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CRÍTICA

'A dos metros de ti': Una película honesta a la que le falta emoción

La cinta peca de ser demasiado realista y poco atrevida a nivel emocional, aunque la honestidad que transmiten los actores hace que sea muy agradable de ver.

Por Jorge Caracuel Suero 13 de Septiembre 2019 | 18:32

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El drama romántico tiene muchas vertientes, infinitas posibilidades para explorar, y parece que una de las favoritas es el amor imposible a causa de una enfermedad terminal. El actor Justin Baldoni (conocido por su papel de Rafael en 'Jane the Virgin') se pone por primera vez tras las cámaras y ofrece con 'A dos metros de ti' una historia repleta de sentimentalismo protagonizada por Haley Lu Richardson ('Múltiple', 'Al filo de los diecisiete') y Cole Sprouse ('Riverdale', 'Hotel, dulce hotel: Las aventuras de Zack y Cody').

Cole Sprouse y Haley Lu Richardson en 'A dos metros de ti'

La cinta relata la historia de Stella Grant, una chica de 17 años que padece fibrosis quística y que ha pasado la mayor parte de su vida en un hospital. Debido a su enfermedad tiene que estar, mínimo, a dos metros de distancia de quienes tienen su mismo diagnóstico, algo que lleva a rajatabla y bajo un control estricto para que no dificulte el transplante de pulmón que necesita. No obstante, su vida de rutinas dará un giro de 180 grados cuando conoce a Will Newman, un chico que tiene su misma enfermedad y del que se terminará enamorando.

'A dos metros de ti' desarrolla casi todo su metraje en un único escenario: el hospital en el que están ingresados sus protagonistas. Lo que diferencia en primer lugar a este drama adolescente es que quiere ser realista y no caer en sensacionalismos. No busca ser condescendiente, sino que lo pretende es, con un respeto admirable, retratar lo que sienten dos adolescentes en una especie de Romeo y Julieta, un romance prohibido de dos enfermos.

Al contrario que en 'Bajo la misma estrella', donde se provocaba constantemente el llanto a través de una conmovedora música y situaciones algo manipuladas, 'A dos metros de ti' busca transmitir un mensaje positivo sin olvidarse de las duras consecuencias que puede tener esta enfermedad. Aunque abusa de algunos clichés del cine romántico y no hay que ser muy hábil para adivinar cómo van a ir sucediendo los acontecimientos, su realidad y su carácter próximo al documental en algunos momentos te lleva a empatizar con los personajes y a transportarte inmediatamente a cualquier unidad de cuidados paliativos de un hospital.

Haley Lu Richardson en 'A dos metros de ti'

El largometraje pone todo su peso en la actuación de sus protagonistas y su honestidad y entrega, en especial la de una Richardson llena de dolor y rabia, son los pilares fundamentales por los que 'A dos metros de ti' logra funcionar. En un acertado intento por mostrar varias caras de la enfermedad, la cinta introduce a Poe, papel secundario interpretado por Moises Arias ('Hannah Montana'), que aporta ternura al film y que dota de equilibrio a los dos personajes principales.

Encorsetada en su realismo

En la obsesión de 'A dos metros de ti' por ser tan realista y respetuosa, se olvida de algo que es fundamental en los filmes de este género: impactar a nivel emocional. Si vas a ver la cinta pensando que vas a llorar a lágrima viva, estás muy equivocado. Si bien tiene escenas en las que es difícil contener el llanto, la película quiere tener una mirada tan limpia y tan de documental que se olvida de ese componente cinematográfico empalagoso y en cierta medida manipulador que caracteriza a los filmes del género.

Aunque las intenciones de Baldani y de sus guionistas, Mikki Daughtry y Tobias Iaconis, son muy positivas, 'A dos metros de ti' puede ser una cinta que no logre conectar con su público objetivo, el adolescente, que busque llorar desesperadamente y se encuentre con un film realista que le haga, incluso, reflexionar.

Nota: 6

Lo mejor: La interpretación de Haley Lu Richardson, que se entrega 100% al papel.

Lo peor: Que su realismo y el respeto a la enfermedad jueguen en su contra y cree una barrera que impide que haya emoción.