Cuando Emma Suárez casi se convierte en Elena y otras curiosidades de 'La máscara del Zorro'

Corría 1991, Steven Spielberg se encontraba rodando su película sobre Peter Pan protagonizada por Robin Williams, cuando un blandir de espadas hizo que los recuerdos de su infancia viendo las antiguas películas de El Zorro aparecieran en su mente. En un descanso del rodaje hizo las llamadas pertinentes para saber en manos de quién estaban los derechos del personaje y cuánto podían costar. Amblin, la productora de Spielberg, se asoció con TriStar para producir la película, aunque estos últimos no compartían el entusiasmo del cineasta. Spielberg imaginaba una película más grande que la que el estudio empezó a desarrollar, tenía una visión más panorámica y ambiciosa. Tras seis años de desarrollo, varios directores e incontables versiones del guión, en Navidad de 1996 Spielberg cogió el toro por los cuernos y envió a la productora, Lucy Fisher, el guion con cuatro páginas de anotaciones escritas por él mismo. Con el director Martin Campbell, que venía de resucitar con éxito la saga de James Bond con 'Goldeneye', ya abordo, la película comenzó a rodarse a finales de enero de 1997 con el guionista ganador de un Oscar por 'El golpe' David S. Ward supervisando y modificando el guion durante la marcha en la filmación. El trabajo de Ward se centró en mejorar las relaciones entre los personajes y los diálogos. Su aportación no fue reconocida en los créditos.

Hay quien dice que fue Robert Rodriguez quien fichó a Antonio Banderas para 'La Máscara del Zorro'. Tras trabajar juntos en 'Desperado' y 'Four Rooms', ambas estrenadas en 1995, el director texano de raíces mexicanas se unió al proyecto como director, pero Banderas por ese entonces ya llevaba un tiempo ligado al Zorro. Concretamente desde la noche de los Oscar de 1994, en la que Tom Hanks le dedicó su Premio de la Academia al actor español, que interpretaba a su novio 'Philadelphia', y en la que además Spielberg triunfó gracias a 'La lista de Schindler'. Todos ellos coincidieron en la fiesta post-ceremonia de Elton John, donde Spielberg se acercó a Banderas y le preguntó si sabía quién era El Zorro y tras una distendida charla en la que hablaron de Tyrone Power, el Rey Midas de Hollywood le dijo al actor que tenían que reunirse pronto en Amblin, porque iba a ser el protagonista de su película.

Allá por 1992 un joven director impresionó al mundo del cine con una modesta película de 7.000 dólares titulada 'El Mariachi'. Su nombre era Robert Rodriguez, buen amigo de otro director que por aquel entonces también se hacía un nombre, Quentin Tarantino. Columbia Pictures compró los derechos de distribución de 'El Mariachi' tras su presentación en el Festival de Sundance y, además, produjo una suerte de secuela/remake de mayor presupuesto, titulada 'Desperado' (1995). La película, protagonizada por Antonio Banderas y Salma Hayek, consagró a Rodriguez como un director de cine de acción con un estilo visual único y especial. Y llamó la atención de Steven Spielberg, que le contrató para dirigir 'La Máscara del Zorro'. Sin embargo, Rodriguez acabó abandonando el proyecto por diferencias creativas y, sobre todo, diferencias en cuanto al presupuesto, ya que pedía más de lo que TriStar estaba dispuesta a gastar.

Tito Larriva, colaborador habitual de Rodriguez y que por entonces se encontraba trabajando con él en la banda sonora de 'Abierto hasta el amanecer', habló en 1997 para Austin Chronicle sobre la salida del director del proyecto. El músico recuerda como dos semanas antes de viajar a México a comenzar la preproducción, Rodriguez se acercó a él tras hablar por teléfono con Spielberg y le dijo: "No vamos a México. Se acabó". El guión re-escrito por Rodriguez incluía "cabezas siendo cortadas y sangre por todas partes" y le reservaba un papel a Larriva, "el de compañero, el gordo".

Para Antonio Banderas también supuso una decepción la salida de su amigo del proyecto. Según cuenta en su biografía oficial, escrita por Ana Oliva, el actor le dijo a Spielberg que aunque encontrara a otro director, no sabía si protagonizaría la película. Sin embargo: "Un par de semanas más tarde me pidió que fuera a Los Ángeles a conocer a Martin Campbell. Afortunadamente, nos caímos bien y trabajamos juntos en la película, pero fue bastante duro perder a Robert". Martin Campbell acabó utilizando muchas de la localizaciones y equipo elegido por Robert

Rodriguez, como por ejemplo la Diseñadora de Producción Cecilia Montiel y la Diseñadora de Vestuario Gabriela Mazón.

Hoy en día no podríamos imaginar a otra que no fuera Catherine Zeta-Jones en el papel de Elena. Sin embargo, fueron muchas las actrices que aspiraron a dicho papel. Según Tito Larriva, durante el tiempo que Robert Rodriguez estuvo involucrado en el proyecto, su Elena era Salma Hayek pero "Spielberg quería a una blanca". No sabemos si quería a una actriz blanca, pero lo que sí podemos asegurar es que siempre apostó por Catherine Zeta-Jones, a la que había visto en la miniserie de 1996 'Titanic'. Martin Campbell le hizo una prueba por recomendación de Spielberg y la actriz galesa consiguió el papel.

Otra actriz que pudo ser Elena fue la española Emma Suárez. La interprete recibió una llamada para que enviara una prueba, y tras verla, Spielberg le pidió que viajara a Los Ángeles, donde estuvo una mañana haciendo pruebas con el propio Spielberg y Robert Rodriguez, entonces director del proyecto. Cuando le preguntó a Spielberg por qué había querido conocerla, este le respondió que Stanley Kubrick la había visto 'La ardilla roja' de Julio Medem y le había hablado de ella.

Cuesta imaginarlo, pero Julio Medem pudo haber dirigido 'La máscara del Zorro'. Stanley Kubrick había visto 'La ardilla roja', segundo largometraje de Medem tras 'Vacas', y le impresionó tanto que recomendó a su amigo Steven Spielberg que lo contratara para la película que estaba preparando sobre el mítico personaje. Spielberg contactó con Medem, pero este finalmente decidió rechazar la oportunidad de dirigir una película de aventuras en Hollywood en favor de seguir trabajando en proyectos más personales. En una entrevista digital de El País, Medem declaró que en ese momento "tenía otro guión que me atraía más, 'Los amantes del círculo polar', pero la oferta me tentó muchísimo y estuve a punto de aceptarla".

Diego Galán, director del Festival de San Sebastián durante el estreno de 'La máscara del Zorro' (1998), contó en TCM que "Antonio Banderas estaba en ese momento un poco asustado porque tenía la impresión de que no gustaba en España, de que no gustaban las películas americanas que había hecho, o el hecho de estar trabajando fuera de su país... Pero finalmente le convencimos de que tenía que venir a presentar la película y además darle el Premio Donostia a Anthony Hopkins era una idea que le gustaba mucho".

Banderas introdujo a Hopkins con un discurso de presentación que emocionó al veterano actor y que terminaba así: "A medida que el rodaje de la película avanzaba, una idea se hizo cada vez más fuerte en mi cabeza: Yo en realidad no quería ser El Zorro, lo que yo realmente quería ser es Anthony Hopkins". Hopkins, con el Donostia ya en las manos, dijo: "Mi vida ha sido un sueño, y esto es un sueño".

Originalmente, tras la escena de la muerte de Don Diego de la Vega (Anthony Hopkins), el General Santa Ana (Joaquim de Almeida) llegaba con sus tropas al desierto de California. Allí se encontraba con Alejandro, Elena y la gente del pueblo a la que Rafael Montero (Stuart Wilson) tenía trabajando como esclavos en la mina con la intención de comprarle las tierras al General con su propio oro, para que este pudiera financiar su guerra entre México y Estados Unidos. Santa Ana, que había llegado hasta allí con un mapa que le había entregado Don Diego, se mostraba satisfecho con las acciones del Zorro y llevaba al pueblo a por agua y comida. Según Martin Campbell, era un final más "operístico y filosófico", pero durante el montaje de la película Spielberg sugirió cambiarlo. Meses más tarde se rodó en los estudios de Sony el final definitivo, sobre una idea del propio Spielberg, en una escena que recuerda a la escena del inicio con Diego de la Vega contándole una historia a su hija Elena, de tan solo unos meses.

Martin Campbell ha confesado que su mayor inspiración a la hora de dirigir 'La máscara del Zorro' fueron las películas de aventuras de los años 30 y 40 dirigidas por Basil Rathbone. Algunas de ellas incluían al héroe enmascarado, como 'El Signo del Zorro' (1940), en la que el actor debajo del antifaz era Tyrone Power. Otra de las películas mencionadas por Campbell es 'Robin de los bosques' (1938), con el mítico Errol Flynn como protagonista. El objetivo era emular los duelos de espadas narrados a través de planos largos y amplios, con detalles como las sombras en la pared.

Además, Campbell también tomó prestada una idea del maestro de los westerns John Ford. El último plano de 'La máscara del Zorro', con Alejandro marchándose por un enorme pasillo y la puerta cerrándose, es un homenaje al último plano de 'Centauros del desierto'.

Un plano muy recordado de 'La máscara del Zorro' es en el que el nuevo Zorro, Alejandro Murrieta (Antonio Banderas), antes del enfrentamiento final con el Capitán Love (Matt Letscher), saca su espada lentamente y un reflejo del sol recorre toda su hoja. Al contrario de lo que cabría pensar, no se trata de un efecto digital sino fruto de la improvisación. Durante los ensayos previos, Banderas se dio cuenta del efecto del sol en la espada y sugirió al director Martin Campbell incluirlo en la escena del duelo. Solo hicieron falta tres tomas para conseguir el icónico resultado.

James Horner pidió a Martin Campbell hacer la banda sonora de 'La máscara del Zorro'. El compositor era muy fan del personaje y siempre había querido hacer un western. Además, la última película en la que había trabajado era 'Titanic' y le apetecía un cambio. Debido a su interés por encontrar sonidos no convencionales e inauditos, empleó una flauta japonesa llamada Shakuhachi que también ha utilizado en películas como 'Braveheart' o 'Avatar', y que se acabaría convirtiendo en una de su señas de identidad. Lo más radical que intentó fue una idea que tuvo para los duelos de espadas, en los que no utilizó sonido orquestal tradicional sino algo más rítmico, el taconeo de bailarines de flamenco.