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CRÍTICA

'Greyhound': Hundiendo la flota

Crítica de 'Greyhound', el film bélico protagonizado por Tom Hanks. Estreno en Apple TV+ el 10 de julio.

Por Javier Parra González 10 de Julio 2020 | 11:15

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A mediados de los años cincuenta del siglo XX, el novelista C.S. Forester ya era un autor de renombre al haberse consagrado como escritor bélico. Siendo su gran éxito el de la saga literaria de Horatio Hornblower, enmarcada dentro de las guerras napoleónicas, en 1955 publicaría 'The Good Shepherd', el cual presentaba un thriller en alta mar protagonizado por el Comandante Krause, el capitán de un barco de la marina estadounidense que deberá hacer frente a la implacable amenaza de los submarinos alemanes.

Greyhound

Dirigida por Aaron Schneider, ganador del Oscar al Mejor Cortometraje por 'Two Soldiers' en 2003, 'Greyhound' es la adaptación de aquella obra, la cual tenía varias papeletas para ser uno de los estrenos de la temporada y que, por motivos evidentes de pandemia, ha visto como su estreno queda relegado a las plataformas digitales. Sony Pictures, la compañía que iba a encargarse de su distribución, decidió finalmente que sería Apple TV+ el servicio de streaming que acogería 'Greyhound', disminuyendo en un gran número la posibilidad de que la película pueda llegar a un público mayoritario.

Siendo un ejemplo idóneo de propuesta de género bélico, su producción llegó a ser tan ambiciosa que se usaron navíos de la armada del ejército de USA como parte del espacio donde se llevó a cabo el rodaje, el cual tuvo lugar en 2018 con Tom Hanks a la cabeza del casting, también el encargado de la adaptación del guion.

Greyhound

A camino entre el drama histórico y el thriller de acción, Schneider rueda con absoluta veracidad las secuencias que vienen a representar las batallas en alta mar, las cuales acaban siendo el mayor aliciente a la hora de enfrentarse a 'Greyhound', cuyo título viene a colación del nombre que lleva el destructor, término que se refiere en la terminología naval a aquellos buques de guerra que son absolutamente fáciles y rápidos de maniobrar.

Es aquí donde entra en juego otro de los aspectos a destacar del film, siendo toda esa recreación de batalla en el Atlántico lo que logre enganchar al público, quedando totalmente fuera de su target todo aquel que no sea afín al género bélico. Sin embargo, y pese a que la película logre acertar en cuanto a su formulación de la tensión y a la ejecución del conflicto armado (de forma literal, véase a través de torpedos y metralla), resulta bastante interesante el ver cómo viene a hermanarse con sendos títulos que, cada uno a su manera, pasaron a la historia.

Greyhound

La precisión de la batalla

El primero de ellos, y salvando las distancias, sería 'Master and Commander: Al otro lado del mundo', con la que Peter Weir se adentraba en las guerras napoleónicas para darnos una de las propuestas sobre batallas en el mar mejor consideradas, en la que Russell Crowe era Jack Aubrey, el capitán del navío inglés Surprise, el cual se embarcaría en una misión casi suicida contra la flota francesa que acaba de dejarle casi al borde del hundimiento.

Por otro lado, 'Greyhound' vendría a ser la otra cara de la moneda de 'El submarino', el film de culto de Wolfgang Petersen de 1981, con el que nos presentaba a un grupo de soldados alemanes en plena Segunda Guerra Mundial, sin importar que estemos ante el verdadero enemigo, y dejando claro que lo que importa es la opresión y la claustrofobia que vivirán ante la incertidumbre a su futuro. Esos podrían ser los soldados que permanecen fuera de campo en la propuesta de Schneider, un enemigo que únicamente aparece en escena bajo la forma de submarinos nazis, lanzando torpedos e intentando hundir el navío comandado por Tom Hanks, el cual acaba dando al producto un empaque final que, aunque intente ser un film bélico de los que quedan para la posteridad, acabe resultando una producción modesta con escenas de acción solventes que podrían ser perfectamente una adaptación de 'Hundir la flota', más que un título sobre el conflicto armado donde la construcción y los dramas de personajes quedan en un segundo plano.

Nota: 6

Lo mejor: La secuencia final, una perfecta simbiosis de acción e intriga que sirve como buen colofón a la historia.

Lo peor: Desprende cierto tufillo patriota yankee del que puede hacer poner los ojos e blanco en varias ocasiones.

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