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CRÍTICA

'Solo química': Ni romanticismo ni comedia

El director Alfonso Albacete abandona el contenido sexual de 'Mentiras y gordas' por una comedia romántica bastante descafeinada que cuenta en su reparto con Ana Fernández, Alejo Sauras y Rodrigo Guirao.

Por Héctor Alabadí Toledo 24 de Julio 2015 | 10:33

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Uno de los géneros que más proliferan en la industria cinematográfica es el de la comedia romántica. Un género que nos ha enamorado y nos ha hecho reír en muchas ocasiones con obras de una gran calidad. Pero al ser un género muy prolífico, también tiene sus sombras, películas que repiten esquemas ya vistos, historias predecibles, facilonas y que echan manos de todos los tópicos que puedan entrar en 90 minutos.

Desgraciadamente la película que nos ocupa se decanta más por esta segunda opción que por la primera, salvando solo un par de secuencias con algo de atino.

Solo química

El nuevo film de Alfonso Albacete, director de 'Mentiras y gordas', nos presenta a Oli (Ana Fernández), una joven que está locamente enamorada de su actor favorito: Eric Soto (Rodrigo Guirao). De pronto, se cruza en su camino y pasará de ser un fan loca a vivir una peculiar historia de amor con su ídolo. Por otro lado, su mejor amigo, Carlos (Alejo Sauras) se da cuenta de que está perdidamente enamorado de Oli, su compañera de piso, mientras realiza un estudio para descubrir si el amor existe o es solo química. Así se crea el habitual triángulo amoroso que toda comedia romántica que se precie suele tener.

El gran problema de la cinta no radica en que reúna, prácticamente, todos los tópicos o rasgos característicos del cine de este género, su mayor inconveniente es no consigue conectar con el público. La película se pierde en su monotonía y su excesiva previsibilidad, no existe ningún giro que el espectador no espere desde el minuto uno.

A pesar de tratarse de una comedia romántica, la parte de comedia no se deja ver en exceso. Solo brilla en algunas ocasiones cuando el film se sale de su triángulo amoroso y vemos en todo su esplendor el show business, con sus alfombras rojas, sus photocalls, sus fans enloquecidas... momentos en los que el director ha querido reflejar con bastante verosimilitud toda una serie de situaciones que por otro lado son completamente reales y que podemos ver en cualquier estreno de película que se precie. Sus famosos desfilando por las alfombras rojas, sus fans haciendo todo lo posible por conseguir una foto del famoso de turno. Situaciones divertidas y reales.

Baila para sonreír

Aunque no destaca por su riesgo en la innovación, sí debemos destacar su apuesta por los números musicales. Solamente existen dos, pero nos regalan los minutos más atractivos y diferentes de todo el film. La coreógrafa Miryam Benedited es la responsable de los números musicales, y hasta se atreve con un cameo.

Sólo química

Tampoco consigue enamorarnos su reparto, a pesar de estar repleto de solventes actores que saben dar lo mejor de ellos mismos en cada proyecto. El guion de Alfonso Albacete y Mireia Llinàs no ayuda demasiado. No hay conexión ni empatía con ninguno de los protagonistas, una de las claves de cualquier comedia romántica. Los papeles más destacados los encontramos entre los personajes secundarios. María Esteve está fantástica como Berta, sus apariciones no defraudan y piden a gritos más proyectos para la actriz. También brillan con luz propia Rossy de Palma y Bibiana Fernández, dos personajes con pocas apariciones pero con suficiente carisma para enganchar al público con sus intervenciones.

Es difícil destacar ante tantas propuestas dentro de la comedia romántica, 'Sólo química' podría ser un buen intento, reúne los tópicos e ingredientes necesarios para poder enganchar a un público deseoso de amor. Lamentablemente, se toma demasiado en serio a sí misma y ese efecto químico, del que tanto habla la película, no ha surtido efecto en nosotros, no ha habido enamoramiento.