28 años después

28 años después de que el virus de la ira se desatara desde un laboratorio de investigación médica de la Universidad de Cambridge, el mundo ha quedado sumido en el caos. Los infectados, que alguna vez fueron humanos, ahora viven como hordas descontroladas, impulsadas por una rabia insaciable. Los sobrevivientes, dispersos por el planeta, luchan por encontrar formas de mantenerse con vida, muchas veces en condiciones precarias.

Entre ellos, un pequeño grupo ha logrado establecerse en una isla remota, conectada al continente por un puente que parece a punto de colapsar. Esta comunidad, compuesta por un puñado de familias, se refugia detrás de una fortaleza rudimentaria hecha de madera y piedra, protegiéndose de los infectados que merodean constantemente a la orilla.

En esta isla viven Thomas, un hombre de mediana edad, y su hijo Lucas, un joven de 16 años, quienes han aprendido a adaptarse a la brutalidad del nuevo mundo. Un día, tras recibir un extraño mensaje de radio, Thomas decide emprender una misión de reconocimiento hacia el continente Británico, dejando a Lucas atrás. Juntos se adentran en el territorio devastado, donde descubren que la humanidad ha ido más allá de lo imaginable.

En su travesía, se enfrentan a secretos oscuros, horrores indescriptibles y maravillas olvidadas, mientras intentan desvelar la verdadera naturaleza del virus y el futuro de la humanidad. A medida que se adentran más en el territorio infectado, se dan cuenta de que, quizás, el mayor peligro no sea el virus, sino la humanidad misma, dispuesta a hacer cualquier cosa por sobrevivir.