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CLÁSICO MÍTICO

'La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo', el clásico oculto de Disney

Oda a 'La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo', clásico Disney número 11, el último largometraje de la etapa de la posguerra, llamados popularmente como 'películas-paquete'.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 7 de Enero 2020 | 19:06
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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De los 60 clásicos producidos por Disney, hay varios títulos que, por diversos motivos, han quedado en el olvido. Recientemente en eCartelera se hizo un repaso a las diferentes eras que ha tenido la factoría de animación, una de las más importantes del mundo. Una de las épocas con filmes menos conocidos en la del Período Bélico, comprendida entre los años 1942 y 1949, en la que se produjeron títulos como 'Saludos amigos' (1942), 'Los tres caballeros' (1943) o 'Música maestro' (1946). Precisamente una de estas cintas es la que de la que va escribirse ahora: 'La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo' (1949).

La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo

Clásico número 11 del canon Disney, 'La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo' fue el último largometraje del Período Bélico, en el que la factoría produjo las, popularmente, llamadas 'películas-paquete', que consistían en filmes que aunaban cortometrajes. Esta era comenzó con 'Saludos amigos', sexto clásico del estudio, que nació con motivo de la llamada Política de buena vecindad, orquestada por la Oficina de Coordinación de Asuntos Interamericanos (CIAA) propuso a Disney en 1940 el proyecto de realizar una serie de 12 cortometrajes en los que se narraban aspectos de la vida y cultura de varios países iberoamericanos.

Esos cortos se convirtieron en la citada 'Saludos amigos' y en 'Los tres caballeros', séptimo clásico Disney. Acabada la guerra, el productor optó por la producción de filmes temáticos, que aglutinaban cortometrajes o fragmentos musicales. ¿El motivo? No solo la Segunda Guerra Mundial había llevado a Disney casi a la bancarrota, debido a la producción de cintas de corte propagandístico, educativo y pedagógico, con nula visión comercial, sino porque la huelga de animadores de octubre de 1941 provocó que Joe Rosenberg, del Banco Nacional de los Estados Unidos, le diese un ultimátum al estudio.

La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo

El banco le concedía un préstamo de 3,5 millones de dólares a Disney a cambio de que el estudio restringiese su producción de largometrajes, enfocándose solo en la realización de cortos. Solo se admitieron 'Dumbo' (1941) y 'Bambi' (1942), debido a que estaban en las fases finales de postproducción. Con lo cual, tras las cintas de política de buena vecindad, que le dieron un respiro a Disney, toco ingeniárselas para la producción de largometrajes sin tener que ser 'largos' en el sentido estricto de la palabra.

El ingenio para producir largometrajes

Mientras que 'Música maestros', clásico número ocho, y 'Tiempo de melodía', clásico número diez, congregaban número musicales, convirtiéndose en versiones pop y contemporáneas de 'Fantasía' (1940); 'La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo' formaba parte de los títulos que unían dos cortometrajes narrativos. De esta manera, el undécimo largometraje del estudio seguía los pasos del noveno clásico Disney, 'Las aventuras de Bongo, Mickey y las judías mágicas' (1947).

La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo

Realmente, la producción de la primera parte de 'La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo', la correspondiente a la adaptación de la novela 'El viento en los sauces', escrita por el autor británico Kenneth Grahame y publicada en 1908, estaba pensada para ser un largometraje. Es más, su producción entraba dentro de las excepciones que contemplaba el Banco Nacional de los Estados Unidos, al contrario que las producciones de 'Alicia en el país de las maravillas', 'Peter Pan' y 'La dama y el vagabundo', que tuvieron que detenerse.

Sin embargo, poco después de revisar el proyecto, Disney decidió descartarlo y archivarlo debido a que "la calidad estaba muy por debajo del estándar necesario para tener éxito en el mercado", según recogió Michael Barrera en su trabajo 'Dibujos animados de Hollywood: animación estadounidense en su época dorada', publicado en 1999 por la Universidad de California. Finalmente se reanudó su producción en 1946, ya con la vista puesta en que sea un cortometraje para una 'cinta-paquete'. El proyecto volvió a archivarse, justo cuando Disney comenzó la producción del corto de 'La leyenda de Sleepy Hollow', basada en el relato corto homónimo de Washington Irving.

La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo

Se reanudó de nuevo la producción de 'El viento de los sauces', con la vista puesto de que compartiese película con el corto 'Mickey y las judías mágicas' y 'Los Gremlins', este último era un texto que Disney le pidió expresamente a Roald Dahl que escribiese. La cinta iba a titularse 'Tres personajes fabulosos'. Sin embargo, finalmente el corto de 'Los Gremlins' no salió adelante, cambiándose el título por 'Dos personajes fabulosos'. Sin embargo, el proyecto volvió a cambiar, al decidir que 'Mickey y las judías mágicas' se combinase con 'Bongo', estrenándose como el clásico número nueve de la factoría.

Un curioso 'matrimonio por conveniencia'

Por descarte, Disney decidió combinar el corto de 'El viento en los sauces' con 'La leyenda de Sleepy Hollow'. Aunque inicialmente se siguió barajando llamar a la película 'Dos personajes fabulosos', finalmente se optó por un título más genérico, que nombraba a los dos cortos (título en inglés 'The Adventures of Ichabod and Mr. Toad') y, según Brian Sibley en 'Los archivos de Walt Disney. Sus películas de animación 1921 - 1968', "sin gancho".

La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo

Ambos cortos eran unidos por una animación que emulaba a una biblioteca, puesto que los dos tenían su propio narrador. Realmente, 'El Señor Sapo' y 'La leyenda de Sleepy Hollow' no se han unido por temática. Es más, puede notarse incluso una gran diferencia de ejecución de animación, siendo la del corto inspirado en el libro de Grahame un estilo más depurado y fantástico, frente al gótico y tenebroso del corto basado en el relato de Irving, uno de los más populares de la literatura estadounidense.

Mientras que la parte de 'El Señor Sapo' tenía un toque eminentemente británico, con un retrato algo satírico de la sociedad de la campiña inglesa, 'La leyenda de Sleepy Hollow' se movía más por la fábula popular. No obstante, ambos títulos obtuvieron el respaldo de la crítica, que valoró muy positivamente ambas producciones. Aun así, no estuvo exenta de recibir comentarios negativos, especialmente de la prensa británica, que se mostró muy indignada con el fragmento de 'El viento en los sauces'. "Lo único que [Disney] ha añadido es un ligero toque de vulgaridad: ha omitido la frescura esencial del libro", escribió C. A. Lejeune para el Observer.

Antes que Tim Burton, Disney ya exploró la leyenda del Jinete Sin Cabeza de 'Sleepy Hollow'

Actualmente, el clásico destaca principalmente por el segundo corto, 'La leyenda de Sleepy Hollow', por ser uno de los pocos títulos de Disney que ofrece elementos de terror. Es más, en su estreno en el Reino Unido recibió la calificación 'A', lo que indicaba que había ciertos temas adultos en la película. El plano final, en el que aparece el tenebroso Jinete Sin Cabeza, es uno de los momentos más aplaudidos del largometraje, al ser un auténtico tour de force que combinaba magistralmente terror con comedia.

La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo

Tanto la animación de un corto como de otro estuvo dentro de los cánones propios del Período Bélico, con una animación depurada pero muy básica, destacando el diseño de producción, donde se vio la mano de Mary Blair, especialmente en la escena final del profesor Ichabod huyendo del Jinete Sin Cabeza.

'La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo' fue la despedida de un ciclo y preludio de otro, puesto que en su año de estreno, en Estados Unidos tuvo un breve lanzamiento en octubre de 1949, cercano a Halloween, mientras que su estreno en todo el país fue el 7 de enero de 1950, estuvo en producción 'Cenicienta' (1950), el regreso a los largometrajes clásicos basados en cuentos populares. Su éxito fue modesto, permitiendo a la compañía apostar por una princesa, la heroína con la que comenzó una nueva etapa dorada para Disney.

Un clásico inédito en España

Aunque esos reconocimientos se saben a nivel histórico, el público español no está muy familiarizado con este clásico Disney. El motivo principal es que nunca ha sido estrenado como largometraje hasta 2019, 70 años después de su primer estreno en Nueva York, cuando Movistar+ emitió el filme en su plataforma de pago. Los cortos sí se han emitido, tanto en España como en Latinoamérica, pero por separado, no llegándose a ver ni a comercializar como largometraje único.

El doblaje al español tiene elementos curiosos. Dirigido en 1951 por Edmundo Santos, el filme fue traducido al castellano un año después del estreno de 'Cenicienta', algo inusual en este tipo de producciones. El doblaje de 'El Señor Sapo' quiso reproducir el acento británico original haciendo que los protagonistas tuviesen acento de España. Es más, Mac, el tejón, tiene acento catalán, mientras que el caballo Cirilo Mientepoco es gitano y tiene un marcado acento andaluz, además de haber personajes secundarios con acento gallego.

La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo

De esta forma, en la versión al español se le dotó de cierta encanto, que evocaba la diferencia entre el británico Señor Sapo con el neoyorkino Ichabod Crane, que tuvo un doblaje con acento latino neutro con un único narrador que también cantaba, algo que reproducía con fidelidad a la versión original al inglés, puesto que el corto de 'La leyenda de Sleepy Hollow' solo cuenta con la voz del narrador, Bing Crosby (Basil Rathbone fue el narrador inglés de 'El Señor Sapo' en la versión original).

Estas singularidades en España, tristemente, se han perdido. Pese que los cortos han sido comercializados por separado con el doblaje original latinoamericano, en su emisión por Movistar+ se optó por un redoblaje, que causó desagrado entre los fans, debido no solo al conocido 'factor nostalgia', sino también a que el redoblaje hecho en España censura y omite varias palabras que hacen referencia a la muerte, a los elementos religiosos o la violencia relacionada con el Jinete Sin Cabeza, haciendo que pierda ese espíritu de terror de la obra original.

Pese a ello, su emisión en Movistar consiguió que el público pudiese ver de forma íntegra el único clásico Disney que, hasta el momento, no había llegado a España. No obstante, sigue sin poder comprarse en DVD y Blu-ray, lo que hace que, junto con 'Música maestro', sea uno de los dos clásicos de la factoría que no pueda comprarse en territorio español. Una cuenta pendiente para una de las películas más atrevidas y singulares de la Casa del Ratón.

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