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CRÍTICA

'La peste: La mano de la garduña': Una segunda temporada más épica, imponente y accesible

La serie creada por Alberto Rodríguez y Rafael Cobos para Movistar+ regresa con nuevas intrigas, un sublime apartado técnico y un tono mucho más épico.

Por Alberto Cano Rodríguez 15 de Noviembre 2019 | 12:10

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'La peste' fue una de las primeras grandes apuestas de Movistar por la producción original en su plataforma. Creada por Alberto Rodríguez (La isla mínima') y Rafael Cobos, la serie nos trasladaba a una Sevilla en medio de una epidemia de peste a finales del siglo XVI, lo que dio juego a un interesante thriller de época con interesantes intrigas y personajes, un soberbio apartado artístico, grandes logros técnicos y aspiraciones de grandeza que se dejaban entrever en su elevado presupuesto de 10 millones de euros.

Dos años después, esas aspiraciones de grandeza vuelven a estar presentes en una segunda temporada titulada como 'La mano de la Garduña', que, tal y como deja entrever el nombre, centra sus nuevas tramas en esta sociedad secreta que aparentemente operaba en España y sus colonias desde el siglo XV. Esto da juego a nuevas e interesantes intrigas que alejan del desarrollo argumental de la anterior temporada y que aportan, en cierta medida, un nuevo tono a la serie sin perder en ningún momento el mismo espíritu que definió a los anteriores episodios.

Pablo Molinero y Federico Aguado en 'La peste'

Dado que la primera temporada acabó con todas sus tramas cerradas, esta nueva tanda de episodios funciona casi de forma independiente a aquella, lo que supone un gran punto a favor para todos los que quieran acercarse a la serie sin haber visto los episodios previos. De hecho, las nuevas tramas muestran puntos muy diferenciadores con una aparente intención de captar a aquel espectador que no se sintió del todo conforme con la primera temporada.

Ya no hay peste en la Sevilla del XVI, por lo que se apuesta por un ambiente mucho más noble, limpio y cortés, por escenas algo más luminosas o por un mayor despliegue la grandilocuencia técnica y artística, y todo ello conservando el mismo espíritu de la anterior temporada. No obstante, para todos aquellos que eran partidarios en su totalidad de la propuesta de los seis anteriores episodios, la perdida de parte del ambiente lúgubre y sucio puede suponer un punto muy en contra, pues, al fin y al cabo, fue una de las señas de identidad que más hicieron sobresalir a 'La peste' en sus comienzos.

Patricia López Arnaiz en 'La peste'

Pero, por otro lado, estos cambios que se introducen dan juego a nuevos alicientes que se traducen en un toque mucho más épico en diversas de sus secuencias. Aquí, nos encontramos con imponentes escenas como batallas bajo el agua, explosiones o una apabullante visita al Nuevo Mundo y a sus increíbles parajes nevados y cielos boreales, apreciándose una calidad técnica que incluso supera a lo que la serie ya mostró durante su primera tanda de episodios. Respecto a esa visita al Nuevo Mundo, impresiona el gran realismo que se alcanza al plasmar en pantalla esas grandes nevadas, esos gélidos paisajes y la dureza con la que los personajes intentan sobrevivir al frío, siendo un aspecto que no tiene absolutamente nada que envidiar a grandes producciones como 'Juego de Tronos'.

Además, en secuencias como esta última mencionada, la buena mano de Alberto Rodríguez en la dirección vuelve a estar muy presente. Aunque el director de 'La isla mínima' se haya mantenido algo más al margen en esta segunda temporada limitándose a dirigir los dos primeros episodios, estos dos capítulos resultan los más admirables de los cuatro que Movistar ha enviado a la prensa. De hecho, Rodríguez mantiene un mayor nexo de conexión con el estilo de los capítulos previos, apostando mucho más de lleno por el thriller y por explorar los entresijos más oscuros mediante su cámara. David Ulloa, director de otras series como 'Seis hermanas' o 'Gran reserva. El origen', es el encargado de dirigir los cuatro episodios restantes de los seis que componen esta segunda temporada, realizando también un excelente trabajo tras las cámaras pese a que la labor de Rodríguez acabe por resaltar por encima.

Nuevos y viejos personajes

Salvo evidentes ausencias como la del personaje de Paco León, el resto del reparto principal vuelve a retomar sus roles en estos nuevos capítulos. Tanto Pablo Molinero, como Patricia López Arnaiz y como Sergio Castellanos vuelven a dar lo mejor de sí mismos en sus respectivos papeles como Mateo, Teresa y Valerio, que continúan explorando la buena cantidad de matices que dispone cada uno. Sin embargo, 'La peste' apuesta por llevar su historia a un ambiente más noble en esta nueva temporada, lo que hace que algunos roles se muevan en nuevos registros y terminen por aportar un plus a las tramas que vimos en la anterior temporada. No obstante, si que es cierto que, con algunos personajes como el de Valerio, al sacarle de ese ambiente sucio y oscuro en el que se movía como un ladronzuelo en la temporada previa, termina por perder gran parte de su esencia y por quedar bastante desdibujado.

'La peste: La mano de la Garduña''

Por otro lado, la temporada también nos presenta nuevos roles, entre los que se encuentran Pontecorvo, el asistente de la ciudad de Sevilla interpretado por Federico Aguado; Conrado, el brazo armado de la Garduña a quien da vida el actor Luis Callejo; o Baeza, el personaje de Jesús Carroza. De hecho, Baeza y Pontecorvo son dos de las grandes virtudes de 'La mano de la Garduña', sirviendo muy bien a la narrativa de la serie y que viniendo repletos de matices que dan mucho juego dentro de las tramas.

En general, se aprecia que con todos los cambios introducidos en los nuevos episodios han pretendido hacer la serie más accesible para el gran público, algo totalmente entendible dada la magnitud de su presupuesto. Pese a que esto pueda traer algún que otro inconveniente, también consigue aportarle grandes virtudes, como, por ejemplo, un mayor nivel de épica o una apreciable intención de renovar y buscar nuevas ideas. Esto deriva a que el resultado final vuelva a ser igual de imponente al de la primera temporada, destacando por su impecable nivel técnico, el buen nivel de intriga de sus tramas o su apabullante ambientación de la Sevilla del siglo XVI, siendo aspectos que aquí, en 'La mano de la Garduña', vuelven a sobresalir e incluso ir mucho más allá en determinados aspectos.

Nota: 7

Lo mejor: Sus nuevas e interesantes tramas en torno a la Garduña, su mayor grado de épica y su imponente apartado técnico y artístico.

Lo peor: Se pierde cierta parte del tono sucio y oscuro de la anterior temporada. Algunos personajes quedan algo desdibujados en las nuevas tramas.

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