiares y fantasmas del pasado. El guion, escrito por Possidónio Cachapa y Cristina Pinheiro, da un giro curioso, al hacer un retrato poliédrico del abuelo. Lejos de mostrarle veneración, muestra su lado más humano y también el más cruel. La cinta muestra una especie de conversación a través de diarios y epístolas en las que Rosa va descubriendo la historia familiar, logrando así conectar con su pasado y perdonarlo, mirando con otra perspectiva a sus familiares.

Un relato artesanal sobre el regreso a los orígenes y perdonar los errores familiares del pasado

Los demonios de barro

Junto con esa narración, la trama incluye una mirada ecologista y de defensa del medio y entorno rural. Aquí, Beato tiene mano, con una historia de redescubrimiento y pasión hacia la tierra, evocando ese vínculo que tiene Rosa al que tuvo Taeko en la magistral 'Recuerdos del ayer'. A pesar de su carácter dominantemente adulto, la cinta tiene cierto toque ligero que le permite ser disfrutada por un público infantil de cierta edad, que disfrutará de los momentos más oníricos, cercanos al realismo mágico, en el que Beato aprovecha para introducir esas criaturas a las que hace referencia el título de la cinta.

'Los demonios de barro' es, sin duda, un milagro cinematográfico, un pequeño gesto de un país cuyo cine, esencialmente de arte y ensayo, va sacando poco a poco la cabeza a nivel internacional. Su estilo stop-motion, así como el escenario de la trama (un pueblo en Trás-os-Montes, entre la frontera de España y Portugal) podrían evocar a 'O apostolo', pero 'Los demonios de barro' recuerda que este estilo de animación es universal y tiene la personalidad suficiente para erigirse en un ejemplo pionero. Sin duda, de las cinco nominadas de la pasada edición de los Goya, una de las candidatas más fascinantes, con permiso de la flamante ganadora 'Unicorn Wars'.

8

Lo mejor: El momento de transición entre animación tradicional y stop-motion. Su mensaje de reconciliación familiar.

Lo peor: Ciertas secuencias oníricas son demasiado abstractas.

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