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'Kingdom Hearts': Cuando el cine y los videojuegos se fundieron en un mismo corazón

Cuando por fin llega a nuestras consolas 'Kingdom Hearts III', rendimos homenaje a la franquicia que fusionó los RPG de Square Enix con la magia de las películas Disney, y ambos salieron ganando.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 29 de Enero 2019 | 09:35
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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[Este artículo se lee mejor mientras se escucha la maravillosa música de Yôko Shimomura]

Las películas basadas en videojuegos no han salido hasta ahora muy bien paradas. En el sentido contrario todavía tenemos unos cuantos títulos que han conseguido hacer justicia al universo de los largometrajes en los que se basan, o incluso los han mejorado (el 'Goldeneye' de Nintendo 64, por ejemplo). La conclusión es que los dos medios no han terminado de entenderse muy bien juntos. Salvo en una ocasión en la que una inesperada fusión dio lugar a una saga que reúne a miles de fans de ambos mundos: 'Kingdom Hearts'.

Kingdom Hearts III

A finales del siglo pasado, Shinji Hashimoto (productor de 'Final Fantasy VII') e Hironobu Sakaguchi (padre de la saga 'Final Fantasy'), inspirados por la revolución que supuso 'Super Mario 64', empezaron a pensar en su propio juego en tres dimensiones que fuera la respuesta de Square al éxito de Nintendo. Pero llegaron a la conclusión de que el público había respondido tan bien a este cambio en la jugabilidad porque era Mario, un personaje de sobra conocido, quien la protagonizaba. Creyeron que solo personajes tan famosos como los de Disney podrían lograr ese mismo efecto. Tenían la suerte de que las oficinas de Square en Tokio estaban de aquella en el mismo edificio que las de Disney, y Hashimoto aprovechó que se encontró con un ejecutivo de Disney en el ascensor para plantar la semilla de la idea de un videojuego con personajes del estudio. La casa del ratón suele ser muy estricta con el uso de sus personajes, pero lo cierto es que la idea les atrajo desde el principio. Tetsuya Nomura, uno de los hombres clave en la historia de 'Final Fantasy', se ofreció a ejercer de director, y a principios del 2000 empezaron a trabajar en 'Kingdom Hearts'.

El videojuego que dio comienzo a la lucrativa franquicia pasó por muchos retoques hasta convertirse en el título que recibimos en PlayStation 2. Primero pensaron en centrarlo en Mickey, pero no tuvieron permiso para ello. También pensaron en Donald. Pero finalmente, decidieron crear nuevos personajes para protagonizar la historia: Sora, Riku y Kairi. Y así empezaron a crear este gigantesco Action RPG en el que un joven se alía con Donald y Goofy para buscar a sus amigos y al rey Mickey por los mundos Disney, mientras se va tejiendo una complejísima telaraña de tramas y subtramas con un punto en común: la batalla entre la luz y la oscuridad.

Kingdom Hearts III

Porque por supuesto que los creadores de 'Final Fantasy' no podían hacer una historia sencillita. De hecho, al principio iban a planteárselo como un título infantil, acorde con el público de Disney, pero Nomura y compañía quisieron darle una vuelta y apelar a todo tipo de públicos. La fórmula fue un triunfo porque aunaba tanto a los más pequeños por los personajes, como a jugones intrigados por esta mezcla de un 'Final Fantasy' con Disney. Se creo una comunidad fan que les ha seguido en los siguientes títulos que han lanzado en diferentes plataformas, en el manga y en todo lo que ha salido relacionado con las llaves espada. Esos fans, que empezaron en 2002 esta aventura junto a Sora, por fin, tras más de una década esperando, pueden descubrir el que es, de momento, el último capítulo de la historia: 'Kingdom Hearts III'.

Todos los que empezamos la saga en 2002 guardamos bonitos recuerdos de nuestros primeros pasos por el Laberinto de 'Alicia en el país de las maravillas', Ciudad de Halloween o Atlántica. Una de las principales claves del éxito del videojuego es lo mucho que trabajaron para que reconociéramos los personajes de Disney, a pesar de verlos en una historia distinta a la suya. Su personalidad es prácticamente idéntica a la que muestran en sus películas, y es que Square los eligió (a ellos y sus mundos) pensando no solo en lo famosos que fueran dentro del vasto catálogo de Disney, sino que se pudieran integrar bien con la trama principal. Poner a Jack Skellington intentando hacer un corazón artificial, teniendo en cuenta que la trama va de corazones y de gente que los anhela, es solo un ejemplo de lo genial que puede casar un personaje Disney con toda esta macro historia. La organización de villanos capitaneados por Maléfica, las Siete Princesas (Disney) que son la llave para el Reino de Corazones que da nombre al juego... De ellos aprovechan sus motivaciones primigenias y las moldean para servir al plan mayor que es el camino de Sora. Entramos porque, como bien suponían los padres de la saga, conocemos a los personajes. Nos quedamos porque la historia que nos cuentan es mucho más grande, intensa y entrelaza perfectamente mundos tan distintos como 'Pinocho' o 'Hércules' con esa solemnidad filosófica y melancolía que caracteriza a los juegos de Square, y que acaban pegando tan bien con los relatos con moraleja de Disney. En el fondo, muchas de las películas no dejan de ser luz y oscuridad. Sin quererlo, 'Kingdom Hearts' se convirtió en el Universo Cinematográfico Disney que jamás pensamos que fuera posible. Y antes incluso de que lo hiciera Marvel.

Kingdom Hearts III

Saltándose una generación ('Final Fantasy XV' tiene gran parte de culpa), 'Kingdom Hearts III' supone el mayor salto de la franquicia a nivel técnico. Los escenarios del primer 'Kingdom Hearts' parecían dioramas, maquetas de las películas de Disney, consecuencia del limitado potencial de la PlayStation 2. Las consolas actuales (esta vez no solo sale en PlayStation 4 sino también en Xbox One) permiten que este nuevo episodio principal contenga mundos que será muy difícil de distinguir de la película original, como es el caso de 'Frozen: El reino del hielo' o 'Enredados'. Esta vez casi todos los mundos están basados en películas ya animadas por ordenador, así que el shock del cambio no es tan grande como con los clásicos de animación tradicional, pero echando la vista atrás a la saga, luce absolutamente espectacular. Jamás imaginamos escenarios tan gigantescos como San Fransokyo o evoluciones tan bellas como el Olimpo de Hércules. Hasta los 'Piratas del Caribe' tienen un diseño más que digno, y eso que no se quita la sensación extraña de ver a Johnny Depp pixelado. Pero, sorprendentemente, es uno de los mundos que más se llegarán a disfrutar por haber hecho una especie de mundo abierto y poder, sí, manejar la Perla Negra por las aguas del Caribe. Los hijos de finales de los 80 os acordaréis de esos juegos que salían junto a las películas de Disney ('Aladdin' o 'El rey león', por ejemplo), que sí llegaron a tener un público fiel que sufrió sus plataformas casi imposibles. Pues 'Kingdom Hearts', y esta tercera parte concretamente, es todos esos juegos que habríamos querido de las películas que aparecen. Porque esta vez muchos de esos mundos tienen sus propios modos de juego o dinámicas (más tirando a las Tierras del Reino y no a Atlántica en el 'Kingdom Hearts II', por suerte), por lo que son muchos juegos en uno, y todos pensados para sacar todo el partido a los escenarios y personajes de cada mundo, como los navíos de 'Piratas del Caribe' o los robots de juguete del de 'Toy Story'. Y de hecho, cuando 'Kingdom Hearts' se aleja más de la trama de las películas, mejor funciona. 'Kingdom Hearts II' no llegó al nivel del primero por recrearse demasiado en las historias originales de cada personaje Disney y no buscarles esa implicación en la trama de la luz y la oscuridad. 'Kingdom Hearts III' vuelve en general por el buen camino y, aunque seguro que habrá veces que tendremos que recrear escenas casi clavadas de las películas, vuelve a tener las raíces más aferradas al "bigger picture" de la lucha contra Xehanort que a hacer una versión interactiva de 'Big Hero 6' sin más.

El verdadero corazón es la historia

La clave de 'Kingdom Hearts III' sigue siendo la narrativa. A medida que nos hemos acercado a esta nueva guerra de las Llaves Espada, la historia se ha ido enrevesando por spin-offs, distintas consolas, tríos de protagonistas y villanos que llegan de trece en trece. Han sido vitales los relanzamientos de los títulos anteriores en packs, o las cápsulas de memoria que incluye este juego, para intentar entender en qué punto estamos y quién es toda esa gente que no salía en 'Kingdom Hearts' o 'Kingdom Hearts II'. Para muestra, este tuit, suerte descifrándolo:

Pero una vez encauzamos la historia, y a pesar de que la aparente inconsistencia seguirá siendo una seña de identidad de la franquicia, vuelve a ser un derroche de profundidad digno de los mejores RPG de Square, y se nota que quieren que sirva como conclusión de la historia del "Buscador de la Oscuridad" porque hacen un gran esfuerzo por "limpiar" todo lo posible ese lío que se han montado ellos solos. Pero el corazón, nunca mejor dicho, de 'Kingdom Hearts' sigue intacto, y el poder de la amistad vuelve a ser el pegamento que lo mantiene todo unido. Sora, Riku y Kairi han madurado como lo hemos hecho nosotros, y su historia vuelve a reforzar unos valores que ojalá todos los niños recibieran como lo hicimos los que empezamos la historia hace 16 años. Valores como la lealtad, el valor, el sacrificio, la humildad, el trabajo en equipo. Todo eso impregna cada aventura de esta saga, y está narrado esa pasión que hace que hayamos aguantado tantos años con tantos títulos y hayamos perdonado los problemas o retrasos que han venido con su desarrollo. Square confió en personajes aparentemente infantiles como Disney para contar una historia mucho más adulta y llena de dilemas morales, y lo consiguió, volviendo a remarcar que no tomando a los niños por idiotas se desata el verdadero poder de unas historias y unos personajes. Puede que la trama se les haya ido de las manos a Nomura y compañía, pero es volver a ponerse en marcha con Sora, Donald y Goofy y olvidarnos de todo lo demás, su amistad atraviesa la pantalla. Puede que Sora no sea ya el protagonista absoluto, pero sigue siendo el corazón, y late con la misma fuerza que el primer día. Recuperar las historias de personajes como Aqua o Roxas también será una delicia, porque a pesar de haber protagonizado títulos "menores" (más bien, portátiles) de la saga, Square nunca escatimó en ambición con ellos y deseamos ver sus historias con un final feliz. O al menos con un final que nos ponga la piel de gallina. Y eso está asegurado.

Kingdom Hearts III

Aunque 'Kingdom Hearts' esté dentro del caso de videojuegos que saben adaptar bien personajes o historias de películas, que sí ha ocurrido más a menudo (lo complicado suele ser al revés), sí que es pionero en mezclar personajes de películas distintas, nada conectadas entre sí, a veces hasta aparentemente incompatibles, y haber dado una de las aventuras más emotivas y mágicas que hayamos podido vivir aferrados a un mando. Porque Square ha conseguido que los personajes de los videojuegos y los de Disney hablen el mismo idioma, sacar los ingredientes clave de cada uno de esos mundos, sobre todo el corazón (como si hubieran utilizado una llave espada) y mezclarlos en una historia ambiciosa, trabajada y que dan ganas de seguir, por muchas vueltas que nos den. Y eso lo han logrado porque respetan a todos y cada uno de esos mundos, personajes y las películas de las que salen, han pensado en las fortalezas de cada uno de ellos y los puntos en común para obrar la alquimia. 'Kingdom Hearts III' es la evolución que necesitaba la historia, una conclusión que, según los análisis de los medios de videojuegos, intenta ser lo más satisfactoria posible, y un nuevo homenaje al poder de la narrativa, a la amistad, a la luz y a la oscuridad. Por suerte, no se trata de un adiós, porque este universo es imparable (según ha dicho Nomura, la escena oculta del final del juego marca el camino para el futuro de la franquicia) y mientras Disney siga haciendo películas, estoy seguro de que el equipo de 'Kingdom Hearts' sabrá encontrar la manera de hilarlas y seguir haciéndonos reír, llorar y vibrar con unos personajes que creíamos que no podían salir de su elemento, y que sin embargo tienen posibilidades para llegarnos de nuevo al corazón como jamás habíamos imaginado. Que la puerta de Kingdom Hearts no se cierre nunca.

'Kingdom Hearts III' ya está (por fin) a la venta para PlayStation 4 y Xbox One.