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CRÍTICA

'Jurassic World: El reino caído' recupera el corazón de la saga y la lleva a nuevos lugares

Juan Antonio Bayona consigue darle a la franquicia su estilo particular y deja patente su pasión por Spielberg en, posiblemente, la mejor secuela de 'Parque Jurásico' que hayamos visto.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 5 de Junio 2018 | 21:00
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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¿Cuántas veces puede el hombre tropezar con la misma piedra? Si analizamos la saga 'Jurassic Park', es imposible llevar la cuenta. Desde que un adorable (pero algo desquiciado) anciano llamado John Hammond descubriera la manera de resucitar a los dinosaurios, a lo largo de cuatro películas hemos visto incontables ejemplos de que dinos y humanos no están hechos para convivir. En la quinta entrega de la franquicia vamos a volver a caer, pero haciéndonos una interesante pregunta a la vez: los creamos nosotros, vale. Pero ahora son seres vivos como cualquier otro animal. Si se encuentran en peligro de extinción (otra vez), ¿es nuestra responsabilidad salvarlos?

Jurassic World: El reino caído

'Jurassic World: El reino caído' nos plantea esta duda a la vez que lleva a la saga a un capítulo bastante diferente a los anteriores, manteniendo, eso sí, el ADN de todas las películas de 'Jurassic Park' intacto. Isla Nublar está a punto de desaparecer porque un volcán, hasta ahora dormido, está a punto de entrar en erupción, y los dinosaurios se enfrentan de nuevo a la desaparición total si nadie hace nada. Claire (Bryce Dallas Howard), que ha dejado atrás su lado de fría empresaria para convertirse en activista por los derechos de los dinosaurios, se embarca en la expedición para rescatar a todas las especies posibles de lo que cuatro años antes fue su próspero parque temático.

Aunque la película cuenta con una estructura muy similar a 'El Mundo Perdido' (mitad en la isla, mitad fuera de ella), 'El reino caído' consigue recordar muchísimo más a 'Parque Jurásico' de lo que lo hacía 'Jurassic World'. Y eso es gracias, en gran medida, a haber contado con un director que venera el trabajo de Steven Spielberg y se lo conoce al dedillo como es Juan Antonio Bayona. Yo siempre seré un firme defensor de la cuarta entrega y de ver, por fin, el parque temático abierto y lleno de gente, pero es verdad que la película carecía muchas veces de esa sensación de estar viendo una película de 'Jurassic Park', más allá de ver dinosaurios en pantalla. Bayona ha vuelto a los orígenes de la saga con una cinta superior a la anterior en casi todo, regresando al terror y la tensión de la primera película. Desde su primera escena, que recuerda muchísimo a ese primer contacto que tuvimos con el universo 'Parque Jurásico' en 1993, vemos que el barcelonés sabe a la perfección cómo emular eso que se le daba tan bien a Spielberg de insinuar, pero no enseñar. Los juegos de sombras, los movimientos de la vegetación o los gritos fuera de plano nos pondrán los pelos de punta.

Jurassic World: El reino caído

Como ya ha dejado patente en sus anteriores películas, Bayona sabe cómo generar tensión, y esta película consigue crearla para mantenerte clavado al asiento las dos horas que dura. En el tramo de isla Nublar utiliza la erupción como una efectiva cuenta atrás, que se junta al propio peligro de los dinosaurios, que llevan mucho tiempo sin ver a un humano. La escala es enorme, pero sabe cómo centrar la acción para que nos sintamos uno más junto a Claire y Owen (Chris Pratt). Pero ya hemos vivido estas situaciones unas cuantas veces en la saga, hay que llevar la acción a lugares nuevos. Como una gigantesca mansión, por ejemplo. La segunda parte de la película se centra en el rancho Lockwood, donde la codicia del ser humano desencadenará una auténtica cinta de terror claustrofóbico, que de nuevo el director sabe hacer suya. De hecho, es por este segmento por el que pensaron en alguien que hizo la maravillosa 'El orfanato' como ópera prima. Con la ayuda de un nuevo híbrido, convierte los pasillos en un laberinto en el que cada esquina pone los pelos de punta. Aquí también sabe jugar con lo que no vemos para sorprendernos, y por el camino nos deja unos cuantos "homenajes" a la saga, con guiños a la escena de la cocina de la primera o a los cristales de la segunda (mención especial para el primer plano de Claire en tacones, era más que necesario). Gracias a este uso del miedo y a haber podido trabajar con Óscar Faura y Bernat Vilaplana (director de fotografía y editor habituales de Bayona), el sello de Jota se puede ver en casi toda la película.

Pero no se nota su mano solo en el terror. También lo vemos en algo muy importante y de lo que carecían la anteriores: el corazón. Algo que solo había conseguido insuflar a esta saga, de nuevo, Steven Spielberg. Como ya he dicho, la película se centra mucho en los derechos de estos animales y en la responsabilidad de luchar por ellos por parte de los que los crearon. Y esta vez volvemos a sentir un vínculo con estos reptiles y a considerarlos ese milagro de la ciencia que hay que preservar. Vamos a entrar de lleno en el discurso animalista, por mucho que Ian Malcolm (Jeff Goldblum) y su aparición estelar intentando convencer al gobierno de que, quizás, el destino de los dinosaurios es estar extintos, siga pareciendo lo más lógico. Eso se consigue, por ejemplo, gracias a que la relación de Owen con Blue está mucho mejor llevada, o a momentos como el que vivimos en Nublar con un dinosaurio que realmente parte el corazón. Siguen siendo fieros y letales, pero en esta película volvemos a abrazar la belleza de su de-extinción, y nos vuelven a asombrar como la primera vez que los vieron Sam Neill y Laura Dern en 'Parque Jurásico'. También convierte al personaje de Maisie (Isabella Sermon), la nieta de Lockwood, en una perfecta coprotagonista infantil (otro punto fuerte de Bayona), y en un añadido muy interesante a la trama. Claire y Owen también han evolucionado, ella sobre todo, para no ser tan estereotipos de personajes mil veces vistos y darle a ella la capacidad de luchar sin ser salvada por un hombre, y a él no rebajarle la testosterona para que pueda ser un héroe de acción de este siglo. Muy interesante resulta también el personaje de Daniella Pineda, Zia Rodriguez, veterinaria de dinosaurios, ojalá podamos ver más de ella en el futuro de la saga.

Jurassic World: El reino caído

Vas a necesitar la tercera ya

No me convencen tanto Franklin (Justice Smith), que cae un poco en el cliché de informático algo cagueta, aunque por lo menos sea carismático, y tampoco termina de cuajar el lado de los villanos. Todo con ellos es quizás caer en lugares demasiado conocidos, y ya que han conseguido mover la franquicia a otro escenario, habría estado bien que los villanos no fueran lo mismo de siempre. Por mucho que la idea que nos lleva a la mansión sea muy interesante. Pero cierto es que 'El reino caído' cuenta con el problema de ser la pieza central de una trilogía, algo que a veces despoja a un filme de su propia identidad por mantener una continuidad. Por suerte, salvo en la parte de los villanos, esta película tiene su propia razón de ser. Pero además consigue sentar las bases de temas que ahora solo toca de pasada y que pueden ser realmente interesantes para el futuro de la franquicia, y termina tan en alto que deja con muchísimas ganas de ver la tercera (por cierto, esta vez sí hay escena al final de los créditos, y merece mucho la pena que os quedéis a verla). Sobre todo, sabe cerrar lo que fue la saga hasta ahora y abrir un nuevo capítulo lleno de posibilidades. Todo mientras nos sigue dando escenas llenas de espectacularidad, con muchos efectos prácticos y animatrones para darle mayor realismo (es la que más animatrones tiene desde la primera), y con un Michael Giacchino que lo da todo con su banda sonora. Lo que está claro es que si esta secuela funciona es por la mano de su director, que consigue dar brillo a un guion al que hay que darle muchas concesiones (y por eso da un poco de miedo que la franquicia vuelva a manos de Trevorrow).

'Jurassic World: El reino caído' recupera por completo el tono de "película de terror familiar" que tenía la película original. Juan Antonio Bayona se estrena en Hollywood por la puerta grande con una cinta que no pierde fuelle, que sabe empezar y ya meternos en harina y acabar y dejarnos con ganas de que siguiera otras dos horas más. Y que sabe llevar a una franquicia con cuatro entregas previas a nuevos lugares, mientras que a la vez recupera el corazón que había ido perdiendo por el camino. La escuela Spielberg sigue claramente viva en Jota, y gracias a él los dinosaurios vuelven a ser los protagonistas de una aventura épica. Sin duda, la mejor de las secuelas de 'Parque Jurásico'.

Nota: 8

Lo mejor: Que se note el toque de Bayona y haya sabido recuperar la esencia de la franquicia. Es tan entretenida y terrorífica que pasa volando.

Lo peor: Mientras la saga consigue avanzar en temáticas y escenarios, los villanos siguen estancados. Al guion hay que darle bastantes concesiones.