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CRÍTICA

'Nunca volverá a nevar': La sugestión de lo incofesable

Crítica de 'Nunca volverá a nevar', dirigida y escrita por Malgorzata Szumowska y Michal Englert. Protagonizada por Alec Utgoff. Presentada en los festivales de Venecia, Sevilla y en el D'A 2021.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 28 de Mayo 2021 | 10:58
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Una directora que logra crear expectación en cada una de sus nuevas películas es Malgorzata Szumowska. Con una filmografía ecléctica y muy difícilmente calificable, la cineasta polaca se mueve entre la excelencia y el atrevimiento más impetuoso, ejemplo de ello son títulos muy aplaudidos como 'Cuerpo' o 'Mug' frente a otros más denostados como 'Ellas' o 'Amarás al prójimo'. Siempre atrevida, la realizadora da un nuevo paso con 'Nunca volverá a nevar', mostrada en las selecciones oficiales de los festivales de Venecia y Sevilla, además de haber estado en el D'A Film Festival 2021 y haber representado a Polonia en los Oscar, en la categoría de mejor película internacional.

Nunca volverá a nevar

Tras haber relato el infierno de las sectas en 'The Other Lamb', Szumowska vuelve a su Polonia natal para crear una hipnótica fábula contemporánea, siendo uno de sus largometrajes más extraños y atrayentes de su filmografía. Firmado junto con su habitual director de fotografía, Michal Englert, 'Nunca volverá a nevar' es una especie de incómoda reflexión existencial sobre la sociedad polaca y una manera de explicar el vacío consumista al que se ha abrazado tras el derrumbe del muro de Berlín.

En esencia, eso es 'Nunca volverá a nevar', canalizando la nostalgia reprimida de la sociedad polaca a través de la misteriosa figura de Zhenia, el masajista que interpreta el actor ucraniano Alec Utgoff. El intérprete, conocido principalmente por su participación en la popular serie 'Stranger Things', tiene un carisma igual de hipnótico. Poco se sabe de su pasado y de sus auténtico motivos para emigrar desde su Ucrania natal a Polonia. Szumowska y Englert, los cuales también firman el guion, le añaden intriga al hacer que su pueblo natal sea Prípiat, ciudad fantasma al estar muy cerca de Chernóbil.

Nunca volverá a nevar

Una de las películas más arriesgadas de Szumowska. Utgoff brilla con un personaje enigmático

Utgoff es magnético, mostrando su potencial como protagonista. Salvando mucho las distancias, recuerda a Adriano Tardiolo en 'Lazzaro feliz', así como también a Luca Marinelli en 'Martin Eden', en el sentido de figura inocente que subvierte sin querer su alrededor. En el caso de Zhenia, las extraordinarias habilidades que tiene como masajista -con las que Szumowska y Englert juegan al insinuar elementos sobrenaturales-, hacen mirarse al espejo a esa sociedad consumista, elitista y de clase alta que ha huido hacia delante, puesto que sus recuerdos, aquella nostalgia perdida, está estrechamente relacionada con un régimen represivo.

Nunca volverá a nevar

Además de ahondar en el pasado incómodo de Polonia, 'Nunca volverá a nevar' es también un alarde estético. Englert, que también es el director de fotografía, configura la que es la película más visual de Szumowska, así como también la más cuidada en todos los sentidos, apoyándose en una banda sonora que es una colección de compositores reconocidos como Shostakóvich, Schubert, Chopin, Rajmáninov o Max Ritcher, incluso con guiño a la generación de Utgoff, al incluir el reconocido tema 'Vois sur ton chemin' de Bruno Coulais, de la banda sonora de la icónica 'Los chicos del coro'.

'Nunca volverá a nevar' es la apuesta más arriesgada de Szumowska, que no es decir poco al caracterizarse como una cineasta atrevida. Una singular fábula magnética, es imposible no dejarse llevar por la sugestión que provocan los dedicados masajes de su protagonista.

Nota: 8

Lo mejor: Es bella visualmente, sus contrastes entre clases, todo el simbolismo que tiene cada escena. La interpretación de Alec Utgoff, el actor está desaprovechado en la industria anglófona.

Lo peor: Hubiera sido más redonda de haber durado un poco menos. Tampoco es apta para aquellos que deseen mensaje muy claros.