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CRÍTICA

'The Boys': ¿Quién vigila a los vigilantes?

Crítica de la primera temporada de 'The Boys', la serie que adapta el cómic homónimo y que se estrena en Amazon Prime el 26 de julio.

Por Javier Parra González 25 de Julio 2019 | 10:11

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Decir que los superhéroes han pasado de ser un divertimento para un sector determinado de la población a una tendencia, es algo que la industria del entretenimiento lleva demostrando desde hace décadas. Tras sus pinitos en la pequeña pantalla y aquellas primeras aventuras de Batman o el Increíble Hulk hasta el día de hoy, hemos podido ver como los principales héroes de las editoriales de cómics más relevantes de todos los tiempos han tenido sus respectivas adaptaciones, ya sea para la televisión o el cine.

Y en estos tiempos en los que Disney/Marvel se ha hecho con la fórmula perfecta para dominar el actual campo de las adaptaciones superheroicas, ha sido gracias a la proliferación del streaming y la cada vez más ingente programación que se presenta en nuestras pantallas a tan solo un clic de distancia, lo que está haciendo que nos lleguen propuestas que, hasta hace unos años, podrían incluso considerarse impensables por parte de la cadena de televisión que tenía que apostar por su producto.

The Boys

Del mismo modo en el que la fórmula de Marvel, absolutamente marcada por la factoría de Mickey Mouse, apuesta por un target totalmente amplio y que podríamos enmarcar dentro del cine familiar, las apuestas de DC (refiriéndonos a las de los últimos años) todavía no parecen haber encontrado su propio sello de identidad. Por otro lado, en lo que a la ficción televisiva se refiere, las adaptaciones de sendas editoriales se han llegado a caracterizar por mantener un tono mucho más visceral (podríamos decir incluso, destinado un público más adulto), y como última muestra de ello, hasta hace poco podía erigirse como la propuesta más salvaje y pasada de vueltas el 'Titanes' de Netflix, que ponía en pantalla al mítico equipo de los Jóvenes Titanes de DC Comics.

Sin embargo, a menos de un año de que aquella se estrenase, llega a Amazon Prime el título que necesitaba la ficción de superhéroes actual: 'The Boys', que empezó a publicarse en WildStorm en 2006 (una vez esta ya había sido adquirida por DC) y que en 2007 pasaba a formar parte de la lista de colecciones de Dynamite Entertainment, y viene desarrollada para su adaptación en serie por Eric Kripke (productor de 'Sobrenatural'), Evan Goldberg y Seth Rogen, quienes llevan ya años colaborando juntos y nos han traído títulos como 'Superfumados', 'The Interview' o 'Juerga hasta el fin'.

Con semejante caldo de cultivo, y con la intención de mantener el espíritu de sátira con tendencia a la comedia negra del cómic creado por Garth Ennis y Darick Robertson (acreditados en la adaptación como productores ejecutivos), queda clara cuál es la línea que pretende seguir este traspaso de 'The Boys' a la pantalla desde su primer episodio, el primero de una tanda de ocho que rozan la hora de duración y que suponen un glorioso primer acercamiento a ese universo presentado en el papel, y el cual nos presenta a un mundo en el que los superhéroes son reales y cada vez están más inmiscuidos en el día a día de la humanidad, habiendo trascendido su figura de salvadores hasta convertirse en autenticas celebrities cuya imagen es utilizada en campañas de marketing, protagonizan spots y las marcas se pelean por tenerles como gancho publicitario.

The Boys

Siendo casi todos ellos una revisión en clave paródica de algunos de los más famosos personajes de DC (así es como fueron creados por Ennis y Robertson), estos hombres y mujeres agraciados con un don que les hace superiores al resto de mortales y que les otorgan unos poderes que les dan un aura de semidioses en la Tierra, son también algo que hasta entonces pocas veces habíamos podido ver: unos auténticos cretinos corrompidos por el poder y la fama.

Siete son los que forman el más elitista grupo de superhéroes. Homelander (Anthony Starr), el líder y patriótico que recuerda a Superman y cuya megalomanía y una serie de filias que irán desvelándose conforme avance la historia, lo convierten en una auténtica arma de destrucción masiva. Queen Maeve (Dominique McElligott), una versión sin personalidad de Wonder Woman que no puede hacer otra cosa que permanecer impasible ante los horrores perpetrados por sus compañeros (la brutal secuencia del avión en el episodio 4 es la clara muestra de ello). The Deep (Chace Crawford), o como si Aquaman hubiese perdido la capacidad de liderazgo y se viera en medio de un grupo al que poco tiene que aportar y donde no se corta un pelo a la hora de demostrar su capacidad de macho alfa, tal y como deja claro en su primer encuentro con intento de cortejo sexual a Starlight (Erin Moriarty), la joven recién llegada al grupo y que desde el primer momento será consciente de la corrupción que impregna todo lo que les envuelve. A-Train (Jessie Usher), con los poderes de The Flash y el culpable de la (accidentada, grotesca y sangrienta) muerte de la novia del protagonista, Hughie Campbell (Jack Quaid), la cual será el desencadenante de la trama de la serie, llevándole a unirse a un grupo de vigilantes que trabajan a la sombra de la CIA y que se hacen llamar The Boys.

Completan el equipo superheroico Black Noir (Nathan Mitchell) y Translucent (Alex Hassell), un enigmático y sádico a quien no le veremos el rostro, y un ególatra con la capacidad de volverse invisible. Todos ellos, protegidos por Vought International, la corporación que trabaja al margen del gobierno y cuyo poder y corrupción también son ilimitados, y cuya cabeza visible es la de Madelyn Stillwell, personaje que en los cómics era el de un hombre, James Stillwell, y que aquí encarna Elisabeth Shue como la encargada de mover los hilos y tener en jaque a la agente Susan Raynor (Jennifer Esposito) y el equipo de The Boys, liderado por Billy Butcher (Karl Urban), quien tiene una cuenta pendiente de resolver con alguno de los supuestos héroes, y del que también forman parte Mother's Milk (Laz Alonso) y Frenchie (Tomer Capon).

The Boys

La serie de superhéroes del año

Sin desvelar nada de la trama más allá de la premisa de la que parte, y habiendo presentado a quienes serán los antagonistas, antihéroes y heroínas que veremos desfilar a lo largo de sus ocho episodios, 'The Boys' le coge el testigo a 'Titanes' como esa dosis de ejemplo oscuro sobre superhéroes que no escatima en violencia, gore y sexo (algo que nunca podremos ver en las producciones de Marvel o DC). Y pese a que pueda sonar a que estamos ante un producto sobrio cuya intención es la de desmarcarse del resto de ejemplos, es su constante deriva hacia la comedia negra y la forma en la que hace parodia sobre los arquetipos clásicos (y algunos un poco obsoletos, por qué no decirlo) del superhéroe, por lo que esta primera temporada (ya ha sido anunciada la segunda, afortunadamente) puede pasar a competir directamente no solo como lo mejorcito de la ficción superheroica del año, sino que tiene todas las claves para ser una de las sorpresas de la temporada.

Ojo a la química que desprende Quaid y cómo sus tramas acaban envolviendo a parte de los personajes. O lo maravillosa que está Karen Fukuhara como la letal The Female (lo que le sirve para redimirse de lo que le tocó hacer en 'Escuadrón Suicida'). O cómo Elizabeth Shue y Anthony Starr encarnan a la perfección a dos males absolutamente necesarios para la trama cuyo carisma los posiciona entre lo mejor (o lo peor, según se mire) de los villanos de la actual ficción televisiva.

Sea como sea, 'The Boys' es un regalo tanto si eres de los que buscan una bocanada de aire fresco a la hegemonía impuesta por Marvel (no tanto la de DC), o como si lo tuyo son las propuestas de puro entretenimiento. Y si encima eres fan del tándem Rogen/Goldberg, estás de suerte a la hora de haberte topado con la serie que lleva a otro nivel aquello de "¿Quién vigila a los vigilantes?" que ya planteaba Alan Moore en 'Watchmen'.

Nota: 8

Lo mejor: Adentrarse en los bajos fondos de la condición humana de la mano de sus villanos disfrazados de héroes. Y que se atreva a ser tan salvaje en algunos de sus momentos tal y como promete en su inicio, ese en el que un Jack Quaid bañado en sangre ya pone las cartas sobre la mesa en base al tono que seguirá la serie.

Lo peor: Algún personaje secundario bastante desaprovechado y que esperamos pueda redimirse en la segunda temporada.

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