Todo el mundo se ha vuelto loco con 'El juego del calamar', la serie de Netflix que llega desde Corea del Sur y que amenaza con convertirse en el mayor estreno de la plataforma de streaming. Creada por Hwang Dong-hyuk, este thriller sobre un grupo de personas que se enfrenta a juegos de niños a vida o muerte para ganar una enorme suma de dinero ha causado tanto furor que las redes sociales se han llenado de memes de la robot de 'luz roja, luz verde' y de personas haciendo las galletas de azúcar de otra de las pruebas. ¿Cómo ideó el director este fenómeno? Hablando con el Korea Times ha explicado que lleva más de una década desarrollando la historia porque en 2008, cuando empezó a darle vueltas, el concepto resultaba demasiado extraño y muchos estudios lo rechazaron por ser demasiado grotesco e irreal, "pero después de 12 años el mundo ha cambiado a un lugar en el que estas historias de supervivencia tan peculiares y violentas son bienvenidas. La gente comenta cómo la serie es relevante con la vida real. Tristemente, el mundo ha cambiado en esa dirección. Los juegos de la serie por los que los participantes se vuelven locos se asocian con los deseos de la gente de ganar la tragaperras con cosas como las criptomonedas, inversiones inmobiliarias y acciones. Mucha gente puede empatizar con la historia".
Hwang Dong-hyuk dice que los juegos infantiles que formarían parte de la serie se le ocurrieron hace 10 años "y empecé con 'luz roja, luz verde' porque crea un gran impacto con las muertes masivas". Precisamente cree que haber elegido juegos de niños como pruebas es lo que le diferencia de otras series o películas con las que han comparado 'El juego del calamar', como 'Los Juegos del Hambre': "'El juego del calamar involucra juegos de supervivencia, pero en realidad es una serie sobre las personas... El público de cualquier parte no tarda en entender las reglas de los juegos, lo que da más espacio a seguir las emociones de los personajes que juegan a los juegos. Otras series o películas de género similar siguen a un héroe resolviendo puzzles difíciles para convertirse en ganador. Pero esta serie es una historia sobre perdedores. No hay ganadores, no hay genios, sino una persona que da un paso adelante con ayuda de otros". El famoso "juego del calamar" que da nombre a la serie siempre fue el último: "Pensé que los jugadores luchando como guerreros utilizando las formas, que dan forma a un ring, demostraría la ironía de que fuese un juego de niños y también la desesperación de los jugadores". Sabía que los juegos que había elegido eran "simples y antiguos" y algunos quizás solo los conocerían en Corea, pero "vio el potencial de hacerlos atractivos a nivel mundial". El objetivo de Hwang Dong-hyuk, como dijo recientemente a Variety, era "una alegoría de la sociedad capitalista moderna, algo que mostrara una competición extrema, algo como una competición vital extrema. Pero quería usar los tipos de personaje que todos hemos visto en la vida real".
Una experiencia demasiado estresante
Mientras rodaba la serie no dejaba de pensar en el riesgo de la idea y de si el público entraría, nunca mejor dicho, en el juego: "Hacer la historia de la serie fue una aventura, como lo fue hace una década. Sabía que sería todo o nada: o una obra maestra o un desastre. La idea era muy experimental. Me seguía preguntando si los espectadores verían convincente que los personajes arriesgaran su vida en juegos de niños. Cada noche antes de grabar siempre pensaba en formas de hacer las escenas mejores y revisaba los guiones. El nivel de estrés en el que me encontraba era del 100%, me afectó mucho. Siempre he considerado que cada trabajo es un reto, pero esta serie suponía un reto mayor, puse todo mi esfuerzo en hacer algo bueno". Le preocupaba mucho atraer al mayor número de espectadores posible, incluso a los que no suelen ver este tipo de series: "Una situación así nunca ocurriría en la vida real así que es muy irreal y posiblemente solo podría atraer a los que les gusta este género específico. Tenía que buscar el equilibrio perfecto entre elementos fantásticos y de la vida real". En su momento ya había comentado que al principio bebía media botella de licor "para despertarle la inspiración" y que tardó seis meses en terminar los guiones de los dos primeros episodios.
Esa experiencia tan dura es lo que le lleva a no querer embarcarse en una segunda temporada, al menos de momento. Pero mientras que antes decía que no habría más historia, el éxito de la serie le obliga a dejar la puerta abierta: "Como lideré la serie solo, escribiéndola y dirigiéndola, era mental y físicamente demasiado. Así que me preocupa que si hacemos una segunda temporada pueda hacerlo yo todo solo otra vez. Le he dicho a la gente que no podemos hacer una segunda temporada tan rápido. Pero dado que tanta gente ama la serie siento como si no pudiera decir que no voy a hacerla". De hecho considera que el éxito de 'El juego del calamar' es "tanto una carga como un honor". No suena como que tenga muchas ganas de volver a la habitación de juegos, no.
