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CRÍTICA

'The Crown' ya es el reino de Olivia Colman en el arranque de su tercera temporada

La serie de Peter Morgan regresa por todo lo alto, con la actriz de 'La favorita' sucediendo a Claire Foy como la eterna Isabel II.

Por Guillermo Hormigo López 4 de Noviembre 2019 | 16:00

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La escena inicial de la tercera temporada de 'The Crown' (que llega a Netflix el 17 de noviembre) es toda una declaración de intenciones. En el plano que abre el episodio, vemos el cogote de la Reina con la imponente corona en su cabeza. Mientras tanto, un séquito real prepara la habitación contigua. Acto seguido, Isabel entra en un salón repleto de caballetes. De nuevo desde una perspectiva en la que da la espalda a la cámara, se sitúa frente a dos retratos. El siguiente plano ofrece al fin una vista frontal, pero su rostro está desenfocado. A su lado, un asistente elogia la nueva cara de Su Majestad. "La imagen de una reina joven y de una ligeramente mayor son casi idénticas", comenta midiendo al milímetro sus palabras. Dichas imágenes son el antiguo y el nuevo diseño de los sellos de correos. En uno de ellos el rostro de Isabel II es el de Claire Foy. En la nueva versión, la Reina es Olivia Colman.

La monarca no está de acuerdo con su ayudante. Para ella, entre una imagen y otra hay más que unos mínimos retoques. Pero "la edad raramente perdona", reconoce en una de las primeras líneas de diálogo que Colman nos regala. Todavía no han aparecido los títulos de crédito y la actriz británica nos tiene en el bolsillo. La sucesión del trono ya tiene el beneplácito del pueblo. Esta magnífica secuencia no solo despacha en escasos minutos y con tremenda fluidez el cambio de actrices protagonistas, sino que pone sobre la mesa las principales cuestiones que va a abordar 'Olding'. Así se titula el episodio, y no por casualidad. Aunque luego descubriremos que la razón de ser de este nombre es otra, no es menos buscada la referencia a uno de los principales conflictos de Isabel II: está empezando a envejecer.

Olivia Colmando tomando el té como la reina que es

Pero estos primeros minutos también señalan otro importante eje: la identidad. El contraste entre la apariencia que mostramos al mundo y nuestro verdadero yo. Lo expresaba el escritor Kurt Vonnegut en la introducción de su novela 'Madre Noche': "somos lo que fingimos ser, así que debemos tener cuidado con lo que fingimos ser". Especialmente si tu verdadero ser es la imagen que representa a millones de ciudadanos a lo largo del planeta, podríamos añadir en este caso.

La cuestión identitaria también está presente en la otra gran trama que vertebra 'Olding': el MI5, los servicios de inteligencia de Reino Unido, detectan un topo de la KGB soviética en las altas esferas británicas. Las sospechas de todos, incluso de la Reina, apuntan nada menos que al candidato laborista en las próximas elecciones presidenciales: Harold Wilson (interpretado por Jason Watkins). Conviene recordar que nos encontramos en 1964, plena Guerra Fría. Y hay que apuntar lo tremendamente estimulante que resulta ver la serie de Peter Morgan en modo 'The Americans'.

La realeza tiene nuevas caras

Pero sin duda el gran aliciente de la temporada es comparar el nuevo elenco con el estupendo reparto anterior. En este punto es obligado detenerse en el reto que Olivia Colman tenía por delante. Ya es de por sí complicado interpretar nada menos que a la Jefa de Estado más longeva de la historia. A eso hay que sumar lo reciente que está en la memoria de todo el mundo la encarnación por parte de Foy. Sin olvidar la enorme interpretación que Helen Mirren nos brindó con 'The Queen', allá por 2006. Y para rizar el rizo, la propia Colman viene de dar vida a otra gran monarca británica: la Reina Ana. Su papel en 'La favorita' la ha lanzado definitivamente al estrellato y le ha reportado un Oscar con el que Glenn Close todavía tiene pesadillas.

Helena Bonham Carter cambia a Tim Burton por Ben Daniels

Por suerte, ya sabemos de lo que Colman es capaz. Aquí consigue construir "su propia Isabel II" dentro de un registro que no la aleja demasiado de la que vimos las dos temporadas previas. En este sentido, el dominio de los gestos faciales que logra es particularmente espectacular. Es verdad que cuenta con menos espacio para la comedia de lo habitual en otros de sus papeles (¿cómo es posible odiarla tanto en 'Fleabag'?), pero su versatilidad está por encima de cualquier cosa.

El resto del reparto dispone por el momento de menos oportunidades de lucimiento, pero todos consiguen hacer suyos los personajes desde el primer segundo. Helena Bonham Carter hereda a la Princesa Margarita de Vanessa Kirby, que continúa siendo el alma más libre y contradictoria de la Casa Windsor. En gran medida por su turbulento matrimonio con Tony (rol que Ben Daniels toma de Matthew Goode). Por último pero no menos importante, el Duque de Edimburgo. Tobias Menzies releva a Matt Smith, que era capaz de aportar muchísimo carisma a un personaje complejo y repleto de claroscuros. El gran villano de 'Outlander' solventa la papeleta construyendo un Príncipe Philip furioso y apocado, cada vez más cercado por los errores del pasado. Además, a Menzies hay que reconocerle el mérito de aguantar el tipo frente a Colman en sus cara a cara.

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El regreso de 'The Crown' mantiene en definitiva todo el interés de las dos temporadas previas. La serie continúa repasando grandes hitos del siglo XX en Reino Unido (y el mundo) con más interés dramático que precisión histórica, y parece que en esta ocasión la paranoia de la Guerra Fría va a tener un gran protagonismo. Además, dilapidando definitivamente la "herencia recibida", dedica una preciosa despedida a un personaje que hasta entonces había sido clave. Por su parte, los nuevos actores encajan como un guante en sus roles. Especialmente una Olivia Colman a la que no se le resiste monarca alguna. Dios salve a la nueva Reina.

Nota: 8

Lo mejor: Pese a los grandes cambios, la serie mantiene sus grandes fortalezas. Y por supuesto Olivia Colman.

Lo peor: Como ya ocurría en las primeras temporadas, ciertas imprecisiones históricas descolocan un poco.

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