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Michael J. Fox está teniendo problemas para memorizar frases: "Actuar es cada vez más difícil"

El actor sufre de Parkinson desde 1991 y confiesa que está volcándose en la escritura como expresión creativa.

Por Javier Pérez Martín 5 de Noviembre 2020 | 10:46

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Cuando Michael J. Fox fue diagnosticado con Parkinson en 1991 tenía solo 29 años, acababa de terminar la trilogía de 'Regreso al Futuro' y su carrera como actor estaba en lo más alto. Pudo continuar durante casi una década protagonizando películas como 'Doc Hollywood' y 'Agárrame esos fantasmas', pero a partir de 1999 se dedicó a doblar personajes animados en 'Stuart Little' y 'Atlantis: El imperio perdido'.

Michael J. Fox

Aun así Fox ha continuado interpretando hasta la actualidad en televisión (su personaje recurrente en 'The Good Wife' es de lo más aplaudido de la serie), pero el canadiense acaba de confesar que cada día se le hace más difícil la tarea debido a su pérdida de memoria a corto plazo.

"Siempre tuve una gran facilidad para memorizar las frases. Y he tenido algunas situaciones extremas en mis últimos dos trabajos en los que he interpretado papeles con mucho texto. Lo he pasado mal en ambos", admite el actor a People. "Mi memoria a corto plazo está tocada".

Por el momento, Fox no se retira. Ha seguido apareciendo en episodios de 'The Good Fight', el spin-off de la serie de CBS, 'Larry David' y protagonizó una trama de varios capítulos en 'Sucesor designado'. También ha hecho cameos en películas como 'See You Yesterday' y le ha puesto voz al perro protagonista de 'A.R.C.H.I.E.' en dos entregas.

Se refugiará en la escritura

Por desgracia el Parkinson es una enfermedad degenerativa, por lo que es cuestión de tiempo que las habilidades de Michael J. Fox se mermen demasiado y no pueda continuar actuando. Pero él lo tiene asimilado y está entregándose a otro trabajo creativo: la escritura. La entrevista de People viene a cuenta de su cuarto libro de memorias, 'No Time Like the Future', que se publica en EE.UU. el 17 de noviembre. "Es lo que me queda. No puedo tocar la guitarra. Ya no puedo dibujar, nunca supe bailar y actuar es cada vez más difícil. Así que me queda escribir. Por suerte, lo disfruto mucho", asegura.

Eso sí, no pierde la positividad que le ha ayudado a soportar su diagnóstico desde una edad tan temprana: "El optimismo es sostenible cuando vuelves constantemente a la gratitud, y lo que le sigue es la aceptación. Aceptar que esto ha pasado, y aceptarlo como es. No significa que no puedas esforzarte por cambiarlo. No signifca que tengas que aceptarlo como un castigo o una pena, pero hay que ponerlo en el lugar adecuado. Entonces ves cómo tienes el resto de tu vida para crecer y puedes seguir adelante".

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