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CRÍTICA

'Mia y el león blanco': Una amistad por encima de todo

Crítica de 'Mia y el león blanco', cinta de aventuras familiar sobre la amistad y el valor de la naturaleza, con fuerte compromiso ecológico.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 12 de Abril 2019 | 11:38
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Han sido incontables las veces que se ha narrado en cines la increíble amistad entre un niño y un animal. 'Colmillo blanco', 'Liberad a Willy' o 'Volando libre' son ejemplos de ello. Efectivamente, nunca faltan este tipo de relatos para inculcar compromiso ecologista en las nuevas generaciones que van al cine. Por ello, 'Mia y el león blanco' es una estupenda propuesta para ver esa relación entre el ser humano y la naturaleza, como también para conocer una realidad con la que se crea conciencia social.

Mia y el león blanco

Mia es una niña de 11 años que tiene que dejar su Londres natal para trasladarse a Sudáfrica, ya que sus padres quieren administrar una granja donde se crían leones para su conservación. Reacia inicialmente a dejar su escuela y a sus amigos, Mia se hará amiga de un cachorro de león blanco llamado Charlie. Van pasando los años y Mia y Charlie se convierten en inseparables, mostrando una relación ideal entre un ser humano y un animal. Pero cuando Mia descubre la doble realidad de la granja, teme por la vida del felino. Por ello, para evitar que Charlie acabe convertido en el trofeo de un cazador sin escrúpulos, huye con su amigo para llegar hasta la reserva salvaje en Timbavati, donde el león blanco estará protegido.

Una fascinante aventura divulgativa y ecologista

'Mia y el león blanco' es una producción muy cuidada por su director, Gilles de Maistre, que ha creado una auténtica "Boyhood ecologista". La película empezó a rodarse en mayo de 2015 y finalizó en diciembre de 2017, con lo cual, la cinta ha seguido el proceso de crecimiento de la actriz Daniah De Villiers, cuya relación de amistad con el león blanco es real, ya que estuvo en ese tiempo conviviendo con el animal, que se llama Thor. De ahí, que la película transmita una excepcional naturalidad, cercana al documental. En ese sentido, recuerda al cine de Jean-Jacques Annaud, en clave familiar, por supuesto.

Mia y el león blanco

La película tiene muy claro su mensaje ecologista y a favor de la protección de los animales. Gana enteros debido a que está enfocada en la divulgación para los más pequeños de la casa. También acierta al no introducir moralinas que hubiera subrayado demasiado su mensaje. Es más, como nota aparte, la producción predicó con el ejemplo, con la participación de animales reales en todo el proceso de rodaje, cuidados bajo la protección del naturalista y etólogo sudafricano Kevin Richardson. De hecho, una vez acabada la producción, los leones blancos fueron reintroducidos en una reserva salvaje.

Maravillosa propuesta familiar

Lo que le otorga a 'Mia y el león blanco' un trasfondo adulto, que la convierte en una propuesta diferente y muy notable, es esa crítica a las granjas donde se crían leones para su conservación. El motivo es que ciertas granjas también crían a estos animales para convertirlos en trofeos de caza. Esa doble moral queda evidenciada en la película, que denuncia esa situación.

Mia y el león blanco

De ahí, que 'Mia y el león blanco' sea una propuesta familiar que funcione, mucho más compleja de lo que aparenta inicialmente, con un mensaje ecologista muy claro y a favor de los derechos y la protección de los animales. Una aventura fascinante para los más pequeños, con la que aprenderán valores, entre ellos el de la amistad entre personas y animales, lo que hace a este filme una propuesta ideal para educar en cine.

Nota: 7

Lo mejor: La relación entre Mia y el león blanco Charlie.

Lo peor: Le falta la ambición artística del cine de Jean-Jacques Annaud.