å

CRÍTICA

'La gran mentira': Duelo interpretativo entre Helen Mirren e Ian McKellen en un conjunto predecible

Lo nuevo de Bill Condon destaca por un duelo actoral magnífico, pero decepciona al pretender sorprender con un final que era más que predecible.

Por Jorge Caracuel Suero 5 de Diciembre 2019 | 10:15

Comparte:

Ver comentarios (1)

Ver a Helen Mirren y a Ian McKellen juntos en pantalla por primera vez es un gran aliciente y, solo por ello, la existencia de 'La gran mentira' merece la pena. La cinta, dirigida por Bill Condon ('Mr. Holmes', 'La Bella y la Bestia'), cuenta la historia de Roy Courtnay (Mckellen), un estafador profesional con muchísima suerte que ha conocido a través de una web de citas a la adinerada viuda Betty McLeish (Mirren). Sin embargo, Roy se sorprende al descubrir que se preocupa por ella, lo que convierte esta estafa en la elección más peligrosa de toda su carrera. La cinta se basa en la novela homónima de Nicholas Searle, publicada en 2015.

Helen Mirren e Ian McKellen en 'La gran mentira'

La cinta desprende intriga y misterio desde sus ingeniosos e incluso divertidos créditos iniciales, que vienen a demostrar lo que los seres humanos mentimos a la hora de añadir información propia en portales de internet. Desde su comienzo, 'La gran mentira' se centra en explorar al personaje de Roy y lo pone en una tesitura en la que el espectador, aunque no esté nada de acuerdo con su forma de actuar, se siente atraído en cierta parte por su astucia moral. Con la forma que tiene de estafar a los inversores o la manera en la que finge tener mal una pierna para poder quedarse en casa de Betty, uno no sabe si odiarle o aplaudirle. Al final, la película consigue que nos quedemos atrapados en la telaraña de Roy. Si bien es cierto que se puede echar en falta esa misma profundidad en Betty, al final de la cinta se entiende el porqué no se ha incidido tanto en ella.

Disfrutar de Mirren y McKellen durante 108 minutos en un duelo actoral de primer nivel es, con diferencia, lo mejor de 'La gran mentira'. Los cambios de registro que tienen ambos intérpretes son brutales, y Mirren construye muy bien su personaje al mostrarse adorable a la vez que transmite cierta oscuridad, lo que provoca cierta desconfianza en el espectador y que no se acabe de fiar del todo de ella.

Ian McKellen en 'La gran mentira'

Pese a que su comienzo es esperanzador, 'La gran mentira' no sabe mantener todo su interés durante sus 108 minutos y es que parece diluirse a mitad de su metraje, dejando de lado el entretenimiento de la primera parte para para ofrecer una película insatisfactoria que termina recordando a los thrillers que se emiten los fines de semana por la tarde, aunque con mayor factura técnica.

Después de estar dando vueltas sobre su mismo eje y de querer complicar su trama, 'La gran mentira' tiene un final bastante poco satisfactorio, y es que da la sensación de que busca dar un golpe sobre la mesa y de que el espectador se lleve las manos a la cabeza cuando es algo que se deduce desde el principio del metraje. Además, para justificar este final y querer vestirlo de elaborado, recurre a flashbacks que producen el efecto contrario del deseado: en lugar de emocionar, provoca cierto ridículo, ya que su intensidad repentina está totalmente fuera de contexto.

Helen Mirren en 'La gran mentira'

Elementos muy positivos con otros que no lo son en absoluto

'La gran mentira' está lejos de ser un buen filme, aunque sería muy injusto catalogarlo como un mal trabajo, ya que tiene elementos muy positivos. El problema de la película es que no consigue mantener una unidad en ningún momento y lo que empieza como un thriller diferente y original, termina convirtiéndose en una obra que no aporta y de la que se espera un efecto sorpresa que nunca llega, con un final que se burla en cierta forma de la inteligencia del espectador.

Condon filma un trabajo que no cuenta con un elemento diferenciador lo suficientemente potente como para que el público se acuerde de ella una vez ha salido de la sala. 'La gran mentira' es de esas películas que, con las estrellas protagonistas que tiene, hubiese funcionado muy bien en los 80, pero que en la actualidad, donde un producto tiene que poseer un elemento diferenciador para calar entre la audiencia, no tiene cabida.

Nota: 5

Lo mejor: Asistir al brutal duelo interpretativo entre Helen Mirren e Ian McKellen.

Lo peor: Que con su comienzo dé falsas esperanzas y haga creer que estamos ante un producto mucho más interesante.