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CRÍTICA

'Élite': La tercera temporada repite fórmula, pero engancha igual

Los dos primeros episodios de la nueva temporada del éxito de Netflix sirven simplemente para poner en marcha las tramas individuales y desvelar un nuevo misterio. Uno que estará otra vez manchado de sangre.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 13 de Marzo 2020 | 08:42
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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En Las Encinas están para pocas fiestas, menos aún para pensar en la universidad. El asesinato de Marina ya tiene presunto culpable (presunto para ellos, nosotros sabemos perfectamente qué pasó): Polo. Y aunque la segunda temporada terminó con su detención, por supuesto que no todo iba a ser tan fácil. Es 'Élite', al fin y al cabo. ¿Pero puede seguir siendo 'Élite' cuando todos tienen ya tanto drama a sus espaldas?

Élite

Por los dos primeros capítulos de la temporada queda claro que por supuesto que sí. De hecho, el gran misterio del que parte esta tercera tanda de episodios, que vuelve a apostar por mostrarnos qué ocurrió y tirar atrás en el tiempo, transcurre en una fiesta en la discoteca. 'Élite' sin las hormonas no sería nada, por mucho que cada vez vaya ganando más terreno el thriller en esta balanza. Todos saben, o creen saber, lo que hizo Polo y, al margen del misterio principal, todos tienen alguna mancha en su expediente. Cuando tu vida parece una bomba de relojería a punto de explotar, más que para un adolescente normal, no tienes la cabeza en cosas mundanas como las clases o el amor. Pero a lo segundo le haces un hueco.

Los dos primeros episodios son muy introductorios, destinados a recordarnos cómo terminó cada personaje y cada pareja, y empezar a perfilar las tramas nuevas, que nos llevarán hasta la graduación. De momento, salvo por ese detalle, nada indica que tengamos que despedirnos de todos ellos, como se ha dicho en las últimas noticias del futuro de la ficción de Netflix. Como vemos, todavía tienen dramas para rato. Empezando por el gran problema: Polo (Álvaro Rico) no va a pasar mucho tiempo lejos de Las Encinas. Y con su regreso se plantea una tensión casi letal. ¿Seguirá Carla (Ester Expósito) dispuesta a contarlo todo? ¿Aguantará Guzmán (Miguel Bernardeau) sin matarlo con sus propias manos? ¿Y Samu (Itzan Escamilla), buscará también venganza? El drama principal marca también el misterio que ocurre en esa fiesta, a partir de la cual retrocederemos en el tiempo para ir recogiendo las piezas del puzzle. Aquí no va a quedar nadie con las manos limpias. Si bien este esquema ya fue usado antes (desvelar la víctima desde el principio de la temporada), al resultar una decisión bastante lógica por el recorrido de la serie, podemos centrarnos en la verdadera incógnita, lo que no vemos venir: ¿quién ha sido? Será por opciones.

Élite

Pocas pistas se nos dan al principio, en un primer episodio muy centrado en el personaje de Ester Expósito y un segundo más coral. Veremos las primeras consecuencias de la investigación, y cómo los trapos sucios seguirán marcando el día a día de estas chicas y chicos. Porque el dinero sigue siendo el otro gran protagonista de 'Élite': el miedo a perderlo todo, las consecuencias cuando arriesgas (y no ganas), eso también lo veremos esta temporada. Los personajes de Danna Paola y Jorge López verán su vida completamente trastocada tras desvelarse el secreto en su casa, y dan pie a dos de las tramas más alejadas de la principal más interesantes de estos capítulos. La de Valerio estará muy marcada por las drogas, tema que había quedado un poco en el aire (y que le cruzará con el personaje de Eva Llorach, dándonos uno de los momentazos de la temporada); la de Lucrecia volverá a enfrentarla a Nadia, para nuestra alegría.

La trama del personaje de Mina El Hammani también se complica un poco, ahora que Guzmán está más preocupado por la venganza que por el amor. Aparece una nueva persona en su vida, Malick (Leïti Sène), musulmán, rico, una especie de punto intermedio entre la absoluta falta de fe de su hermano Omar y la rectitud de sus padres. De momento en dos capítulos no llegamos a ver demasiado de Malick ni de su papel en el entramado de la serie, pero está claro que dará vidilla a Nadia. También se incorpora en esta temporada Sergio Momo, al que ya vimos en 'El vecino' y que aquí se convierte en Yeray, un alumno de Las Encinas que desapareció hace mucho tiempo tras sufrir bullying por su físico y que regresa tremendamente cambiado, y con ganas de juntarse con Carla. Fans de Carmuel, sería demasiado aburrido que todo saliera bien a una de las parejas más inesperadas de la serie. Pero tranquilos, que el personaje de Itzan Escamilla no se va a rendir tan fácilmente. De nuevo, solo pinceladas de este triángulo.

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Hablando de shippeos, Omander seguirán sin tener tregua (porque esto es 'Élite', recordemos), y de hecho el personaje de Arón Piper va a sufrir un importante contratiempo que puede afectar también a su relación con Omar Ayuso. No es la primera vez, ni mucho menos, que se utiliza este recurso en un drama adolescente, pero es una manera como otra cualquiera de darle trama propia a Ander, quizás el más descolgado del grupo de alumnos de Las Encinas. Salvo por el hecho de que Polo se lo confesó. Sí veremos de nuevo a "los tres amigos" (Guzmán, Polo y Ander) compartir escenas, pero son esas las que demuestran precisamente lo mucho que han cambiado las cosas. Si Omar tiene trama propia más allá de Ander, todavía está por ver.

La serie de Darío Madrona y Carlos Montero tiene, igualmente, algunos cruces de personajes algo inesperados en esta tercera temporada. Samu, que dejará su drama familiar bastante alejado, se verá compartiendo su vida con alguien que seguramente no estaba en sus apuestas. Rebeca (Claudia Salas), se convertirá en un gran apoyo para varios personajes, pero lo interesante es lo que pasa en su casa, y que todavía tiene que explotar del todo. Quien todavía no ha desvelado qué será de ella esta temporada es Cayetana (Georgina Amorós), más allá de seguir detrás de Polo y haberse convertido en la apestada al desvelarse su mentira.

Élite

¿Volverás a caer?

La tercera temporada apunta a bastante continuista y con poca innovación, y sin duda empieza poco a poco, pero con los cliffhangers lo suficientemente bien planteados como para dejarnos con ganas de más. Al final, aunque quizás empiece más lenta de lo normal, el misterio central está bien planteado como para tener múltiples sospechosos (como pasaba con la muerte de Marina), las parejas no están ni mucho menos a salvo ni con el final feliz asegurado. Y aunque todos tengan la cabeza en otra parte, no serán capaces de ignorar unos impulsos que les siguen pidiendo sexo, drogas y rock & roll. Por muy oscura que parezca la temporada, que lo parece, el deseo siempre se abre camino en Las Encinas. Y visto lo visto, quedan los verdaderos baches todavía en el horizonte. Difícil de predecir si Yeray y Malick han venido para quedarse o si son simples personajes nuevos que vienen a remover y poco más, difícil saber si la gran incógnita conseguirá mantenernos al borde del sofá o si la veremos venir antes que otras veces, y difícil saber si una tercera temporada que apunta a bastante similar pueda seguir enganchándonos. De momento, la necesidad de dejar que salte el siguiente capítulo está ahí, y es el mejor piropo que se le puede dar.

Nota: 7

Lo mejor: Algunas de las tramas individuales (como la de Lu o la de Valerio) pintan muy interesantes. Los cliffhangers siguen funcionando.

Lo peor: Muchos de los trucos suenan repetidos.

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