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CRÍTICA

'Miss Americana': La epopeya feminista de Taylor Swift

Taylor Swift se pone política en 'Miss Americana', un sorprendente documental que analiza su paso de buena chica del pop a mujer capaz de levantarse y luchar por sí misma.

Por Adrián Jiménez Román 31 de Enero 2020 | 13:47

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¡Cuidado SPOILERS

*En esta crítica se hablan de momentos concretos del documental 'Miss Americana'

"La otra cara del corazón de América". En una entrevista con Variety, Lana Wilson definía así 'Miss Americana', el documental de Netflix sobre Taylor Swift que se estrenó en el festival de Sundance de 2020. La definición no podría ser más acertada. Si Swift se dio de lleno con el fracaso audiovisual en 'Cats', podemos asegurar que se ha recuperado rápidamente gracias a este documental sobre su carrera.

Repaso rápido al equipo. Taylor Swift: cantante y compositora con siete discos en su haber, coleccionista de premios y corazón de América reconvertida en celebridad pop feminista y proLGTB+ con un par de escándalos a sus espaldas (Kanye West, Kim Kardashian, su amiga-enemiga-amiga Katy Perry, el productor Scooter Braun..., ya sabéis). Detrás de las cámaras, Lana Wilson, directora de documentales como 'After Tiller', sobre clínicas de aborto tardío en EEUU, o 'The Departure', en la que rastreaba el suicidio en la cultura japonesa.

'Swift durante el tour de 'Reputation''

Una mujer cuenta la historia de otra mujer

¿A quién se le ocurrió unir a estas dos mujeres? A priori, el currículum de Wilson no parece conectar demasiado con un documental de una superestrella del pop. Pero apenas en los primeros segundos se hace claro que su mirada es de lo más pertinente en esta historia. Porque 'Miss Americana' no es, en absoluto, un publirreportaje sobre Swift, ni tampoco un documental sobre música. Es, más bien, una declaración política, una deconstrucción feminista del último "corazón de América".

Wilson plantea un acercamiento poco intrusivo a su protagonista. El documental se apoya con fuerza en imágenes de archivo y grabaciones de móvil, lo cual otorga un fuerte halo de veracidad a lo que cuenta, pero también trae un problema. En determinados momentos, un fan acérrimo ya conoce de sobra las imágenes en pantalla, por lo que algunos fragmentos se convierten en pedazos ya vistos unidos por una voz en off.

Por suerte, el documental incluye también una enorme cantidad de imágenes y entrevistas exclusivas. A la hora de acercarse a ellas, Wilson también opta por ser invisible, y, en una decisión muy inteligente, prima las conversaciones de Swift con otras personas por encima de las entrevistas a cámara. Esto queda reforzado por un montaje elegante y sencillo que no destaca.

'Swift en los primeros años de su carrera musical'

"Una buena chica"

El documental arranca con Swift analizando su visión vital desde niña a través de diarios. "Mi objetivo principal en la vida era ser una buena chica". Y una buena chica no habla demasiado fuerte. No se queja. Y sobre todo no se mete en política.

Detrás del "corazón de América" había una mujer silenciada por su propia misoginia interiorizada. Una persona que creía que sus ideas no eran relevantes y nadie necesitaba escucharlas. Swift encarna los juicios y críticas a los que las mujeres se enfrentan día a día en sus reuniones de trabajo y también en sus conversaciones personales, pero al nivel que supone ser una estrella mediática. Es una mujer, ¿qué más da lo que piense? La misoginia interiorizada de la cantante tiene su punto de inflexión en el caso de acoso sexual al que tuvo que hacer frente en 2017. Tratado de forma seria y magnífica por Wilson, Swift explica que supuso un cambio radical en su manera de enfrentarse a la vida pública. Y eso nos lleva a la que, sin duda, es la mejor escena del documental.

'Swift momentos después de enviar la publicación de Instagram contra Marsha Blackburn'

El lado correcto de la Historia

El 8 de octubre de 2018, la cantante se posicionó políticamente por primera vez. A través de un post en Instagram, llamaba al voto contra Marsha Blackburn, republicana y defensora de políticas contra la mujer y la comunidad LGTB+. 'Miss Americana' nos lleva de lleno tras las escenas de ese post, en una tensísima discusión entre Swift y su equipo sobre si deberían publicar o no.

"Durante 12 años, no nos hemos involucrado en política ni en religión", defiende un hombre de su equipo. Casualmente, en contra de la publicación solo se encuentran hombres, incluido el padre de Swift. Junto a ella, y defendiendo sus ideas, su madre. Pero el crecimiento de la artista demuestra ser enorme. Si al comienzo de su carrera se limitaba a agachar la cabeza, en esta discusión no cede un milímetro de terreno. Llora cuando se la interrumpe una y otra vez. Pero no cede. "Papá, necesito que me perdones. Porque voy a hacerlo", asegura. La necesidad de "estar en el lado correcto de la Historia" la lleva, como mujer, a levantarse y gritar que lo que sucede no está bien.

En los primeros minutos del documental vemos a una jovencísima Taylor Swift entonando el himno nacional ante miles de personas. Hacia el final, su publicista le advierte de que el presidente va a ir a por ella, y Swift responde con un lacónico: "A la mierda, me da igual". Podíamos esperar que Swift fuera de izquierdas, pero quizá a lo estadounidense. De izquierdas pero no mucho. Aquí nos demuestra que no, que su compromiso con los derechos humanos es vital y lo mantendrá cueste lo que cueste.

Solo puedo imaginar el trabajo de deconstrucción al que se ha tenido que enfrentar Swift. Una chica que comenzó en el country y vivió durante gran parte de su vida en Tennessee, llega al punto de declarar ante el mundo que el presidente Trump es fascista. 'Miss Americana' pone de manifiesto la titánica labor de aprendizaje que ha efectuado Swift, pero esta es tan grande, que da la impresión de que apenas podemos rascar la superficie.

'Un momento de composición en 'Miss Americana''

La música en el centro

'Miss Americana' toca muchos otros temas. Por primera vez, Swift habla de cómo sufrió anorexia y solía observar cada foto publicada para analizar si había ganado peso. "Ayer me descubrí haciéndolo", confiesa. También se trata directamente el cáncer de su madre y cómo la afectó a nivel personal. Por supuesto, hay apariciones varias de sus tres gatos. El incidente con Kanye West en los VMA de 2009 es uno de los fragmentos más potentes, en el que resulta abrumador escuchar a miles de personas coreando en un concierto de rapero "Fuck Taylor Swift!" una y otra vez.

Por otro lado, Swift teoriza mucho sobre música y la vemos componer durante gran parte del documental, quizá debido a sus inseguridades sobre su propio arte y su necesidad de ser tomada en serio. Esto lleva a que la música ocupe una fracción muy importante del documental y podría cerrar la puerta a los menos aficionados a sus canciones. Es una pena, porque el corazón de 'Miss Americana' y lo que lo distingue de otros documentales sobre músicos no está en las canciones, sino en la voz de Swift como mujer.

'Swift se prepara para un actuación'

'Miss Americana' es el statement político que necesitaba el mundo post #MeToo. La directora Lana Wilson apuesta por una historia feminista que deconstruye al "corazón de América" y nos cuenta cómo la buena chica se transforma en una mujer que cree en sí misma, capaz de hacer valer sus ideas y levantarse contra las injusticias. Su frase final, extraída del tema 'The Archer' no podría resumir mejor lo que este documental supone: "Estoy lista para el combate".

'Miss Americana' está disponible en Netflix.

Nota: 8

Lo mejor: Su compromiso político y su gran credibilidad.

Lo peor: La música ocupa una parte muy relevante del documental y puede echar para atrás a parte del público.

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