La carrera de los hermanos Russo fuera de Marvel no está yendo como muchos esperaban. Después de marcharse de la Casa de las Ideas por la puerta grande tras dirigir 'Vengadores: Infinity War' y 'Vengadores: Endgame', Joe y Anthony Russo se convirtieron en dos de los creativos más solicitados de Hollywood. Todas las puertas se abrieron para ellos, y también las cajas fuertes de diferentes gigantes del entretenimiento, que los inundaron con cheques en blanco.
Fuera del Universo Cinematográfico Marvel, los dos han apostado por proyectos originales y nuevas adaptaciones, pero todavía no han dado con un éxito colosal a la altura del dinero que se ha invertido en ellos. Prime Video los untó en dólares para que crearan el universo 'Citadel', que se hundió nada más empezar. Y en Netflix no les ha ido mal con 'Tyler Rake', que ambos producen a través de su compañía, AGBO, pero su nueva película como directores para la plataforma de streaming de Ted Sarandos, 'Estado eléctrico', no ha empezado con buen pie, al menos en lo que respecta a la crítica.

Basada en el libro e ilustraciones de Simon Stålenhag ('Historias del bucle'), 'Estado eléctrico' es un espectáculo épico de aventuras y ciencia ficción que se ambienta en una versión alternativa y retrofuturista de la década de 1990. Millie Bobby Brown y Chris Pratt encabezan el reparto de una superproducción que habría costado 320 millones a Netflix, lo que la convierte no solo en la película más cara de la historia de la plataforma, sino también en una de las más caras de la historia en general. La película se estrena el 14 de marzo y la crítica especializada, que ya ha podido verla, la ha aniquilado por completo.
'Estado eléctrico' cuenta, en el momento de escribir esta noticia, con un terrible 23% de críticas positivas en Rotten Tomatoes. La mayoría de críticos coinciden en señalar una historia incoherente, una mala adaptación y un apartado visual y técnico que no está a la altura del desorbitado desembolso económico de Netflix para hacerla realidad. Otros calificativos usados para describirla son "aburrida", "hueca" o "desagradable a la vista".
Courtney Howard escribe para Variety: "Los cineastas han diluido el material de origen, demostrando un claro desinterés en hacer que su creación sea tan evocadora, mordaz y satisfactoria como el original". David Rooney, de The Hollywood Reporter, afirma que 'Estado eléctrico' "parece, más que una película real, la imitación de una película". En este sentido, Kristy Puchko, de Mashable, opina que es "como 'Ready Player One', pero peor". Y David Ehrlich se ensaña especialmente en su crítica para Indiewire: "El nuevo intento de blockbuster sin vida de los Russo es un argumento convincente para dejar que el cine muera".
Ian Sandwell, de Digital Spy, dice que la película "no tiene chispa" y sigue el modelo habitual del streaming, "haciendo lo suficiente para que la veas, pero sin ser lo suficientemente buena como para ser memorable". Mucho más benevolente es John Nugent, que en su reseña para Empire escribe: "Los Russo aprovechan su enorme presupuesto con un montón de impresionantes efectos visuales, recreaciones fieles de los paisajes de Stålenhag y una buena dirección artística análoga". Finalmente, Dais Johnston, aporta una nota optimista desde Inverse: "Puede que no sea genial, pero al menos es diferente".
Siguiente parada: el UCM
Como decíamos, 'Estado eléctrico' se estrena en Netflix el 14 de marzo. Es muy posible que, pese a las malas críticas, la película sea un éxito para la plataforma, que se ha volcado al máximo en su promoción y cuenta con el reclamo de Brown y Pratt, además de tener todos los ingredientes para la gloria (efímera) del streaming.
Está por ver si los estudios y plataformas seguirán confiando su dinero ciegamente en los Russo, pero de momento, seguirá siendo así, porque su siguiente trabajo volverá a ser una superproducción de escala inimaginable: la dupla 'Avengers: Doomsday' y 'Avengers: Secret Wars'. Los Russo vuelven a Marvel para cerrar la Saga del Multiverso, al igual que hicieron con la del Infinito, un reto sin duda muy complicado, sobre todo teniendo en cuenta la acogida tan inconsistente de sus últimos títulos. Crucemos los dedos para que eso sí salga bien.