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CRÍTICA

'Winter Flies': El invernal despertar de la juventud

Crítica de 'Winter Flies', dirigida por Olmo Omerzu. Ganadora del premio a la mejor dirección en el 53º Festival de Karlovy Vary, premio FIPRESCI en el 56º Festival de Gijón.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 22 de Marzo 2019 | 10:21
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Al cineasta esloveno, radicado en la República Checa, Olmo Omerzu la atrae mucho retratar los problemas familiares, enfocados esencialmente en la mirada de la adolescencia. Primero fue la atrevida 'A Night Too Young' y después con 'Family Film'. Ahora llega su tercer largometraje, el más ambicioso hasta el momento, 'Winter Flies', ganadora del premio a la mejor dirección en el 53º Festival de Karlovy Vary y premio FIPRESCI en el 56º Festival de Gijón.

Winter Flies

Mára y Hedus son dos chicos adolescentes. Mára tiene 14 años, es muy rebelde, tiene el pelo rapado al cero y fanfarronea con experiencias sexuales de dudosa credibilidad. Cansado de su vida, el chico roba un coche Audi para recorrer mundo y reencontrarse con su abuelo, al que ha mitificado, hasta tal punto de sentir auténtica veneración hacia él. En este viaje le acompañará Hedus, su fiel amigo y escudero, que con 12 años sufre los ataques de los demás por su sobrepeso pero, que pese a ello, es muy ingenuo y su deseo es alistarse en la Legión Francesa. En este viaje se encontrarán con otras dos almas perdidas más, un perro abandonado al que salvan de la muerte y Bára, una chica que hacía autostop, por la que Mára se sentirá atraído.

Elementos clásicos de una road movie para un viaje diferente

Omerzu se vale de los elementos de la road movie clásica para narrar, aparentemente, un convencional viaje iniciático de unos adolescentes en pleno proceso de madurez, marginados de la sociedad y con claras carencias afectivas. Pero el director sabe dar su toque personal, primero, enmarcando esta aventura en el invierno, de forma que esa juventud, llena de energía, está rodeada de una cruda y fría realidad (como si de dos moscas perdidas en un tiempo que no les corresponde se tratase). Curiosamente, el invierno para el cineasta es época de evolución y cambio, ya que en 'A Night Too Young', los protagonistas se desarrollan justo en esta estación del año.

Winter Flies

Ese contraste funciona, más cuando Omerzu rompe el relato, dando un giro inesperado que le confiere al filme cierta aura de fábula, al abandonar el enfoque puramente realista, por otro más cercano a las emociones de sus protagonistas. Su mensaje es social, reivindica los sueños de esos chicos marginados por el sistema. Sin embargo, su tono ligero, cercano a la comedia, acerca a la cinta a un toque feel-good que, acertadamente, rebaja el tono dramático de una película cautivadora, llena de energía e ímpetu.

Una acertada fábula sobre la adolescencia

Omerzu entra de lleno en la complejidad de la mente adolescente, rebelde, inconsciente, pero con deseos de experimentar, de vivir. A su lado hay dos figuras que logran que la trama fluya. Primero, la del perro, que da ese toque comprometido, después la aparición de Bára, que provoca la fricción entre sus protagonistas, pero también el aprendizaje a través del conflicto y de la experiencia del despertar sexual.

Winter Flies

'Winter Flies' es la cara real de la notable 'Goodbye, Berlin', del alemán Fatih Akin. Al ser sus protagonistas chicos de pueblo, con pocos recursos, propios del cine de Ken Loach o Mike Leigh. Una fábula sobre cómo la adolescencia busca su lugar en el mundo. Un planteamiento que, quizás, debería hacerse más a menudo, dada la evolución de las sociedades europeas en la actualidad.

Nota: 8

Lo mejor: Su apuesta por combinar road movie con un toque de fábula, junto con sus dos protagonistas, dignos de una película de Loach y Leigh.

Lo peor: El personaje de Bára está desaprovechado.

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